

Año XXII. Edición 131. Octubre Noviembre 2025
Patrones de resistencia en urocultivos positivos de pacientes con sospecha de infección urinaria en puebla, México.

PALABRAS CLAVE: Infecciones > Bacterias > Resistencia > E. coli > MDR (Multirresistentes) > Antibióticos
MC Carlos Gerardo Castillo Sosa¹
MVZ Esp Alejandra Hernández Rodriguez²
MVZ Esp. Marco Polo García Pineda²
DC Fernando Utrera Quintana³
1Profesor Investigador, Laboratorio de Bacteriologia, Hospital Veterinario para Pequeñas
Especies, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla.
2 Especialidad en Cirugía y Medicina Interna de Perros y gatos, Hospital Veterinario
para Pequeñas Especies, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
3 Profesor Investigador, Cuerpo Académico de Producción Animal, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Resumen
Las infecciones del tracto urinario (ITU), son frecuentes en perros y gatos, causadas principalmente por bacterias como Escherichia coli, y representan un desafío creciente debido a la resistencia antibiótica. Este estudio caracterizó los agentes bacterianos y su perfil de resistencia en pacientes del Hospital Veterinario de la BUAP. De 21 muestras de orina analizadas, 9 urocultivos fueron positivos. E. coli fue el agente más común, seguido de Enterobacter cloacae, coincidiendo con reportes globales. Se identificó alta resistencia: 5 cepas fueron multirresistentes (MDR) y 3 mostraron resistencia extendida (XDR), con mayores tasas contra β-lactámicos y aminoglucósidos. El sexo o la especie del paciente (canino/felino) no se asociaron significativamente con mayor resistencia. Sin embargo, la especie bacteriana fue un factor determinante: E. cloacae se vinculó exclusivamente a alta resistencia, Citrobacter freundii a baja resistencia y E. coli tuvo un comportamiento intermedio. Estos resultados confirman la presencia de bacterias MDR y XDR en ITUs locales, destacando a E. cloacae como altamente resistente. Se enfatiza la necesidad de evitar tratamientos empíricos sin pruebas de sensibilidad, incrementar el envío de muestras para cultivo y antibiograma, y actualizar los protocolos de manejo antibiótico basados en vigilancia continua para optimizar tratamientos y contener la diseminación de resistencia.

Introducción
Las infecciones bacterianas del tracto urinario (ITU) representan una de las afecciones más comunes en los animales de compañía. En perros, la incidencia estimada es cercana al 14%, mientras que en gatos varía entre el 3% y el 19%, según los criterios utilizados en los diferentes estudios (Byron, 2019). Las causas de las ITU pueden ser endógenas o exógenas; sin embargo, la mayoría de los casos están relacionadas con factores exógenos. Además, la introducción de microorganismos patógenos a través de la uretra durante procedimientos de cateterización puede ocurrir y dar lugar a infecciones iatrogénicas del sistema urinario (Yu et al., 2020). La infección bacteriana es la causa infecciosa más frecuentemente implicada, en particular Escherichia coli (E. coli), que es un uropatógeno común en perros y gatos. Por el contrario, Enterococcus spp., Staphylococcus spp. y Proteus spp. son bacterias que aparecen con menor frecuencia en las muestras de orina (Farag et al., 2024). El diagnóstico integral de ITU requiere indispensablemente un uroanálisis con examen microscópico del sedimento y un cultivo bacteriano, siendo la cistocentesis el método óptimo de recolección de muestra para garantizar su integridad y evitar contaminaciones (Bartges, 2004). Estas infecciones constituyen una de las principales razones para la prescripción de antibióticos en medicina veterinaria. Con frecuencia, el tratamiento se instaura de manera empírica, es decir, sin identificar previamente el agente causal ni evaluar su perfil de susceptibilidad antimicrobiana, lo que puede favorecer la aparición de resistencias y comprometer la eficacia terapéutica (Temmerman et al., 2024). En 2019 se publicaron nuevas directrices de la International Society for Companion Animal Infectious Diseases (ISCAID) para el diagnóstico y tratamiento de ITU bacterianas en perros y gatos.
