top of page

ACTUALIDADES DE LA DERMATOFITOSIS EN PERROS Y GATOS

Dr. Camilo Romero Núñez* 

MVZ. Mariela González Guzmán** 

*Hospital Veterinario “DERMAVET”, CDMX, mvzcamilo@yahoo.com.mx

** Asesoría Integral Veterinaria, Morelia, México, mvzmarielaglez@gmail.com

04.png

Resumen

El propósito del presente trabajo fue hacer una revisión actualizada de la dermatofitosis en perros y gatos, siendo de vital importancia estos animales en vida diría, ya que en los últimos años ha aumentado la población de estos y hay más interés en tenerlos en casa, es por eso la importancia que tiene el conocer la prevención, patogenia de la dermatofitosis en mascotas, los dermatofitos patógenos que los afectan que son principalmente dos géneros, Trichophyton y Microsporum, también es de su importancia el diagnóstico, tratamiento, control y factores de riesgo para mascotas y dueños, en estas enfermedades  zoonóticas los portadores pueden ser asintomáticos, siendo una fuente de infección, es importante conocer los puntos más importantes sobre la enfermedad para reducir la dispersión fúngal en humanos, considerando el contacto cercano entre las mascotas, especialmente entre los niños.

 

Palabras clave: perros, gatos, dermatofitosis, zoonosis. 

Introdución

 

La dermatofitosis en animales de compañía es una enfermedad de la piel causada por una infección micótica superficial de las estructuras cutáneas queratinizadas por organismos fúngicos (Moriello et al., 2017). De acuerdo con su hábitat, son antropofílicos, geofílicos o zoofilicos, si bien es cierto que cada especie tiene un hábitat, de los cuales los dermatofitos zoofílicos regularmente infectan a los animales, por su contacto con el hombre pueden infectarlo, siendo una enfermedad zoonótica (Álvarez y Caicedo, 2001; Sheinberg et al., 2017). Hay alrededor de 40 especies, clasificadas en tres géneros, Trichophyton, Microsporum y Epidermophyton. Esta enfermedad es contraída esencialmente por contacto directo con el agente, que se adquiere por contacto simple con pelo, piel o costras contaminadas de un portador sintomático o asintomático (Leão y Araújo, 2020). Otra forma de transmisión es indirecta, con el contacto de material contaminado con propagulos o fómites, siendo el gato el principal portador (Betancourt et al.,2012). Es de elevada prevalencia en América Latina, estos hongos afectan tejidos queratinizados, como el estrato córneo de la piel, pelo y uñas, produciendo una lesión alopécica de crecimiento concéntrico, con eritema, descamación y prurito (Ruíz, et al., 2019). En la mayoría de los huéspedes inmunocompetentes, la dermatofitosis es una enfermedad cutánea autolimitada en semanas o meses. Se recomienda el tratamiento con el objetivo de acortar el curso de la enfermedad, para evitar la propagación a otros animales y personas (Moriello et al., 2017). El objetivo del presente trabajo es actualizar al médico veterinario en la dermatofitosis de perros y gatos. 

Dermatofitos patógenos del perro y gato

Los animales pueden infectarse por una gran variedad de dermatofitos, principalmente especies zoofílicas, pero también geofílicas, y dermatofitos excepcionalmente antropofílicos (Tabla 1). Hay más de 40 especies de organismos fúngicos dermatofíticos (Leão y Araújo, 2020). Esta revisión se concentrará en el diagnóstico y el tratamiento de aquellos que comúnmente afectan a perros y gatos, algunas especies zoofílicas y en menor medida, geofílicas. Las especies de dermatofitos zoofílicos están adaptadas para vivir en hospedadores animales. Incluyen Microsporum canis que afecta principalmente a gatos y perros (Imagen1 y 2) (Moriello et al., 2017).

Imagen 1:  Lesiones de alopecia multifocal en la cara de un perro joven por M. canis.

Las especies de dermatofitos en animales se aíslan como formas asexuales, llamadas anamorfos, que se identifican como género Microsporum o Trichophyton (Moriello et al., 2017).

