

Año XXII. Edición 128. Abril Mayo 2025
Tratamiento integral de la Osteoartritis: Control del dolor y freno a la progresión.

Departamento Técnico AlphaChem
PALABRAS CLAVE: Torsemida > diurético de asa > cardiorrenal > insuficiencia cardiaca congestiva > RAASS > potencia diurética > activación sistema renina-angiotensina-aldosterona
Resumen
La torsemida ha emergido como una opción terapéutica prometedora en el tratamiento de enfermedades cardiorrenales en medicina veterinaria. Este artículo presenta una revisión comparativa entre la torsemida y la furosemida, los dos principales diuréticos de asa utilizados en clínica veterinaria, destacando las ventajas farmacocinéticas, farmacodinámicas y clínicas de la torsemida. Con base en literatura actualizada y casos clínicos, se discute su aplicación en pacientes con insuficiencia cardiaca congestiva y síndrome cardiorrenal, proponiendo un cambio de paradigma terapéutico.

Introducción
1. Introducción
Los diuréticos de asa representan una herramienta fundamental en el tratamiento de pacientes con sobrecarga de volumen, edema pulmonar e insuficiencia cardiaca congestiva (ICC). La furosemida ha sido, históricamente, el diurético más utilizado. Sin embargo, en los últimos años, la torsemida ha ganado relevancia por sus propiedades farmacológicas superiores y su impacto clínico favorable en pacientes cardiorrenales.
2. Fundamento Farmacológico
Ambos fármacos actúan inhibiendo el cotransportador Na+/K+/2Cl- en la rama ascendente gruesa del asa de Henle. No obstante, la torsemida posee una biodisponibilidad oral más alta (80-100%) y constante, una vida media prolongada (12-16 horas), y un perfil más predecible que la furosemida, cuya absorción oral es variable (10-100%) y de corta duración (4-6 horas).
3. Comparativa clínica entre torsemida y furosemida.
4. Implicaciones clínicas en pacientes cardiorrenales.
La torsemida permite una eliminación de líquido más eficaz sin afectar negativamente la perfusión renal. Al tener menor activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona (RAAS), reduce la progresión de la disfunción cardiaca y renal. Además, su efecto antifibrótico sobre el miocardio ayuda a preservar la estructura ventricular, mejorando el pronóstico en pacientes con ICC.

Diagrama propio creado con Photoshop.
5. Importancia clínica de la activación del RAAS:
El sistema renina-angiotensina-aldosterona juega un papel crucial en la regulación de la presión arterial y el equilibrio hidroelectrolítico. Sin embargo, en el contexto de insuficiencia cardiaca, su activación excesiva conduce a vasoconstricción, retención de sodio y agua, hipertrofia miocárdica y fibrosis. La furosemida, al generar diuresis agresiva y cambios rápidos en el volumen circulante, puede inducir una activación marcada del RAAS, perpetuando el daño cardíaco y renal. En contraste, la torsemida produce un efecto más sostenido y con menor estimulación neurohormonal, lo cual se traduce en un entorno más estable para el corazón y los riñones. Elegir un diurético que minimice esta activación puede mejorar el control de la enfermedad y prolongar la supervivencia del paciente (Atkins et al., 2020; Oyama et al., 2019; King et al., 2022).
Torsemida como potencial protector renal:
Recientemente, la torsemida ha sido objeto de interés no solo como diurético eficaz, sino como un fármaco con propiedades reno protectoras. Este efecto se atribuye a su capacidad para mantener la perfusión renal más estable, su menor impacto sobre el RAAS, y su acción menos agresiva sobre el volumen plasmático efectivo. A diferencia de la furosemida, que puede inducir episodios de hipoperfusión renal y azotemia, la torsemida permite un control de volumen más suave y sostenido, reduciendo el riesgo de lesión renal aguda. Además, algunos estudios han sugerido que la torsemida puede disminuir la expresión de mediadores inflamatorios y pro-fibróticos a nivel renal, lo cual contribuiría a preservar la función glomerular y tubular en pacientes crónicos (Bugescu et al.., 2023; Braun et al., 2021; López et al., 2022).
6. Conclusiones y propuesta de cambio clínico.
La evidencia científica y la experiencia clínica coinciden: la torsemida es una opción superior en el manejo del paciente cardiorrenal. Su uso permite una mejor calidad de vida, menor riesgo de descompensación, y una alternativa más segura para el tratamiento a largo plazo.
Se recomienda considerar la torsemida no solo como una alternativa en casos refractarios con furosemida, sino como una primera línea en pacientes con compromiso renal o cardiaco crónico.
7. Bibliografía
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Atkins CE, et al. (2020). Torsemide versus furosemide in canine congestive heart failure. J Vet Cardiol.
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Oyama MA, et al. (2019). Neurohormonal activation and diuretic choice. J Vet Intern Med.
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Bugescu N, et al. (2023). Current management strategies for cardiorenal syndrome in dogs. Front Vet Sci.
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Uechi M. (2020). Clinical evaluation of torsemide in dogs with heart failure. Vet Record.
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Braun JP, Lefebvre HP. (2021). Diuretics and renal function in dogs: new insights. Vet Clin Small Anim.
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López-Alvarez J, et al. (2022). Diuretic therapy and renal biomarkers in dogs with chronic heart failure. J Vet Int Med.
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King JN, Maurer M, Taylor PM. (2022). Comparative efficacy of loop diuretics and RAAS modulation in veterinary patients. J Comp Med.