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Lo que debes de saber sobre Diabetes mellitus no complicada en pequeñas especies. 

PALABRAS CLAVE >  Diabetes > insulina > glucemia > monitoreo

MVZ, M en C, Diplo. Adrian Polo Jeréz.

Coordinador Técnico de la Unidad de Animales de Compañía.

MSD Salud Animal, México

adrian.polo.jerez@merck.com

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Resumen

La Diabetes mellitus (DM), es un padecimiento relativamente común en perros y gatos, pero poco detectado debido a que su diagnóstico puede llegar a ser complicado, ya que, puede compartir signos y alteraciones con otras enfermedades metabólicas y no metabólicas, y en ocasiones se puede presentar en conjunto con alguna de estas. Una vez diagnosticada, el tratamiento debe de constar de cuatro componentes: administración de insulina, dieta, ejercicio y monitoreo constante de glucemia. Para esto es indispensable tener una adecuada comunicación con nuestro equipo médico y a la vez, con la familia de la mascota, ya que gran parte del éxito del tratamiento implica tiempo, disciplina y revisiones constantes.

De acuerdo con las poblaciones estudiadas, se estima que cinco de cada 1,000 perros (1) y tres de cada 1,000 gatos padecen DM (2). Estos números podrían ser mayores, ya que en muchos casos los signos asociados al padecimiento no son detectados hasta que hay complicaciones o pasan desapercibidos por los propietarios, sin embargo, con los datos de la (Tabla 1) podemos tener referencia sobre el tipo de pacientes en que se suele presentar con mayor frecuencia.

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Tabla 1. Muestra datos la edad, raza, sexo y peso, de los animales en los que se suele presentar DM con mayor frecuencia (1-7). M (Macho), H (Hembra).

Fisiopatología

Una de las razones no patológicas por las que aumentan los niveles de glucosa en sangre, es debido a la ingesta de alimentos, lo que se conoce como glucemia posprandial que en perros puede durar entre 2 – 5 horas y en gatos puede llegar hasta las 12 horas (4, 5); cuando esto sucede la insulina es producida y liberada por las células β del páncreas, para unirse a sus receptores, esta unión permite que la glucosa ingresa a las células, contrario a lo que sucede con la Diabetes mellitus que es considerado un desorden metabólico crónico con múltiples etiologías, donde el común denominador es una hiperglucemia persistente, debido a la pérdida o disfunción en la secreción de insulina, disminución de la sensibilidad a la insulina en los tejidos debido a la presencia de sustancias endógenas y/o exógenas o una combinación de todos estos (3), lo que significa que la glucosa no puede ingresar al interior de las células y permanece en el torrente sanguíneo.

 

En perros, los niveles normales de glucemia en sangre (en ayuno) van de 60 a 100 mg/dL, se considera hiperglucemia cuando rebasan los 150 mg/dL (3); mientras que en gatos la normoglucemia (en ayuno) va de 46.8 a 152.3 mg/dL y se considera hiperglucemia a partir de 252 mg/dL, aunque hay que recordar que principalmente en los gatos el estrés puede ocasionar que presenten niveles elevados de glucosa en sangre, sin necesariamente ser diabéticos (4, 8).

  

Los signos comúnmente reportados por propietarios de perros y gatos diagnosticados con DM son: polidipsia (91%), poliuria (78%), pérdida de peso (61%), disminución visual, ceguera o cataratas (56%), polifagia (41%), hiporexia o anorexia (15%), vómito (15%), sobrepeso (8%) y diarrea (4%), algunos de estos animales presentaron dos o más de los signos reportados (9). En los primeros lugares aparecen los signos que se asocian fuertemente a DM y denominados como “las cuatro P´s”: Poliuria (PU), Polidipsia (PD), Polifagia y Pérdida de peso, pero que sabemos que no son patognomónicos de DM e incluso, que no todos los pacientes diabéticos los van a presentar. De hecho, para que un paciente diabético manifieste signos como PU/PD que están asociados a la diuresis osmótica que genera la hiperglucemia, se deben de suceder dos cosas: que la hiperglucemia sea persistente y crónica, y que los niveles de glucemia superen el umbral renal, es decir que sean mayores 180 - 220 mg/dL en perros (3) y 220 – 270 mg/dL en gatos (3, 6).  

Diagnóstico

La base del diagnóstico se centra en una adecuada y detallada historia clínica, anamnesis, examen físico y como mínimo un perfil integral, donde las principales alteraciones que se pueden presentar son las que se muestran en la (Tabla 2). 

 
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Tabla 2. Principales alteraciones en el perfil integral de pacientes con DM (10). *La presencia de cuerpos cetónicos determina el tipo de insulina que es más conveniente usar.