Imagen 2:  Felino juvenil con lesiones alopécicas en la cabeza por M. canis.

Patogenia de la dermatofitosis

La forma infecciosa de los dermatofitos es la artrospora, se forma por fragmentación de hifas fúngicas en esporas infecciosas muy pequeñas. Estos pueden transmitirse por contacto directo entre un animal infectado y no infectado, o por transmisión de fómites, que puede incluir aparatos de aseo, ropa de cama, collares, ectoparásitos y exposición a un ambiente contaminado; el microtraumatismo concurrente en la piel es un factor importante en el desarrollo de infección clínica. Las infecciones por Microsporum canis generalmente se deben al contacto con un animal infectado, principalmente gatos. La transmisión desde ambientes contaminados no es una ruta eficiente de transmisión. Se sospecha que la mayoría de las infecciones por Trichophyton se deben al contacto con roedores infectados o sus nidos. Microsporum gypseum son menos comunes y se deben al contacto con el suelo contaminado, ya que se trata de un organismo geofílico. El aumento del microtrauma en la piel debido al prurito, autotrauma, humedad y ectoparásitos contribuyen a las condiciones óptimas para la infección por dermatofitos (Moriello et al., 2017). Siendo una infección superficial de la piel, estrato córneo, lechos ungueales y folículos pilosos. La capacidad de los dermatofitos para adherirse a estos sustratos y adaptarse al entorno del hospedador es esencial para el establecimiento de la infección. Varias enzimas y proteínas fúngicas participan en esta respuesta adaptativa al medio ambiente y a la degradación de la queratina. Los factores de transcripción como PacC y Hfs1, así como las proteínas de choque térmico, están involucrados en la detección y la adaptación al pH ácido de la piel en las primeras etapas de la interacción fúngica-hospedero. Durante el crecimiento de dermatofitos, con la queratina como única fuente de carbono, el pH extracelular cambia de ácido a alcalino. Esto crea un entorno en el que la mayoría de las proteasas queratinolíticas conocidas exhiben una actividad óptima. Estos eventos culminan en el establecimiento y mantenimiento de la infección, que puede ser crónica o aguda según la especie de dermatofitos (Martínez, 2016).

Hay tres etapas del desarrollo de una infección por dermatofitos: la primera implica la adherencia de la artroconidia a los corneocitos, se cree que ocurre dentro de las 2-6 h de la exposición. Es probable que este proceso esté mediado por adhesinas específicas de carbohidratos expresadas en la superficie de los artroconidios, así como por proteasas secretadas por dermatofitos como las subtilisinas. La segunda etapa involucra la germinación de conidias fúngicas en la cual los tubos germinales emergen de los artroconidios y luego penetran en el estrato córneo. Se demostró que este paso de infección ocurre dentro de las 4–6 h en un modelo de corneocito in vitro de Trichophyton formando una infección a las 24 h en un modelo de epidermis humana de espesor completo. La tercera etapa involucra la invasión de estructuras queratinizadas por dermatofitos, que ocurre cuando las hifas de dermatofitos invaden el estrato córneo y crecen en múltiples direcciones, incluso en la unidad folicular para la mayoría de los dermatofitos encontrados en animales. Dentro de los 7 días de incubación, las hifas comienzan a formar artroconidios, completando el ciclo de vida fúngico. El aspecto de la lesión clínica generalmente ocurre una o tres semanas después de la exposición (Moriello et al., 2017).

Gráfica.png

Factores de riesgo

La exposición a esporas de dermatofitos no garantiza la infección. Una cantidad considerable de esporas debe entrar en contacto con un hospedador susceptible. Las esporas deben evadir los mecanismos de defensa del hospedador, que incluyen la eliminación mecánica, la competencia con el microbioma bacteriano y fúngal normal, la exposición a las propiedades fungistáticas de los lípidos epidérmicos, la baja humedad de la superficie de la piel y la inmunidad adquirida del hospedador (Mattei et al., 2014). Los factores de riesgo de la infección incluyen cualquier enfermedad preexistente que cause un aumento en la humedad de la superficie, causará micro traumatismos en la piel y / o comprometerá la vigilancia inmunológica del hospedador (Imagen 3). Una vez que se ha establecido una zona de infección, la especie fúngica procede a invadir la queratina de los pelos y piel. La recuperación de la infección depende de una respuesta inmune mediada por células competentes (Coelho et al., 2008).

