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Año XXI. Edición 124. Julio Agosto 2024

Evaluación mediante escala Bio-Arth®️ y cuestionario Load® en perros con Osteoartritis suplementados con Uc-Ii®.

 
 
PALABRAS CLAVE: UC-II® ﹥ Osteoartritis ﹥ Perros ﹥ LOAD ﹥ BIO-ARTH
 
Pestaña.png

J Aguilar-Murrieta¹, HJ Reyes-Alva¹, R Heredia-Cardenas²

¹Hospital veterinario de Pequeñas Especies de la Universidad Autónoma del Estado de México.

²DVP, Diagnóstico Parasitológico Veterinario, Ecatepec, Estado de México. 

Resumen

Se abordo a 16 pacientes con diferentes grados de osteoartrosis (OA) mediante la escala radiológica y funcional BIO-ARTH®, así como el cuestionario Liverpool Osteoarthritis in Dogs (LOAD), goniometría y examen ortopédico en dinámica y a la manipulación, como parte de la estadificación del paciente con dicha patología, de igual forma los pacientes se suplementaron con Omega 3, Vitamina E y UC-II® (PETFLEX®) para determinar la eficacia de este condroprotector. En dicho estudio se evaluó los parámetros antes mencionados de forma trimestral durante un periodo de 6 meses. 

Introducción

La osteoartritis (OA), es la afección ortopédica más común observada en perros (Mele, 2017), con una prevalencia clínica estimada de aproximadamente 2,5% (Anderson et al.,2020) que aumenta al 20% cuando se evalúa postmortem (Marsh et al., 2016). Tan solo en los Estados Unidos casi el 20% de los perros domésticos desarrollan osteoartritis espontáneamente, y esto se traduce en al menos 15 millones de perros con esta patología (Ruff et al., 2016). La OA juega un papel clave al momento de evaluar la calidad de vida de los perros, debido al dolor crónico que esta produce (Summer et al., 2019). 

Una de las primeras publicaciones que describe los cambios observados con la OA clínica espontánea en perros, fue publicada en el Journal of Small Animal Practice (Morgan,1969) en el cual se comparó los hallazgos radiográficos en la articulación femoro-tibio-patelar de 12 perros juveniles, clínicamente sanos, con 12 perros de edad avanzada con claudicación de 3 a 4. 

Pese a su baja sensibilidad en las primeras etapas de la OA, la radiografía sigue siendo el estándar de atención para el diagnóstico de la OA tanto en perros como en humanos, ya que es económica, la obtención del equipo es relativamente accesible, sin embargo; se ha documentado que la gravedad de los cambios radiológicos no necesariamente se correlaciona con el diagnóstico clínico (Enomoto et al., 2022). 

Petflex

En la rama de la medicina en general, los métodos estándar para evaluar el dolor crónico son las pruebas clínicas validadas y complementadas por el paciente las cuales se conocen como instrumentos de metrología clínica (CMI) por sus siglas en inglés (Walton et al., 2013; Muller et al., 2016). Un CMI es una secuencia de preguntas que se califican en función de las observaciones o experiencias de la persona que lo completa. La puntuación individual se utiliza luego para calcular el promedio total en dicho instrumento. 

En la actualidad se reportan 6 CMI para evaluar la OA en perros (Walton et al., 2013). LOAD es instrumento de metrología clínica que evalúa la movilidad en perros con osteoartritis mediante la opinión del propietario, cuantificando en una escala del 0-4, de un total de 13 preguntas la categorización del grado de movilidad del paciente veterinario con la severidad de los signos clínicos asociados a osteoartritis evaluando como puntaje leve (0-11); moderado (12-20); grave (21-30) y extremo (31-52). (Stabile et al., 2016).

Por otro lado, también existen diversas herramientas de estadificación utilizando los métodos de diagnóstico asistidos por imagen como lo es la escala Bio-arth la cual funciona para cuantificar los signos radiológicos de la osteoartritis en las articulaciones de la rodilla, cadera y el codo del perro doméstico, y de esta manera poder clasificarla según su grado de severidad (Bergh et al., 2014). Esta herramienta sistema permite identificar de una manera sencilla las áreas anatómicas susceptibles de presentar cambios radiológicos, valorar la severidad de las lesiones y poder cuantificar si éstas evolucionan o no con el tiempo (SánchezCarmona et al., 2006). 

Una vez diagnosticada, la osteoartritis debe de ser tratada lo antes posible, esto debido al dolor crónico que esta genera, dando como resultado un decremento en la calidad de vida en el paciente (Aragon et al., 2007). Para ello actualmente se cuenta con un gran arsenal de tratamientos médicos y quirúrgicos tanto convencionales como no convencionales; Como lo son reemplazos articulares, antiinflamatorios no esteroideos (AINES), control de peso, control de actividad, fisioterapia, anticuerpos monoclonales (Bedinvetmab) y nutracéuticos (Pye et al., 2022). 

De entre los nutracéuticos podemos encontrar al colágeno no desnaturalizado tipo II (UC-II®) (Bagchi et al., 2008). El cual reduce significativamente los niveles circulantes de citocinas proinflamatorias como son las metaloproteinasas (MMP), factor de necrosis tumoral (TNF)-α, interleucinas (IL) 1β, IL-6 y varias agrecanasas (Lugo et al., 2013).