En ellas se aclara que, en las directrices originales de 2011, con frecuencia se aconsejaba una duración de tratamiento mayor a la probablemente necesaria (Weese et al., 2019). Además, según estas nuevas directrices, las ITU bacterianas ya no se clasifican en “complicadas” y “no complicadas”, sino en cistitis bacteriana esporádica, cistitis bacteriana recurrente, pielonefritis, prostatitis y bacteriuria subclínica. Cada uno de estos tipos de ITU requiere un abordaje específico (Mortier et al., 2021). Para los casos de cistitis bacteriana esporádica o infecciones urinarias simples, las pautas actuales recomiendan un tratamiento de 3 a 5 días con amoxicilina o trimetoprima-sulfonamida. En versiones anteriores, se sugerían tratamientos más prolongados, de 7 días, y antes de 2011 se recomendaban incluso de 10 a 14 días. Aunque en la actualidad se promueve el uso de terapias más cortas, estos lineamientos enfatizan la ausencia de evidencia veterinaria sólida que respalde las recomendaciones sobre la duración del tratamiento (Emdin et al., 2025). Los patógenos bacterianos causantes de ITU en mascotas representan un importante problema de salud pública. Según el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), la propagación y transmisión cruzada de microorganismos resistentes a los antimicrobianos entre animales, humanos y el medio ambiente es uno de los principales factores que impulsan la resistencia a los antibióticos (Yudhanto et al., 2022). Con frecuencia se aíslan bacterias multirresistentes (MDR) con potencial zoonótico en perros y gatos con ITU, siendo las más comunes Escherichia coli, Klebsiella spp., Staphylococcus spp., Enterococcus spp., Proteus mirabilis y Pseudomonas spp (Jańczak., 2024). El objetivo de este trabajo fue caracterizar los agentes bacterianos causantes de ITU en pacientes del HVPE- FMVZ BUAP y evaluar sus perfiles de susceptibilidad antimicrobiana.
Material y Métodos
Se condujo un estudio prospectivo de cohorte durante tres meses, incluyendo 21 pacientes (15 caninos, 6 felinos) con signos clínicos sugestivos de ITU. Las muestras de orina fueron obtenidas por cistocentesis de acuerdo al protocolo de Schaefer (Schaefer et al., 2023), y se procesaron para el Examen general de Orina (EGO) y el urocultivo. El EGO se realizó en todas las muestras mediante un protocolo estandarizado en tres fases: 1) Examen físico, evaluando características macroscópicas como color y grado de turbidez; 2) Examen químico, utilizando tiras reactivas veterinarias (Vechek®) para análisis de parámetros bioquímicos; y 3) Examen microscópico del sedimento urinario, obtenido tras centrifugación a 1500 rpm durante 5 minutos, donde se identificaron elementos celulares y estructuras relevantes. Par el urocultivo, se tomaron 10µL de muestra y se colocaron en dos medios (agar CLED y MacConkey) sembrando en estriado masivo, para su posterior incubación a 37oC por 24 horas. En los cultivos con crecimiento, se procedió al conteo de las Unidades Formadoras de Colonias (UFC), teniendo como criterio para un cultivo positivo un conteo mayor a 103 UFC. La identificación bacteriana se realizó mediante características morfológicas, tinción de Gram y pruebas bioquímicas estandar. La susceptibilidad a 12 antimicrobianos de uso clínico se determinó mediante el método de difusión en disco (Kirby-Bauer) según estándares CLSI (Clinical and Laboratory Standards Institute, 2023). Los antibioticos utilizados fueron ampicilina (AM) (10µg), Carbenicilina (CB) (100µg), Gentamicina (GE) (10µg), cefalotina (CF) (30µg), cefotaxima (CTX) (30 µg), amikacina (AN) (30 µg), ciprofloxacina (CIP) (5 µg), Norfloxacino (NOF) (10µg), cloranfenicol (CL) (30µg), Nitrofurantoína (NF) (300µg), Netilmicina (NET) (30µg) y Sulfametotaxol/trimetropin (SXT) (25 µg). Cada aislado bacteriano se clasificó como cepa MDR (multirresistente) cuando presentó resistencia a antibióticos de al menos tres categorías antimicrobianas distintas, y como cepa XDR (extremadamente resistente) cuando mostró resistencia a fármacos de cuatro o más categorías diferentes (Magiorakos et al., 2012).
Además se calculó el Índice de Resistencia Múltiple (IRM) para cada aislado individual se calcula mediante la fórmula a/b, donde "a" representa el número de antibióticos a los que el aislado demostró resistencia y "b" corresponde al número total de antibióticos evaluados en las pruebas de susceptibilidad antimicrobiana (Gufe et al., 2019). Se evaluó la asociación entre 4 factores clave y el IRM mediante pruebas exactas de Fisher: sexo del paciente (macho/hembra); especie del paciente (canino/felino); signos clínicos (>3 signos/<3 signos) y especie bacteriana. Todos los análisis se realizaron considerando un nivel de significancia de p<0.05, utilizando el software R (versión 4.2.1) para el procesamiento estadístico.