Otro factor importante es la contribución de enfermedades como el hiperadrenocorticismo, o el uso de algunos tratamientos, principalmente la corticoterapia, pueden favorecer la aparición y el empeoramiento de las lesiones fúngicas, a través del deterioro de la inmunidad. En los gatos, el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV) y el virus de la leucemia felina (FeLV) son el efecto inmunosupresor potencial para desarrollar esta micosis (Imagen 4) (Mattei et al., 2014). Los perros o gatos jóvenes, ancianos e inmunodeprimidos se ven más afectados, debido a la fragilidad del sistema inmune y también existe una mayor incidencia de esta infección en animales con pelo largo, lo que puede estar relacionado con factores hereditarios o debido a que las esporas de hongos se adhieren más fácilmente al pelo de estos animales (Leão y Araújo, 2020).

Imagen 3: Lesiones con melanoderma y alopecia en la región lateral de la cabeza de un perro.

Imagen 5: Yorkshire terrier joven con infección debido a M. canis con zonas alopécicas y eritema.

Imagen 4: Visualización microscópica y macroscópica de Microsporum canis aislados desde gatos inmunocomprometidos, colonias con dos días de desarrollo.  

Algunas razas de perros también parecen estar predispuestas a la dermatofitosis. Hay varios informes de casos de perros Yorkshire terrier identificados como predispuestos a dermatofitosis superficial e infecciones dermatofíticas subcutáneas, más comúnmente debido a M. canis (Imagen 5). En un estudio, 13 de 55 (23.6%) perros con dermatofitosis eran perros Yorkshire terrier. En otro estudio, 10 de 27 (37%) perros eran perros Yorkshire terrier. Los perros de caza y de raza activa (Braco alemanes de pelo corto, Fox terrier, Labrador retriever, Pastor Belga Groenendael, Beagle, Jack Russell terrier, Pastor alemán y Jagdterrier) también parecen estar predispuestos a la dermatofitosis, específicamente M persicolor y M gypseum, posiblemente debido a un mayor contacto con el suelo contaminado (Moriello et al., 2017).

Dermatofitos zoonóticos

Microsporum canis es el patógeno zoonótico más común entre todos los que causan dermatofitosis en animales y también en los dueños de mascotas, (Imagen 6) Microsporum gypseum (Imagen 7) y Trichophyton mentagrophytes (Imagen 8) fueron otros patógenos asociados con estas infecciones. Estas infecciones fueron más frecuentes en las estaciones lluviosas y en pacientes humanos en contacto o dueños de mascotas (Murmu et., al 2015, Sheinberg et al., 2017).

Imagen 6: Apariencia microscópica de Microsporum canis macroconidia; huso en forma de 5–15 celdas con superficie rugosa, una pared externa gruesa y un pomo terminal.

Imagen 7: Apariencia microscópica de Microsporum gypseum

Imagen 8Apariencia microscópica de Microsporum mentagrophytes

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza a través del análisis de la historia del animal, una anamnesis completa, los exámenes complementarios, que son muy importantes para determinar la especie del hongo que causa la enfermedad, pudiendo así instituir el tratamiento adecuado de las mascotas, para su propio bienestar y la salud del ser humano que está en contacto con perros y gatos (Leão y Araújo, 2020). El examen con lámpara de Wood es un procedimiento con radiación Ultravioleta de onda larga, emitida por un arco de mercurio de alta presión envuelto por un filtro de silicato de bario, con un 9% de óxido de níquel, el llamado “filtro De Wood”. El filtro es opaco para todo el espectro de luz, salvo para una banda de longitud de onda entre 320 y 400 nm, con un pico de 365 nm, con capacidad de penetrar hasta la dermis media. La fluorescencia del tejido se produce con longitudes de onda cortas, entre 340 y 400 nm, mientras que las más largas son absorbidas por este (Blasco et., al 2014) buscando fluorescencia en pelos infectados con M. canis (Imagen 9). 

