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La importancia en el control del dolor crónico en perros y gatos.

PALABRAS CLAVE > Dolor crónico > analgesia > opioides > AINE's > inflamación > osteoartritis > meloxicam
 

MVZ Stella da Fonseca Rosa.

Analista Técnico en la Unidad de Negocios de Animales de Compañía.

stella.rosa@ourofino.com

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Introducción

El aumento de la expectativa de vida de perros y gatos ha llevado al aumento de la incidencia de enfermedades crónicas relacionadas a la edad avanzada, como neoplasias y osteoartritis. Estas enfermedades generalmente están asociadas a un cuadro clínico de dolor crónico que, además de persistir por un largo período de tiempo, generalmente viene acompañado por un síndrome debilitante, teniendo impacto sobre la calidad de vida y bienestar de los animales (Hellyer, 2002). El dolor crónico también se manifiesta después de estímulos externos, como procedimientos quirúrgicos, acarreando varias alteraciones fisiológicas que comprometen y retardan la recuperación del paciente.

En lo que se refiere a los cuidados veterinarios, es grande el compromiso de los profesionales para mejorar las formas de diagnóstico y tratamiento de los cuadros clínicos de dolor en los animales. A pesar de que varias escalas de dolor ya se utilizan para medir el dolor agudo en perros y gatos, todavía hay dificultades en cómo evaluar el dolor crónico en los animales de compañía y así administrar el tratamiento adecuado (Yazbek y Fantoni, 2005).

 

Además de la consideración ética sobre la supresión del dolor, está comprobado que el uso de analgésicos es capaz de reducir el estrés emocional provocado por la liberación de substancias dañinas al organismo, disminuyendo así el tiempo de hospitalización, mejorando la recuperación, reduciendo la morbilidad y la mortalidad de los animales. Por estos motivos, es necesario y de gran importancia la aplicación de técnicas analgésicas eficaces aliadas al uso de agentes farmacológicos que buscan mejorar el manejo y control del dolor en perros y gatos (Muir, 2008).

 

La analgesia preventiva es una de las técnicas que se refiere a la utilización de agentes analgésicos antes de que el paciente sea expuesto al estímulo nocivo, como por ejemplo un procedimiento quirúrgico. Esta estrategia tiene el objetivo de inhibir el proceso de sensibilización periférica y central, reduciendo el dolor postoperatorio y promoviendo un período más rápido de recuperación del paciente. 

 

Otra estrategia es la terapia analgésica balanceada o multimodal, que busca la administración simultánea de variados fármacos con actividad analgésica, de dos o más clases farmacológicas, para alcanzar un óptimo control del dolor.

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Una forma bastante común de obtener la analgesia multimodal en la clínica veterinaria de pequeños animales es a través de la asociación de opioides, considerados los más antiguos y potentes analgésicos utilizados en la clínica y cirugía veterinaria, con antinflamatorios no esteroides (AINEs) más seguros, como los que actúan con selectividad de inhibición de la vía de la ciclooxigenasa-2.

Los AINEs, constituyen una de las clases farmacológicas utilizadas en la analgesia multimodal, siendo un grupo heterogéneo de compuestos que, a pesar de compartir el mismo mecanismo de acción, tienen fórmula estructural y propiedades químicas muy diferentes, resultando en acción analgésica, anti-inflamatoria y antipirética y son muy utilizados tanto en el control del dolor agudo como del crónico.

 

Entre los fármacos del grupo de los AINEs más utilizados para controlar el dolor de origen tumoral, por enfermedades degenerativas, como la osteoartritis y el dolor post-quirúrgico, podemos destacar el activo Meloxicam que, a través del bloqueo preferencial de la enzima COX-2, presenta actividad anti-inflamatoria, analgésica y anti-exudativa con mínimos efectos gastrolesivos y ulcerogénicos, siendo considerado actualmente uno de los AINEs más seguros para el tratamiento del dolor crónico en perros y gatos.