Resultados
De las 21 muestras analizadas, 9 (42.8%) presentaron urocultivo positivo (Tabla 1). Los principales agentes identificados fueron Escherichia coli y Enterobacter cloacae (33.3% cada uno), seguidos por Citrobacter freundii (22.2%) y Klebsiella pneumoniae (11.1%). Los signos clínicos más frecuentes fueron hematuria y disuria (Tabla 2).
Se observó elevada resistencia a β-lactámicos (ampicilina, carbenicilina >75%) y resistencia intermedia a fluoroquinolonas (ciprofloxacino ~22%). La nitrofurantoína, sulfametoxazol/trimetoprim y netilmicina mostraron mayor eficacia in vitro (Figura 1). Cinco cepas (55.5%) fueron clasificadas como MDR y tres (33.3%) como XDR. E. coli presentó los valores de IRM más altos (hasta 0.91).
Figura 1. Patrón de susceptibilidad a antibióticos de los agentes causales en pacientes con urocultivo positivo. AK amikacina, GE gentamicina, AM ampicilina, CB carbenicilina, CF cefalotina, CFX cefatoxima, CFP ciprofloxacino, NOF norfloxacino, CL cloranfenicol, NF nitrofurantoína, SXT sulfametoxazol-trimetoprima, NET netilmicina.
Tabla 4. Perfil individual de resistencia de las cepas aisladas en los urocultivos positivos.
Los análisis de Fisher revelaron asociación significativa entre especie bacteriana y IRM (p=0.036), con Enterobacter cloacae. mostrando 100% IRM>0.5, Escherichia coli 66.7%, y Citrobacter freundii. 0%. Para otras variables, no se hallaron asociaciones significativas (especie animal: p=0.524; sexo: p=0.524; signos clínicos: p=0.206), aunque los felinos presentaron 75% IRM>0.5 vs. 40% en caninos.
Cuadro 1 : Tabla1. Características de los pacientes con signos sugerentes a ITU en este estudio.
Tabla 2. Características clínicas de los pacientes con urocultivo positivo.
Tabla 3. Características del EGO en pacientes con cultivo positivo.

Figura 1- Patrón de susceptibilidad a antibióticos de los agentes causales en pacientes con urocultivo positivo. AK amikacina, GE gentamicina, AM ampicilina, CB carbenicilina, CF cefalotina, CFX cefatoxima, CFP ciprofloxacino, NOF norfloxacino, CL cloranfenicol, NF nitrofurantoína, SXT sulfametoxazol-trimetoprima, NET netilmicina.
Tabla 4- Perfil individual de resistencia de las cepas aisladas en los urocultivos positivos.
Discusión
Este estudio confirma a E. coli como principal uropatógeno, pero destaca la relevancia clínica de Enterobacter cloacae y otros agentes con perfiles de resistencia preocupantes, lo cual coincide con trabajos similares (Yudhanto et al., 2022) (Fonseca et al., 2021) (Darwich et al., 2021). Las tasas de resistencia a β-lactámicos (media 83.34%) y fluoroquinolonas (media 44.4%) superan las reportadas en estudios comparables recientes, subrayando la gravedad del problema local. López Córdova reporto 52.5% de cepas resistentes a ampicilina, y Yu, que reporto 40.5% contra el 88% encontrado en este trabajo para el mismo antibiótico (López-Córdova et al., 2025; Yu et al., 2020). En contraste, los antibióticos que presentaron mayor eficacia fueron nitrofurantoína y trimetoprim-sulfametoxazol, ambos con un 66.67 % de cepas sensibles, así como ciprofloxacino, norfloxacino y cloranfenicol, con 55.56 % de sensibilidad. Gentamicina mostró un comportamiento intermedio, con 44.44 % de cepas sensibles y una proporción importante de resistencia (22.22 %).