Infecciones por M. canis, aproximadamente 50% de fluorescencia, además de esto, hay varios defectos en esta técnica, el uso y la interpretación. Este examen es una herramienta de detección y es útil para la identificación de pelos para examen directo y / o cultivo; una prueba negativa no descarta infección de hifas fúngicas o esporas de ectothrix. Este procedimiento se puede hacer con agentes de limpieza como el hidróxido de potasio (KOH) 10 ó 20% (Pérez y Carrasco, 2000). Los valores de positividad para la prueba directa de KOH se consideraron predictivos en relación con los cultivos positivos, que se consideran el estándar de oro. Se observaron elementos fúngicos en el 61,0% de los casos analizados. La sensibilidad de esta prueba varió de un hongo a otro, con el espécimen clínico examinado procedente de los perros más sensibles que representan un total del 63%, y en gatos el 57,1%. No hubo falsos positivos, pero se observaron falsos negativos, 5.8% en perros y 20% en gatos. Por lo tanto, es posible concluir que los exámenes directos podrían ser muy importantes en el diagnóstico de dermatofitosis, ya que, si son realizados por profesionales experimentados, ciertamente pueden ayudar a los veterinarios al acortar el tiempo requerido para iniciar un tratamiento adecuado (Mattei et al., 2014).

Imagen 9Apariencia microscópica de Microsporum mentagrophytes

Imagen 11.png

Imagen 11Biopsia de piel en canino joven por dermatofitosis en la cara.

Imagen 10Medio de cultivo fúngico de agar dextrosa de Sabouraud y el medio de prueba de dermatofitos.

El diagnóstico definitivo se realiza mediante cultivo fúngico. El cultivo de hongos se considera el “estándar de oro” para el diagnóstico. Los dos medios de cultivo fúngicos más comúnmente utilizados incluyen el agar dextrosa de Sabouraud y el medio de prueba de dermatofitos (Imagen 10). El cultivo es un complemento valioso para la microscopía directa y es esencial al menos en todas las infecciones de las uñas y en cualquier infección a tratar con medicamentos sistémicos. En todos los casos, se utiliza un medio selectivo contra la mayoría de los mohos y bacterias no dermatofíticos como medio de aislamiento primario. La cicloheximida se incorpora a este medio como agente semiselectivo para reducir el crecimiento de hongos no dermatofíticos. El agar Sabouraud modificado con cicloheximida y cloranfenicol se usa comúnmente. Las dermatofitosis tratadas recientemente con agentes antifúngicos pueden mostrar repetidamente filamentos no cultivables y desarrollar mohos espurios (Mattei et al., 2014).

Se emplearon pruebas bioquímicas para diferenciar Trichophyton spp. son medios enriquecidos con urea, tiamina, histidina, ácido nicotínico e inositol, los aislamientos se subcultivan en este medio (Mattei et al., 2014). La biopsia de piel es útil  (Imagen 11) en el diagnóstico de reacciones de kerion e infecciones granulomatosas porque los cultivos a menudo son negativos, pero no se conocen las especies involucradas. Con el advenimiento de la tecnología molecular, ha sido posible comparar la taxonomía molecular y convencional de las especies de dermatofitos, este diagnóstico se basa en la técnica de taxonomía molecular para identificar y comparar las especies aisladas para estudios epidemiológicos (Moriello et al., 2017).

