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Año XXII. Edición 131. Octubre Noviembre 2025

 
 

Evidencia actual y perspectivas terapéuticas del Trasplante de Microbiota Fecal en Medicina Veterinaria canina.

 
 
PALABRAS CLAVE: Microbioma > disbiosis > microbiota > eubiosis > enteropatía > secuenciación
 
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Departamento Técnico Grupo Nutec.

 

Resumen

 
 
 
 
 

El trasplante de microbiota fecal (TMF), surge como una alternativa terapéutica para diversas patologías gastrointestinales en caninos. Esta revisión analiza la evidencia científica actual sobre protocolos de preparación, aplicaciones clínicas y consideraciones prácticas del TMF en medicina veterinaria. Se analizaron estudios sobre enteropatías inflamatorias crónicas, diarrea aguda, infección por parvovirus y restauración microbiana posterior al tratamiento antibiótico. La evidencia sugiere eficacia clínica comparable a terapias convencionales con el beneficio adicional de preservar la diversidad microbiana intestinal. Sin embargo, aún no hay consenso sobre la dosificación óptima, durabilidad de los efectos y criterios de selección de pacientes. Se requieren ensayos clínicos controlados y aleatorizados de mayor escala para establecer protocolos estandarizados.

Introducción

El microbioma intestinal

El microbioma intestinal constituye un ecosistema complejo cuya alteración —denominada disbiosis— se ha asociado con múltiples patologías en medicina veterinaria. El trasplante de microbiota fecal representa un abordaje terapéutico que, mediante la transferencia de material fecal procesado de un donante sano a un receptor enfermo, busca restaurar la eubiosis intestinal.

 

Durante las últimas dos décadas, la comprensión del papel del microbioma en la homeostasis del hospedero ha experimentado avances significativos. Las técnicas de secuenciación de nueva generación han permitido caracterizar la composición microbiana intestinal con alta precisión, revelando que las bacterias representan aproximadamente el 80-90% de los microorganismos intestinales y participan activamente en procesos metabólicos, inmunológicos y de protección contra patógenos (Pilla & Suchodolski, 2021).

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La disbiosis intestinal se ha documentado en enteropatías inflamatorias crónicas, diarrea aguda idiopática, infecciones virales y como consecuencia iatrogénica de terapias antimicrobianas (Redfern et al., 2017). El TMF, a diferencia de terapias sintomáticas o inmunomoduladoras convencionales, aborda directamente la composición microbiana alterada. No obstante, su implementación requiere protocolos estandarizados que garanticen seguridad, viabilidad microbiana y reproducibilidad de resultados.

El Microbioma Intestinal Canino

Composición y Funciones

 

El tracto gastrointestinal canino alberga una comunidad microbiana dominada por los filos Bacillota (anteriormente Firmicutes), Actinomycetota, Bacteroidota  y, en menor proporción, Pseudomonadota. Esta composición tiene una variabilidad individual considerable, influenciada por factores genéticos, dietéticos, ambientales y la historia médica del animal.

 

Las funciones del microbioma son más que solo la fermentación de sustratos no digeribles. Incluyen síntesis de vitaminas del complejo B y K, producción de ácidos grasos de cadena corta con efectos antiinflamatorios locales y sistémicos, metabolismo de ácidos biliares, y desarrollo y entrenamiento del sistema inmune mucoso. La evidencia sugiere que el microbioma actúa funcionalmente como un órgano metabólico, contribuyendo directamente al estado de salud del hospedero (Pilla & Suchodolski, 2021).

 

Disbiosis: Definición y Manifestaciones Clínicas

 

La disbiosis no constituye una entidad diagnóstica única sino un estado de desequilibrio microbiano caracterizado por pérdida de diversidad, cambios en abundancias relativas de taxones específicos, y alteraciones en la capacidad funcional del microbioma. En medicina veterinaria canina, se han propuesto distintos grados de disbiosis para cuantificar estas alteraciones, aunque su validación clínica y estandarización permanecen en desarrollo.