El análisis individual de los perfiles de resistencia mostró la presencia de cepas con altos niveles de multirresistencia (MDR) y resistencia extensiva (XDR), con valores del índice MAR que oscilaron entre 0.25 y 0.91, lo que refleja una elevada presión antimicrobiana en el entorno. Escherichia coli fue el agente más frecuente, presentando aislamientos con MAR de hasta 0.91 y resistencia a múltiples familias de antibióticos, incluyendo betalactámicos, aminoglucósidos y fluoroquinolonas. Enterobacter cloacae y Citrobacter freundii también exhibieron perfiles MDR y XDR, con resistencias simultáneas a betalactámicos y quinolonas, mientras que Klebsiella pneumoniae mostró el menor índice MAR (0.25), aunque con resistencia a cefalosporinas y fluoroquinolonas. La alta prevalencia de cepas MDR/XDR (55.5% y 33.3% respectivamente), incluso en pacientes sin antecedentes de tratamiento previo, sugiere circulación comunitaria de bacterias resistentes. Por otra parte, la ausencia de infección bacteriana en más de la mitad de los casos con sospecha clínica enfatiza la necesidad imperativa de confirmación microbiológica antes de iniciar terapia antimicrobiana, y la necesidad de mejorar los protocolos para el urocultivo, como lo sugieren alternativas recientes tales como el EQUC (expanded quantitative urine culture) (Brubaker et al., 2023). Los hallazgos del examen físico en pacientes con cultivos positivos (Tabla 2) revelaron que la hematuria fue la manifestación clínica más frecuente (77.8%, 7/9 casos), seguida de disuria (55.6%, 5/9).
Destaca que solo un paciente (11.1%, Mu 15) presentó simultáneamente todos los signos clásicos de ITU (hematuria, disuria, polaquiuria y estranguria), mientras que el 88.9% (8/9) exhibió combinaciones incompletas de signos clínicos. Este patrón subraya dos aspectos críticos: 1) La ausencia del cuadro clínico completo no excluye infección bacteriana confirmada por cultivo, y 2) La hematuria como único signo fue suficiente para detectar ITU en el 33.3% de los casos (Mu 1, Mu 19). Los resultados estadísticos de este estudio demuestran que la especie bacteriana constituye un factor determinante en los patrones de resistencia antimicrobiana en ITU, observándose diferencias significativas (p=0.036) entre los géneros analizados.
El perfil de Enterobacter cloacae. como altamente resistente (100% IRM>0.5) concuerda con la evidencia disponible que describe su notable capacidad para desarrollar mecanismos de resistencia múltiple, incluyendo la producción de β-lactamasas de espectro extendido y sistemas de eflujo activo (Annavajhala et al., 2019). En contraste, E. coli exhibió un comportamiento heterogéneo (66.7% IRM>0.5), hallazgo que podría reflejar la coexistencia de cepas con distintos perfiles de resistencia en el medio clínico estudiado. La sensibilidad predominante de Citrobacter freundii. (100% IRM≤0.5) sugiere que, en este contexto epidemiológico, este género podría representar un patógeno con menor impacto en términos de resistencia antimicrobiana. Respecto a la especie del paciente, aunque el análisis no alcanzó significación estadística (p=0.524), la mayor prevalencia de alta resistencia en felinos (75% IRM>0.5 versus 40% en caninos) podría estar asociada a diferencias farmacocinéticas entre especies o a variaciones en los protocolos terapéuticos empleados habitualmente en gatos (Dorsch et al., 2019). Esta observación, que requiere confirmación en estudios con mayor tamaño muestral, representa un hallazgo relevante para futuras investigaciones. La ausencia de correlación entre el número de signos clínicos y el IRM (p=0.206) indica que la severidad de las manifestaciones clínicas no constituye un indicador confiable del perfil de resistencia bacteriana. Este resultado refuerza la necesidad de implementar sistemáticamente cultivos bacterianos y pruebas de sensibilidad antimicrobiana, incluso en casos con signologia moderada, para optimizar la selección de tratamientos y minimizar el desarrollo de resistencias.
Este es uno de los primeros trabajos donde se reporta un perfil de resistencia en agentes productores de ITU en el estado de Puebla, evidenciando la necesidad de monitoreos más amplios y sistemáticos, los cuales permitan trazar con la mayor precisión posible, perfiles de resistencia locales.
Conclusiones
Las ITU en pacientes del HVPE-BUAP están predominantemente causadas por E. coli y E. cloacae, exhibiendo una alarmante prevalencia de multirresistencia (MDR: 66.6%, XDR: 33.3%). La especie bacteriana fue el factor determinante en el patrón de resistencia. Estos resultados refuerzan la necesidad de:
1. Implementar el urocultivo y antibiograma como estándar diagnóstico antes del tratamiento.
2. Actualizar los protocolos terapéuticos locales basados en la vigilancia continua de resistencias.
3. Promover el uso racional de antimicrobianos para contener la diseminación de resistencia.
4. Fortalecer la educación clínica sobre la importancia del diagnóstico microbiológico preciso
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