Prevención

El veterinario es extremadamente importante para el control y prevención de la enfermedad, ya que, debido a su alto potencial zoonótico, es esencial que haya una confirmación rápida de la infección en los animales, con el establecimiento del tratamiento apropiado, limitando así la contaminación del medio ambiente y el contagio de otros animales o seres humanos (Leão y Araújo, 2020; Sheinberg et al., 2017). Los conidios son muy resistentes y pueden permanecer viables en el medio ambiente durante años. La mayor posibilidad de infección ocurre cuando se contacta con animales infectados o ambientes contaminados. Entonces, la mejor manera de evitar la infección es inhibir este contacto. La estrategia profiláctica sería muy simple si estos animales expresaran signos clínicos obvios. Hay estudios que informan sobre el uso de vacunas fúngicas en gatos para prevenir la dermatofitosis. Está disponible una vacuna de dermatofitos muertos para el tratamiento de M. canis en gatos (Fel-O-Vax, Fort Dodge Laboratories). Este producto tiene licencia y se utiliza para el tratamiento y la prevención de lesiones, pero no de enfermedades (Moriello et al., 2017).

 

Las esporas de hongos pueden permanecer viables en el medio ambiente hasta por dieciocho meses, por lo que son una fuente constante de infección para animales y humanos, por lo que se necesita un cuidado riguroso. Tratamiento del medio ambiente, por ejemplo, con los muebles, las alfombras y las cortinas por donde circula el animal deben limpiarse con vapor caliente y, si no es posible, usar hipoclorito de sodio al 0,5% o clorhexidina. En grandes poblaciones de animales, como perreras o criaderos, el control y la eliminación de dermatofitos es aún más difícil, y no se recomienda introducir nuevos animales en el sitio, antes del control total de la enfermedad y la cura de los animales infectados. Los programas de cría deben suspenderse ya que los animales recién nacidos se infectan fácilmente debido al sistema inmune incompetente (Moriello et al., 2017). A menudo, los animales sin hogar que tienen libre acceso a la calle pueden entrar en contacto con animales o ambientes contaminados, transportando el hongo, así como otros patógenos, para sus dueños, comprometiendo la salud pública. Por lo tanto, las campañas de esterilización animal y las medidas socioeducativas que aclaran la importancia de mantener la salud animal son muy importantes en el control y la prevención de la dermatofitosis, así como otras zoonosis importantes (Mattei et., al 2014; Sheinberg et al., 2017). También es importante la orientación correcta a los propietarios sobre el baño con antimicóticos activos, especialmente en animales recién llegados a la propiedad, la limpieza periódica del medio ambiente y la minimización de la exposición de los animales a los niños, los ancianos y los contactos inmunodeprimidos, así como a otros animales, mediante medidas profilácticas, considerando el aumento en el número de casos de esta enfermedad en humanos (Leão y Araújo, 2020).

Conclusiones

En la actualidad la dermatofitosis es una enfermedad infecciosa de la piel, siendo una de las más comunes que puede detectar en perros y gatos, en la consulta diaria. La población de mascotas ha aumentado considerablemente en los últimos años y estos animales están más insertados en la vida diaria, manteniendo un contacto cercano sobre todo con los niños. Además, tenemos que considerar que los fómites y el medio ambiente son las fuentes eficientes de infección, debido a la alta resistencia de los artroconidios dermatofitos y el clima cálido que los favorece. Esta enfermedad sigue siendo estudiada para tratamientos más efectivos y evitar el contagio de mascotas y personas.

Bibliografia

  1. Álvarez MI., Caicedo LD. (2001). Dermatofitos en perros de Cali, Colombia. Revista Biomédica;21 (2), 128-33.

  2. Blasco GM., Garrido CC., Prez IL., Tercedor SJ.  (2014). Luz de Wood en dermatología: una técnica imprescindible. Enferm Dermatol. 2018;12(34).

  3. Betancourt O., Salas V., Otarola A., Zaror L., Salas E., Neumann J. (2012). Microsporum canis en gatos dermatológicamente sanos en Temuco, Chile. Rev Iberoam Micol. 2009;26(3):206–210.