 

Las manifestaciones clínicas asociadas con disbiosis son diversas. Las enteropatías inflamatorias crónicas típicamente se ven disminuidas con la diversidad microbiana, reducción de bacterias productoras de butirato, y aumento de Enterobacteriaceae. La diarrea aguda puede asociarse con patrones similares, aunque generalmente de menor severidad y duración.

 

Un aspecto frecuentemente subestimado es la disbiosis iatrogénica. Pilla et al. (2020) documentaron que el metronidazol —antimicrobiano comúnmente prescrito para diarreas— produce alteraciones profundas y persistentes en el microbioma fecal y el metaboloma. Estos hallazgos plantean interrogantes sobre la racionalidad de su uso en diarreas no complicadas y sugieren la necesidad de estrategias terapéuticas que minimicen el daño colateral al ecosistema microbiano.

 

¿Cómo se realiza el TMF?: Protocolos de Preparación

Selección y Tamizaje de Donantes

 

La seguridad del TMF depende críticamente de protocolos rigurosos de selección de donantes. El Consorcio Internacional de TMF para Animales de Compañía ha establecido directrices que incluyen evaluación clínica exhaustiva, análisis hematológicos y bioquímicos, detección de parásitos intestinales mediante flotación y técnicas moleculares, cultivo bacteriano para patógenos entéricos, y caracterización de la composición microbiana mediante secuenciación del gen 16S rRNA (Winston et al., 2024).

Los criterios de exclusión incluyen historial de enfermedad gastrointestinal, uso de antimicrobianos en los últimos seis meses, dietas no convencionales (crudas, vegetarianas), obesidad o desnutrición, y evidencia de disbiosis en el análisis microbiano. La edad óptima del donante aun no queda clara; algunos protocolos favorecen animales jóvenes-adultos (1-5 años) por su mayor estabilidad microbiana, mientras otros argumentan que donantes más jóvenes pueden exhibir mayor plasticidad.

 

Procesamiento y Almacenamiento

 

Los protocolos de procesamiento varían considerablemente entre instituciones, generando heterogeneidad que dificulta la comparación de resultados entre estudios. Randolph et al. (2025) realizaron el primer análisis sistemático del impacto del procesamiento sobre la estructura de la comunidad microbiana y la viabilidad bacteriana en productos de TMF canino y felino.

 

El protocolo de doble centrifugación adaptado de la literatura médica humana demostró no alterar significativamente la estructura general de la comunidad microbiana según análisis de diversidad beta mediante algoritmo de disimilitud de Bray-Curtis (p>0.05 para todos los donantes evaluados). Este hallazgo es metodológicamente importante porque valida que el procesamiento preserva la composición microbiana del material original.

 

Sin embargo, el procesamiento sí afectó la viabilidad microbiana medida mediante unidades formadoras de colonias (UCF). Aunque las UCF representan únicamente microorganismos cultivables —una fracción minoritaria del microbioma total— sirven como indicador sustituto de viabilidad. Los productos procesados sin centrifugación mostraron viabilidad significativamente menor tras dos semanas de almacenamiento a -80°C comparados con productos centrifugados (p<0.05).

 

Criopreservación: La adición de glicerol al 10% demostró ser el crioprotector más efectivo para productos caninos almacenados a -80°C, manteniendo viabilidad microbiana superior durante seis meses comparado con productos sin crioprotector. Específicamente, productos con glicerol exhibieron una reducción media de 0.66 log10 UCF/g tras congelación, comparado con 1.54 log10 UCF/g en productos sin crioprotector (Randolph et al., 2025).

Resalta, que los productos felinos mostraron mejor preservación con maltodextrina/trehalosa al 25% que, con glicerol, sugiriendo diferencias interespecíficas en requerimientos de criopreservación que merecen investigación adicional.

 

Liofilización: Los productos liofilizados ofrecen ventajas logísticas: almacenamiento a temperatura ambiente, estabilidad durante transporte, facilidad de administración oral mediante cápsulas. Todos los productos liofilizados experimentaron reducción significativa de viabilidad tras seis meses de almacenamiento (p<0.001). Sin embargo, productos con maltodextrina/trehalosa al 25% exhibieron la menor reducción (mediana 0.82 log10 UCF/g) comparado con glicerol (3.42 log10 UCF/g) o sin lioprotector (1.57 log10 UCF/g).