 

Se considera también que los inhibidores de COX-2 tienen una gran importancia para el tratamiento de las neoplasias. Algunos estudios en neoplasias humanas demostraron que la combinación de Meloxicam con quimioterápicos resultó en efectos aditivos o sinérgicos para interacciones fisiológicas con efecto inhibitorio al crecimiento de las células tumorales (Ayakawa, 2009).

 

La dosis de Meloxicam recomendada para perros es de 0,2 mg / kg el primer día de tratamiento seguido de 0,1 mg / kg los demás días de tratamiento, la duración del tratamiento será estipulada por el veterinario.

 

Para gatos la dosis recomendada es de 0,1 mg / kg y no debe sobrepasar los 4 días de tratamiento, aunque en la práctica, hay informes de clínicos que consiguieron el uso seguro del activo por un período más prolongado, pero siempre con un cuidadoso monitoreo del animal.

 

El Meloxicam en la presentación inyectable 0,2% se utiliza en la medicación preanestésica, antes del procedimiento quirúrgico, para auxilio en el control del dolor en el postoperatorio.

 

Para casos de osteoartritis, pueden ser necesarios tratamientos prolongados a criterio del médico veterinario, en estos casos se recomienda la continuidad del tratamiento con Meloxicam asociado con sulfato de condroitina en tabletas. Varios estudios in vivo en modelos con animales y ensayos clínicos en humanos han demostrado que la administración oral del sulfato de condroitina A, mejora la movilidad y la hinchazón articular (Bali, 2001). 

 

Con el reconocimiento actual del dolor como el quinto signo vital y siendo esta una experiencia altamente variable entre individuos, para la cual, la medicina veterinaria dispone de pocos recursos en cuanto a diagnóstico y evaluación; es una alerta para los médicos veterinarios para que jamás el dolor sea minimizado o subvalorado en la clínica de pequeños animales.

 

La elección del protocolo adecuado para el control del dolor debe ser hecha de forma racional, buscando resultados que proporcionen confort y calidad de vida, y sean compatibles con las características individuales y clínicas de cada animal. 

 

El control del dolor, ya sea agudo o crónico, es parte esencial de cualquier tratamiento, y cuando se trata incorrectamente, puede producir efectos negativos en varios sistemas del organismo, llevando al sufrimiento y reduciendo la calidad de vida y el bienestar de los animales.

Por lo tanto, para que haya una respuesta satisfactoria a la terapia analgésica aplicada, es siempre importante realizar una evaluación individual de cada caso, buscando información sobre el historial clínico del animal y el procedimiento involucrado, no habiendo, por lo tanto, un protocolo estándar de tratamiento (Mathews, 2000).

Es fundamental que la evaluación del dolor sea de rutina del clínico y su equipo, para que la elección de los fármacos y técnicas analgésicas, sea adecuada, resultando en el éxito del tratamiento y en la mejora de la calidad de vida de los pacientes. 

Bibliografía​​

 

  1. ​HELLYER, P. W. Treatment of pain in dogs and cats.Journal American Veterinary Medical Association, Colorado State University, Fort Collins, v. 221, n. 2, p.212-215, 2002.

  2. YAZBEK, K.V.B; FANTONI, D.T. Validity of a health-related, quality-of-life scale for dogs with signs of pain secondary to cancer. Journal of American Veterinary Medical Association, v. 226, n. 8, p. 1354-1358, 2005.

  3. MUIR III, W. W. Physiology and patophysiology of pain. In. GAYNOR, J. S.; MUIR III, W. W. Handbook of Veterinary Pain Management. St Louis: Mosby Elsevier. 2 ed. p. 13-39, 2008.

  4. YAKAWA, S. et al. Antitumor effects of a cyclooxygenase-2 inhibitor, meloxicam, alone and in combination with radiation and/or 5-fluorouracil in cultured tumor cells. Mol. Med. Rep. Jul-Ago; 2(4):621-5, 2009.

  5. BALI, J-P; COUSSE, H.; NEUZIL,E. Biochemical basis of the pharmacologic action of chondroitin sulfates on the osteoarticular system, 2001.

  6. MATHEWS, K. A. Pain assessment and general approach to management. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, v.30, n.4, p.729-755, 2000.

 
 
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