  4. Boehringer SI., Cicuta ME., Cruz AS., Gómez L., Patiño EM., Borda JT. (1998). Observación microscópica de Trichophyton simii. Trichophyton simii en una colonia de monos “Caí” (Cebus apella), en la provincia de Corrientes, Argentina. Rev Iberoam Micol 1998; 15: 300-301

  5. Chollet A, Wespi B, Roosje P, Unger L, Venner M, Goepfert C, Monod M. (2015). An outbreak of Arthroderma vanbreuseghemii dermatophytosis at a veterinary school associated with an infected horse. Mycoses;58(4):233-8. 

  6. Coelho AC, Alegria N, Rodrigues J. (2008). Isolamento de dermatófitos en animales domésticos en Vila Real, Portugal. Arquivo Brasileiro de Medicina Veterinária e Zootecnia; 60 (4): 1017-1020.

  7. Cruz Sánchez TAC, Estrada GPA, López ZIC, Martínez A, Pérez VV, Orozco LA. (2014). Use of Propolis for Topical Treatment of Dermatophytosis in Dog. Use of Propolis for Topical Treatment of Dermatophytosis in Dog. Open Journal of Veterinary Medicine, 4, 239-245.

  8. Leão A., Araújo AKL. (2020) Aspectos clínicos, diagnósticos e terapêuticos da dermatofitose em cães e gatos e sua importância como zoonose. Revista Brasileira de Educação e Saúde; 10(1): 86-94.

  9. Martinez RNM., Peres NT.,  Rossi A. (2016). Patogenia de la dermatofitosis: detección del tejido huésped. Mycopathologia;182 (1-2): 215-227. 

  10. Mattei AS., Beber MA., Madrid IM. (2014). Dermatofitosis en animales pequeños.  SOJ Microbiol Infect Dis; 2 (3): 1-6.  

  11. Mattei SA., Beber MA., Madrid IM. (2014). Microsporum canis, observación microscópica en lactofenol. Laboratorio de Micología Veterinaria (MICVET) de la Universidad Federal de Pelotas, Rio Grande do Sul, Brasil. 

  12. Moriello KA., Coyner K, Paterson S., (2017). Mignon B. Diagnosis and treatment of dermatophytosis in dogs and cats. Veterinary Dermatology; 28 (2): 266–e68

  13. Murmu S., Debnath C., Pramanik AK., Mitra T., Jana S, Dey S., Banerjee S., Batabyal K. (2015). Detección y caracterización de dermatofitos zoonóticos de perros y gatos en Kolkata y sus alrededores. Veterinary World, 8(9): 1078-1082

  14. Nardoni N, Rocchigiani G, Amerigo PR, Veneziano V, Brajon G, Martini M, Salari, Manciati F. (2016). Donkey dermatophytosis (Equus asinus) due to Microsporum racemosum, an unusual geophilic agent. Medical Mycology Case Reports. (12) 8-10. 

  15. Naseri A., Fata A, Ali Reza KA. (2012). Macroconidios, microconidios e hifas en espiral de M. Persicolor. Jundishapur Journal Microbiology; 5 (1): 362-364. 

  16. Pérez J., Carrasco L. (2000). Diagnóstico histopatológico de micosis en patología. Departamento de Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas. Facultad de Veterinaria. Córdoba. Rev Iberoam Micol; 17: S18-S22.

  17. Ruiz A., Medina AD., Maier L., Thomson P. (2019). Dermatofitosis en gatos domésticos (Felis catus) positivos a retrovirus. Rev. investig. vet. Perú; 30(2): 902-907.

  18. Mohamed SMF, El-din AN, El-Hamd MAIsolation. (2016). Identification, and In Vitro Antifungal Susceptibility Testing of Dermatophytes from Clinical Samples at Sohag University Hospital in Egypt. Electronic Physician. 8 (6)2557-2567

  19. Sheinberg G., Romero C., Heredia R., Casas D., Galicia E. (2017). Dermatophytes from a zoonotic point of view.   International Journal of Current Advanced Research; 6 (1)1856-1861.

  20.  Spiewak, R. (1998). Hongos zoofílicos y geofílicos como causa de enfermedades de la piel en agricultores. Rev. Art. Ann Agric Environ Med 1998, 5, 97–102.

bottom of page