 

Una limitación metodológica importante es que la viabilidad microbiana medida por UCF no necesariamente predice eficacia clínica. La relevancia biológica de estas diferencias en viabilidad requiere validación mediante ensayos clínicos que correlacionen CFU con resultados clínicos y engraftment microbiano.

 

Evidencia en Aplicaciones Clínicas

Enteropatías Inflamatorias Crónicas

 

Las enteropatías inflamatorias crónicas caninas representan un grupo de condiciones caracterizadas por inflamación intestinal persistente. La evidencia para TMF en esta indicación proviene principalmente de series de casos y estudios observacionales.

 

Toresson et al. (2023) reportaron resultados de 41 perros con enteropatías crónicas tratados con TMF como terapia adyuvante. El 78% de los casos mostraron mejoría clínica según el Canine Inflammatory Bowel Disease Activity Index (CIBDAI). El análisis de microbioma reveló cambios en múltiples familias bacterianas que persistieron hasta 60 días post-tratamiento.

 

Sin embargo, este estudio presenta limitaciones significativas. La ausencia de grupo control impide determinar si la mejoría se debió al TMF, efecto placebo, o resolución espontánea. Adicionalmente, los perros recibieron TMF junto con otras terapias (inmunosupresores, modificaciones dietéticas), imposibilitando aislar el efecto específico del TMF. La heterogeneidad en protocolos de TMF (frecuencia, dosis, vía de administración) también limita la generalizabilidad.

Un estudio más reciente con diseño controlado comparó TMF versus terapia estándar en perros con enfermedad inflamatoria intestinal. Los resultados preliminares sugieren eficacia similar entre ambos grupos, aunque el TMF se asoció con menor necesidad de inmunosupresores a largo plazo. Estos datos, aunque alentadores, requieren validación en estudios multicéntricos de mayor escala.

 

Diarrea Aguda: Comparación con Metronidazol

 

Chaitman et al. (2020) realizaron el único estudio hasta la fecha que compara directamente TMF con metronidazol en diarrea aguda canina. Treinta perros fueron asignados no aleatorizadamente a recibir TMF oral (n=15) o metronidazol (n=15).

 

Ambos grupos mostraron mejoría clínica similar en tiempo de resolución de diarrea (mediana 2 días en ambos grupos, p=0.89). Sin embargo, el análisis de microbioma reveló diferencias fundamentales. Los perros tratados con metronidazol experimentaron reducción significativa de diversidad microbiana (índice de Shannon) que persistió 28 días post-tratamiento. En contraste, los perros tratados con TMF mantuvieron o incrementaron la diversidad microbiana.

 

El análisis metabolómico mostró que perros tratados con TMF exhibieron perfiles de ácidos grasos de cadena corta y ácidos biliares más similares a controles sanos comparado con el grupo de metronidazol. Estos hallazgos sugieren que, aunque ambas terapias resuelven los síntomas, el TMF preserva mejor la homeostasis del ecosistema intestinal.

 

Las limitaciones incluyen tamaño muestral pequeño, ausencia de aleatorización (lo que introduce potencial sesgo de selección), y seguimiento relativamente corto. Adicionalmente, la relevancia clínica a largo plazo de preservar la diversidad microbiana en diarreas agudas autolimitadas permanece incierta.

 

Parvovirus: Terapia Adyuvante en Enfermedad Crítica

 

La enteritis por parvovirus canino causa destrucción masiva del epitelio intestinal, resultando en mortalidad de 10-30% en cachorros tratados. Pereira et al. (2018) evaluaron TMF como terapia adyuvante en 10 cachorros hospitalizados con parvovirus, comparándolos retrospectivamente con 20 controles históricos.

Los cachorros tratados con TMF mostraron una más rápida resolución en la diarrea (mediana 3 vs 5 días, p=0.03), menor duración de la hospitalización (mediana 5 vs 7 días, p=0.04), y tendencia a menor mortalidad (10% vs 25%, p=0.34). El análisis del microbioma mostró que los cachorros tratados con TMF recuperaron la diversidad microbiana más rápidamente.

