La sulfadimetoxina, clasificada como sulfonamida de acción prolongada, presenta una acción bacteriostática que interfiere con la biosíntesis del ácido folínico en las células bacterianas, actuando así en la supresión de la síntesis de proteínas, disminuyendo los procesos metabólicos e inhibiendo el crecimiento y la multiplicación de bacterias (GÓRNIAK, 2006; Aiello, 1998; Kahn, 2008; Prescott, 2010). La relativamente larga vida media y la acción bacteriostática de la sulfadimetoxina indican que la primera dosis a administrarse debe producir rápidamente una cantidad terapéutica del compuesto en el organismo. Se sugiere que un régimen de dosificación más satisfactorio podría hacerse con el uso de una primera dosis de ataque y manteniendo los niveles terapéuticos con dosis correspondientes a la mitad de esta dosis inicial con un intervalo entre dosis de 24 horas (Prescott, 2010).
La ormetoprima, perteneciente al grupo de las Diaminopirimidinas, es un análogo estructural del ácido fólico que actúa inhibiendo la enzima di-hidrofolato reductasa y por lo tanto impide la conversión del ácido fólico en ácido folínico. Cuando se utiliza en forma individual, este agente no es particularmente eficaz contra bacterias y la resistencia se desarrolla rápidamente, sin embargo, cuando está combinada con las sulfonamidas promueve efecto sinérgico y un eficaz mecanismo de acción.
“Aunque las sulfas sean fármacos bacteriostáticos, las sulfonamidas potencializadas son bactericidas y de preferencia cuando se trata de infecciones causadas por microorganismos multiresistentes. ”
En general, la asociación de activos de los grupos sulfonamida-diaminopirimidina, presenta como ventajas un amplio espectro de acción, buena distribución en tejidos, seguridad, efecto bactericida y administración oral. Otra ventaja de esta asociación es que reduce varias veces la concentración mínima inhibitoria (CMI) tanto de la sulfonamida como de la diaminopirimidina contra una amplia gama de microorganismos patógenos, permitiendo pequeñas dosis de los fármacos a actúen de manera efectiva contra las infecciones que afectan a perros y gatos (SPOO & Riviere, 2003).
Varias son las infecciones bacterianas que pueden afectar la piel, orejas, tracto digestivo, tracto urinario, así como el sistema respiratorio de perros y gatos, siendo que para tales trastornos la combinación de activos sulfadimetoxina-ormetoprima se considera una de las opciones más efectivas para el tratamiento de las patologías a menudo encontradas en la clínica veterinaria, como las descritas a continuación.
Piodermitis
El término Piodermitis se ha utilizado para clasificar las infecciones bacterianas de la piel que afectan el tegumento en cualquier nivel de profundidad. Se trata de un grupo de enfermedades que a menudo se diagnostican equivocadamente en la práctica clínica debido a la extrema variabilidad de los signos clínicos, presentando lesiones localizadas o generalizadas, superficiales o profundas.
El patógeno cutáneo aislado con mayor recurrencia en las infecciones bacterianas de la piel de los perros es Staphylococcus pseudintermedius, otros agentes tales como Proteus mirabilis, Proteus vulgaris, Escherichia coli, Bacillus sp., Corynebacterium spp. y Pseudomonas spp., también pueden desempeñar un papel como agentes patógenos secundarios (VIEIRA, 2012).
Recientemente, la resistencia a la meticilina emergió como un problema importante en las bacterias del género Staphylococcus, como el S. pseudintermedius, porque estos microorganismos tienen el gen de la mecA que codifica la proteína (2a) de conexión a las penicilinas (PLP2A), reduciendo así la afinidad por todos los antimicrobianos de la clase de los beta-lactámicos (WEESE, DUIJKEREN, 2010). Además de la resistencia a los beta-lactámicos, el S. pseudintermedius es a menudo resistente a otras clases de compuestos antimicrobianos restringiendo las opciones de tratamiento a la piodermitis causada por este microorganismo (Bemis et al., 2009).
Para estos casos, las sulfas potencializadas siguen siendo una opción capaz de resolver infecciones cutáneas en pequeños animales, principalmente las causadas por bacterias del género Staphylococcus, donde las especies de Staphylococcus resistentes a la meticilina, por lo general, siguen siendo sensibles a esta clase de antibióticos. Aunque las sulfas sean fármacos bacteriostáticos, las sulfonamidas potencializadas son bactericidas y de preferencia cuando se trata de infecciones causadas por microorganismos multiresistentes. Según una reciente revisión sobre el uso de antimicrobianos sistémicos en el tratamiento de la piodermitis superficial, entre los medicamentos utilizados, la asociación de sulfadimetoxina-ormetoprim resultó eficaz, a una dosis recomendada fue de 55 mg/ kg (en el 1er día) seguida de 27,5 mg/kg en los otros días de tratamiento, administrado oralmente una vez al día (SUMMERS et al., 2012).