Junto con el perfil integral, es recomendable hacer Curvas de Glucosa que se realizan midiendo la glucemia del paciente cada dos horas durante 12 ó 24 horas; además ayudarnos a confirmar el diagnóstico, nos pueden ayudar a evaluar el tratamiento y control de DM. Para este punto es importante resaltar que es preferible utilizar un glucómetro de uso veterinario, ya que el margen de error que puede existir al utilizar un glucómetro de uso humano es hasta de 25% (3, 10). Adicionalmente, es importante tener en la lista de diagnósticos diferenciales algunas enfermedades metabólicas como hipotiroidismo, hiperadrenocorticismo en perro e hipertiroidismo y acromegalia en gatos, ya que pueden compartir algunos signos y alteraciones con DM. 

 

Tratamiento

El tratamiento para DM consiste en administración de insulina, manejo de la alimentación, ejercicio y monitoreo de glucosa de forma periódica. En cuanto a la alimentación, se prefieren dietas restringidas en carbohidratos y afortunadamente contamos con varios alimentos de prescripción en el mercado, especialmente diseñados para animales con DM. 

 

En cuanto al manejo de insulina para DM no complicada (pacientes sin cuerpos cetónicos), en México existe una sola insulina de uso veterinario que se puede usar tanto en perros como en gatos (12, 13) y varias opciones de uso humano, en ambos casos hay reportes de la efectividad de estos productos que son consideradas de efecto intermedio a prolongado, ya que la duración del efecto ronda entre las 12 y las 24 horas. 

 

Para poder elegir la insulina más adecuada para cada paciente, así como, el plan de tratamiento es necesario conocer el origen, tiempo de acción, inicio de acción, pico de acción y vía de administración de la insulina que se pretenda usar (3)

 

Finalmente debemos considerar que es nuestro deber explicarle al responsable de la mascota diagnosticada con DM aspectos como: (3, 11, 14) 

 

Mostrar al propietario el almacenamiento correcto y el manejo de insulina, cómo, cuándo y dónde administrar insulina en su mascota.

Programar revisiones periódicas

Calcular cantidad de alimento y establecer horarios de comida

Siempre utilizar la misma marca y presentación de insulina, así como de jeringas 

Enseñar al propietario como reconocer los signos asociados a la enfermedad y monitorear los niveles de glucemia en casa. 

Conclusiones

La DM, es un desorden metabólico multifactorial que requiere un enfoque integral para su diagnóstico y tratamiento, así como, un monitoreo constante para lo que debemos conjuntar la mejor evidencia científica disponible, nuestro conocimiento y la experiencia. De igual forma es indispensable resaltar la importancia de asegurar que podamos explicar de forma clara y detallada al propietario, en qué consiste la enfermedad y como debe de implementarse el tratamiento.  

Bibliografía​​

  1. Fall T et al. Diabetes mellitus in a population of 180,000 insured dogs: incidence, survival, and breed distribution. J Vet Intern Med. 2007; 21:1209-1216. 

  2. Öhlund M et al. Incidence of Diabetes Mellitus in Insured Swedish Cats in Relation to Age, Breed and Sex. J Vet Intern Med. 2015; 29:1342-1347.

  3. Behrend H. et al. 2018 AAHA Diabetes Management Guidelines for Dogs and Cats. J Am Anim Hosp Assoc 2018; 54:1–21.

  4. Farrow H. et al. Postprandial glycaemia in cats fed a moderate carbohydrate meal persists for a median of 12 hours — female cats have higher peak glucose concentrations. Journal of Feline Medicine and Surgery 14(10).

  5. Álvarez-Linares et al Diagnóstico y tratamiento de la diabetes mellitus en perros. Abanico Veterinario ISSN 2448-6132. 

  6. Lederer R, Rand JS, Jonsson NN et al. Frequency of feline diabetes mellitus and breed predisposition in domestic cats in Australia. Vet J. 2009;172(2):254-258.

  7. Clinical chemistry. In Kirk's Current Veterinary Therapy XIII Small Animal Practice. Bonagura J ed. Saunders, Philadelphia, 2000. p. 1215. 

  8. Yuen KC, Chong LE, Riddle MC. Influence of glucocorticoids and growth hormone on insulin sensitivity in humans. Diabet Med. 2013;30(6):651-663. 

  9. Macintyre D. Treatment of diabetic ketoacidosis in dogs by continuous low-dose intravenous infusion of insulin. JAVMA, Vol 202, No, 8, April 15, 1993. 

  10. Clinical chemistry. In Kirk's Current Veterinary Therapy XIII Small Animal Practice. Bonagura J ed. Saunders, Philadelphia, 2000. p. 1215.

  11. Ackerman N et al. Diabetes mellitus: Guidance for managing diabetes in practice. Companion Animal | Volume 23 No 3 |March 2018. 

  12. Ficha técnica Caninsulin®. MSD Salud Animal, 2019. 

  13. Michiels L et al. Treatment of 46 cats with porcine lente insulin a prospective, multicentre study. Journal of Feline Medicine and Surgery (2008) 10, 439e451. 

  14. Ford. S. and Lynch H. Practical Use of Home Blood Glucose Monitoring in Feline Diabetics. Vet Clin Small Anim 43 (2013) 283–301.

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