 

Este estudio, aunque pionero, tiene limitaciones metodológicas importantes. El diseño retrospectivo con controles históricos introduce múltiples fuentes potenciales de sesgo (cambios en protocolos de cuidados intensivos, variabilidad en cepas virales, diferencias en población). El pequeño tamaño de la muestra limitó el poder estadístico para detectar diferencias en mortalidad. Son necesarios ensayos prospectivos, aleatorizados y controlados para confirmar estos hallazgos preliminares.

 

Restauración Posterior al tratamiento antibiótico

 

Los antimicrobianos, particularmente los de amplio espectro, causan perturbaciones profundas del microbioma que pueden tardar semanas o meses en resolverse. Esta observación ha generado interés en el TMF como estrategia de restauración acelerada.

 

Aunque no existen estudios publicados específicamente sobre TMF para restauración post-antibiótica en caninos, evidencia indirecta proviene de estudios que evaluaron recuperación microbiana tras tilosina. La adición de TMF aceleró la recuperación de diversidad microbiana y normalización de metabolitos comparado con recuperación espontánea.

 

Esta aplicación potencial requiere ser validado mediante estudios diseñados específicamente para evaluar TMF post-antibiótico, idealmente con diferentes clases de antimicrobianos y en diversos contextos clínicos.

 

Consideraciones Técnicas y Prácticas

Vías de Administración: Ventajas y Limitaciones Comparativas

 

Vía oral: Ofrece conveniencia y aceptabilidad para propietarios. Las cápsulas liofilizadas permiten administración en casa. Sin embargo, el tránsito a través del tracto gastrointestinal superior expone los microorganismos a pH ácido gástrico y enzimas digestivas, potencialmente reduciendo viabilidad. Las cápsulas con recubrimiento entérico pueden disminuir este problema pero incrementan costos.

 

Vía rectal: Permite colonización directa del colon, evitando el ambiente hostil del estómago y intestino delgado. Puede administrarse mediante enema simple o colonoscopia. Las desventajas incluyen incomodidad para el paciente, necesidad de retención del material (lo cual puede ser difícil en pacientes con diarrea), y menor aceptabilidad para propietarios.

 

Vía duodenal: Mediante endoscopia permite deposición del TMF en intestino delgado proximal. Potencialmente beneficioso para condiciones que afectan principalmente intestino delgado. Requiere anestesia y equipo especializado, limitando su aplicabilidad práctica.

 

Son escasos los estudios comparativos directos entre vías de administración. Un estudio en medicina humana sugirió que la vía de administración no afecta significativamente tasas de éxito en infección por Clostridioides difficile, aunque la extrapolación de estos resultados a medicina veterinaria, debe hacerse con cautela.

 

Dosis

 

La dosificación óptima permanece sin establecerse. Los protocolos publicados varían de 1 a 5 g/kg de peso corporal, con algunos estudios usando dosis fijas independientes del peso. La frecuencia varía de dosis única a administración diaria por períodos prolongados.

 

Esta heterogeneidad refleja la ausencia de estudios de dosis-respuesta. Factores que potencialmente influyen en requerimientos de dosis incluyen severidad de la disbiosis, patología subyacente, estado inmunológico del receptor, y vía de administración. El desarrollo de protocolos basados en evidencia requiere ensayos clínicos que evalúen sistemáticamente diferentes esquemas de dosificación.

Perfil de Seguridad

 

La seguridad del TMF ha sido evaluada en múltiples estudios. Lee et al. (2024) realizaron el primer estudio prospectivo específicamente diseñado para evaluar seguridad del TMF en caninos sanos. Dieciocho perros recibieron TMF mediante varias vías (oral, rectal, duodenal). No se observaron eventos adversos serios. Los efectos adversos leves incluyeron vómito transitorio (11%), diarrea leve (22%), y flatulencia (33%).

Los análisis inmunológicos sanguíneos (subpoblaciones de linfocitos, citocinas) no mostraron cambios significativos, sugiriendo que el TMF no induce activación inmune sistémica en receptores sanos. Sin embargo, la extrapolación a pacientes enfermos, particularmente aquellos inmunocomprometidos, requiere cautela.