Otitis
Las otitis son una de las principales razones de las consultas con los médicos veterinarios. Descrita como inflamación que afecta el conducto auditivo, principalmente de perros que, al empeorar, produce gran dolor y malestar. La causa de la otitis se debe identificar y tratar rápidamente, porque los casos crónicos o mal curados pueden dar lugar a una perforación del tímpano, a la sordera o aún a la remoción el conducto auditivo.
Entre los microorganismos comúnmente aislados el conducto auditivo de perros se encuentran a menudo las bacterias del género Staphylococcus, principalmente el S. intermedium además de Malassezia pachydermatis, Proteus spp. , Pseudomonas spp. Especialmente en infecciones crónicas, se encuentra Escherichia coli, Bacillus spp. y con menos frecuencia está el Streptococcus spp.
El protocolo terapéutico para un tratamiento exitoso de la otitis infecciosa puede variar ampliamente dependiendo del grado de cambios patológicos en el canal auditivo y del microorganismo involucrado, especialmente en los casos crónicos donde hay presencia de bacterias con alta resistencia a los antibióticos, como las del género Staphylococcus spp. y Pseudomonas spp. En estos casos, las sulfonamidas potencializadas son efectivas, actuando contra dichos agentes y evitando así posibles recurrencias (TULESK, 2007).
Infecciones intestinales e Isosporosis
Entre las patologías que afectan el tracto gastrointestinal de los animales domésticos podemos destacar las colitis, clasificadas como procesos inflamatorios que alcanzan el intestino grueso (colon) y las enterocolitis, que afectan las estructuras del intestino delgado y grueso. Tales patologías pueden ocurrir aisladamente o como parte de una gastroenterocolitis generalizada, siendo que las causas más comunes para el desarrollo de estas enfermedades son: infección bacteriana (e.g. Escherichia coli), dieta, stress y parasitosis como la causada por protozoos del género Isospora, conocida como Isosporosis; infección que promueve la destrucción del epitelio de la pared intestinal de los animales (SHAFER, 2006).
Las especies más importantes del género Isospora, que también se conoce como Cystoisospora, incluyen C. canis e C. ohioensis, afectando a los perros e C. felis e C. rivolta, afectando a los gatos (URQUHART et al., 1998). En general, los signos clínicos presentados por los animales son diarrea con moco y sangre, vómitos, deshidratación, anorexia, anemia, apatía y muerte en los casos más graves, especialmente en animales jóvenes (TESSEROLLI et al., 2005).
El tratamiento varía según la especie afectada, en el caso de perros y gatos, los fármacos a base de sulfa y sus asociaciones con indicados como, por ejemplo, la composición de sulfadimetoxina-ormetoprim, donde el activo sulfadimetoxina actúa en la abolición de la eliminación de ooquistes además de limitar el cuadro de la diarrea asociado a la infección por isosporosis (LINDSAY; BLAGBURN, 1995). Estudio sobre la combinación de activos sulfadimetoxina-ormetoprim en el tratamiento de isosporosis en perros, en la dosis de 11 mg/kg de peso vivo de ormetoprim y 55 mg/kg de peso vivo de sulfadimetoxina cada 24 horas durante 14 días demostró eficacia del 100% para C. canis, cese de diarrea y eliminación del conteo de ooquistes en el examen de laboratorio de OPG a los 4 días después de iniciado el tratamiento y manteniendo este resultado hasta 8 días después del inicio del tratamiento. Para C. ohioensis el índice de eficacia fue de 100% a los 5 días tras el inicio del tratamiento y se mantuvo hasta 8 días después del iniciado el tratamiento; lo que asegura su efectividad.
Pielonefritis
El término pielonefritis se refiere a la infección de la pelvis y del parénquima renal, que usualmente se origina por extensión de infección bacteriana del tracto urinario inferior que asciende por los uréteres hasta los riñones y establece infecciones en la pelvis y en la medula, pudiendo manifestarse de manera unilateral o bilateral, aguda o crónica.