 

El riesgo teórico más significativo es la transmisión de patógenos del donante al receptor. Hasta la fecha, no se han reportado casos de transmisión de enfermedades infecciosas mediante TMF en medicina veterinaria canina. Sin embargo, el tamizaje riguroso de donantes sigue siendo indispensable. Una preocupación principal, son patógenos con periodos de incubación prolongados o portadores asintomáticos que podrían no detectarse en evaluaciones puntuales.

 

Interacción Nutrición-Microbioma: Consideraciones Complementarias

 

El reconocimiento del papel de la nutrición en la modulación del microbioma sugiere que las estrategias nutricionales podrían complementar o potenciar los efectos del TMF. Esta hipótesis, aunque biológicamente factible, carece aún de validación experimental rigurosa en el contexto del TMF.

 

Los prebióticos (FOS, MOS, inulina) son carbohidratos no digeribles que estimulan selectivamente el crecimiento de bacterias beneficiosas. Los probióticos (Lactobacillus, Bifidobacterium, Enterococcus) son microorganismos vivos que pueden conferir beneficios al hospedero. Los ácidos grasos omega-3 poseen propiedades antiinflamatorias y pueden modular la composición microbiana. Los polifenoles y otros compuestos bioactivos de origen vegetal exhiben efectos prebióticos y antimicrobianos selectivos.

 

La administración de prebióticos y/o probióticos post-TMF podría teóricamente promover el éxito del injerto y la persistencia de los microorganismos trasplantados. Sin embargo, esta hipótesis requiere validación mediante estudios controlados que comparen TMF solo versus TMF más intervenciones nutricionales específicas, con evaluación tanto del éxito del injerto microbiano como de resultados clínicos.

 
 

Conclusiones

El trasplante de microbiota fecal ha evolucionado de intervención experimental a opción terapéutica con fundamento científico en medicina veterinaria canina. La evidencia acumulada, aunque limitada por heterogeneidad metodológica y tamaños de muestra pequeños, sugiere eficacia comparable a terapias convencionales en diversas patologías gastrointestinales, con el beneficio adicional de preservar o restaurar la diversidad microbiana intestinal.

 

Los protocolos estandarizados recientemente desarrollados para preparación y almacenamiento de productos de TMF facilitan la implementación práctica. La selección rigurosa de donantes y el tamizaje exhaustivo son fundamentales para garantizar seguridad. La elección entre productos frescos, congelados o liofilizados debe considerar recursos disponibles, logística y contexto clínico específico.

 

Las aplicaciones clínicas más prometedoras incluyen enteropatías inflamatorias crónicas refractarias a terapias convencionales, diarrea aguda como alternativa a antimicrobianos de amplio espectro, y potencialmente como terapia adyuvante en parvovirus y para restauración microbiana post-antibiótica. Sin embargo, la determinación de indicaciones precisas requiere validación mediante ensayos clínicos rigurosos.

 

El TMF no debe conceptualizarse como panacea ni como reemplazo de abordajes diagnósticos y terapéuticos establecidos. Funciona como componente de estrategias terapéuticas integrales que incluyen diagnóstico preciso de patologías subyacentes, nutrición apropiada, y cuando esté indicado, terapias farmacológicas convencionales.

 

Las prioridades de investigación incluyen ensayos aleatorizados controlados de mayor escala, estudios de dosis-respuesta, caracterización del éxito del injerto microbiano, desarrollo de biomarcadores predictivos, y evaluación de durabilidad de efectos a largo plazo. La estandarización de protocolos y desenlaces clínicos facilitará la síntesis de evidencia y el desarrollo de guías clínicas basadas en evidencia.

 

Para los médicos veterinarios zootecnistas, el TMF representa una adición valiosa al arsenal terapéutico para patologías gastrointestinales. La accesibilidad creciente a protocolos detallados, productos comerciales, y educación continua sobre el tema permitirá la adopción más amplia de esta terapia en la práctica veterinaria. 

Referencias

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