Los principales microorganismos que causan pielonefritis en perros y gatos incluyen Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Streptococcus spp., Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa y Enterobacter spp., siendo los perros más susceptibles que los gatos, con mayor prevalencia en animales de edad avanzada y en hembras.
La forma terapéutica aplicada en la pielonefritis se fundamenta en el uso de antimicrobianos, siendo la combinación sulfadimetoxina-ormetoprim, altamente efectiva contra bacterias oportunistas presentes en el tracto urinario de perros y gatos.
Neumonía bacteriana
Entre las patologías del tracto respiratorio que afectan a perros y gatos la neumonía bacteriana es considerada la causa más importante de morbididad y mortalidad, especialmente en los animales internados, siendo causada por diversos agentes como Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Staphylococcus intermedius, S. aureus, Streptococcus pyogenes, S. zooepidermicus, Pasteurella multocida y en casos de bronquitis felinas por el agente Pasteurella multocida.
Tales microrganismos que de acuerdo con la literatura han mostrado sensibilidad al tratamiento con sulfadimetoxina-ormetoprim.
Prostatitis
Definida como una infección de la glándula prostática, la prostatitis afecta principalmente perros adultos y no castrados. Los microrganismos rutinariamente involucrados en la prostatitis son los mismos presentes en infecciones del tracto urinario, siendo la Escherichia coli el organismo frecuentemente aislado, además de otros agentes como Staphylococcus aureus, Klebsiella spp., Proteus mirabilis, Mycoplasma canis, Pseudomonas aeruginosa, Enterobacter spp., Streptococcus spp., Pasteurella spp., Haemophilus spp. o Brucella canis. Para el tratamiento de la prostatitis bacteriana, recomiendas el uso de antibióticos, como las sulfas potencializadas, dónde la combinación sulfadimetoxina y ormetoprim es considerada altamente efectiva contra las bacterias descritas.
Conclusión
Conforme fue descrito anteriormente el uso de un antimicrobiano a base de Sulfadimetoxina y Ormetoprim, dos activos de asociación sinérgica, con potencialización de la acción de la sulfadimetoxina en razón de la asociación al ormetoprim y la ventaja de presentar larga vida media permitiendo tratamientos con una única dosis diaria es indicado para el tratamiento de diversas patologías de la rutinaria en la clínica veterinaria. En casos de infecciones bacterianas que se presentan perros y gatos se recomienda la dosis inicial de 160 mg/kg de peso corporal (dosis de ataque) en el primer día de tratamiento y para los días subsecuentes la dosis de 80 mg/kg de peso corporal; siendo también indicado para el tratamiento de isosporosis en perros cuya dosis recomendada es de 200 mg/kg de peso corporal, lo que corresponde a 57,2 mg de sulfadimetoxina y 11,2 mg de ormetoprim por kg de peso corporal. El tratamiento deberá realizarse por vía oral con administración cada 24 horas, siendo que la dosificación, la duración del tratamiento, así como las condiciones del paciente deben ser cuidadosamente evaluadas por el veterinario para que se obtenga un buen resultado con el tratamiento elegido.
Bibliografía
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LINDSAY DL; BLAGBURN BL. 1995. Practical treatment and control of infections caused by canine gastrointestinal parasites. Veterinary Medicine. 89:441-455.
El uso de las sulfas potencializadas en la rutina clínica de pequeños animales.
PALABRAS CLAVE > Sulfas > bactericida>bacteriostático > piodermitis > otitis > pielonefritis
Introducción
Los perros y gatos están constantemente expuestos al riesgo de contraer enfermedades de origen bacteriano. Es conocido que no todas las bacterias son dañinas, algunas de ellas pertenecen a la flora natural del organismo de los animales y aportan beneficios; sin embargo, hay ciertos tipos de bacterias que causan infecciones y varias enfermedades que, cuando no se tratan correctamente, pueden ser fatales.
En relación con los protocolos de tratamiento y el grupo de fármacos utilizados para tratar las infecciones que afectan a perros y gatos, las sulfonamidas se administran comúnmente, algunas veces en combinación con una droga diaminopirimidina, con el fin de beneficiarse de la actividad antimicrobiana sinérgica y bactericida, además de reducir el riesgo de que surjan cepas resistentes. En consecuencia, se obtienen mejores resultados de eficacia con esta asociación, que forma las denominadas sulfonamidas potencializadas. Entre los activos de estos grupos, la sulfadimetoxina asociada con la ormetoprima es la combinación que proporciona mayores ventajas, ya que es la única en el mercado que se caracteriza por una vida media más larga y por lo tanto permite tratamientos con una sola dosis diaria.