 

Introducción

La osteoartritis antes conocida también como enfermedad articular degenerativa (DJD) por sus siglas en inglés, es una enfermedad articular de tipo crónicoinflamatorio, lentamente progresiva la cual conlleva una degeneración del cartílago articular, así como neoformación de tejido óseo a nivel de esta (Ksenija, 2019). 

Se estima que la osteoartritis (OA) afecta aproximadamente al 20% de la población de perros adultos en Estados Unidos (Wiseman et al., 2001) causando movilidad reducida, cambios en el comportamiento y patrones alterados de actividad. Se reportan en 2022 un total de 98 millones de perros tan solo en estados Unidos (American Pet Products Association, National Pet Owner Survey 2021-2022), de los cuales un aproximado de 36 millones se ven afectados por la osteoartritis. 

Dentro de las causas que nos pueden desencadenar en osteoartritis podemos encontrar tanto causas degenerativas, inflamatorias e infecciosas (Cuadro 1). 

 

Cuadro 1 Fuente: Elaboración propia. 

 
 
 

Parte del mecanismo fisiopatológico se puede resumir en tres etapas, en la cual la primera  comienza cuando la matriz del cartílago comienza a lisarse debido al aumento de la producción de metaloproteinasas (MMP), enzimas responsables de la degradación de la matriz extracelular, lo que conlleva a una mayor fricción e inflamación de las articulaciones; en la segunda etapa, los condrocitos a manera de respuesta intentan compensar el daño causado por las lesiones en el cartílago formando neoformaciones óseas (osteofitos/ entesofitos), por consecuente el espacio entre huesos se ve disminuido, el cartílago se adelgaza y al perderse este soporte provoca la fricción entre el hueso subcondral produciendo algesia ya que a diferencia del cartílago el hueso subcondral es altamente vascularizado e inervado. Por último, en la tercera etapa considerada como osteoartritis grave, el espacio articular se reduce de forma significativa, el cartílago casi desaparece y la movilidad de la articulación es severamente afectada (Garcia-Melendez, 2018) (Imagen 1). 

Imagen 1. Papel de las células dendríticas de las placas de Peyer en la tolerancia oral del colágeno tipo Il, la producción de citocinas antiinflamatorias, como (IL-10). Además el factor de crecimiento transformante (TGF)-® sintetizado en la placa de Peyer promueve un aumento en las poblaciones de CD11c + CD11b +células dendríticas e indolamina 2,3dioxigenasa (IDO)+ generando Treg CD4 + CD25 +Foxp3 +inducibles por colágeno tipo Il en las placas de Peyer. Las células T reguladoras gen eradas se mueven al ganglio linfático mesentérico y luego ingresan a la circulación sistémica donde suprimen la respuesta inmune sistémica al colágeno I. Fuente: Park et al., 2009

 
Imagen 1. Papel de las células dendríticas de las placas de Peyer en la tolerancia oral del colágeno tipo Il, la producción de citocinas antiinflamatorias, como (IL-10). Además el factor de crecimiento transformante (TGF)-® sintetizado en la placa de Peyer promueve un aumento en las poblaciones de CD11c + CD11b +células dendríticas e indolamina 2,3dioxigenasa (IDO)+ generando Treg CD4 + CD25 +Foxp3 +inducibles por colágeno tipo Il en las placas de Peyer. Las células T reguladoras gen eradas se mueven al ganglio linfático mesentérico y luego ingresan a la circulación sistémica donde suprimen la respuesta inmune sistémica al colágeno I. Fuente: Park et al., 2009

Está bien reportado que durante estos procesos están implícitos diversas citocinas inflamatorias como son el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) y las interleucinas1β y 7 (Sandell & Aigner, 2001), IL-8, IL-6,  factor inhibidor de leucotrienos, proteasas, prostaglandina E2 (PGE2) y la Óxido nítrico sintasa (NOS) (Pelletier et al., 2001),dichos componentes inflamatorios estimulan la producción de metaloproteinasas de matriz (MMP), enzimas que pueden degradar todos los componentes de la matriz extracelular del cartílago (MEC). Las colagenasas MMP1 y MMP-13 tienen funciones predominantes en la OA porque limitan la velocidad del proceso de degradación del colágeno. La MMP-1 es producida principalmente por las células sinoviales que recubren las articulaciones, y la MMP-13 es un producto de los condrocitos que residen en el cartílago. Además de degradar el colágeno, la MMP-13 también degrada la molécula de proteoglicano agrecano, desempeñando así un doble papel en la destrucción de la matriz (Mehana et al., 2019). 

Una vez comenzada la patogenia de la osteoartritis en la porción afectada de la articulación ya no tiene posibilidad de regenerarse (Tuan et al., 2013) (Imagen 2). Debido a esto el diagnóstico precoz es importante, para evitar su avance y en dado caso su mejoría clínica (Alves et al., 2020). Comenzamos el diagnóstico con un adecuado examen ortopédico en dinámica y a la manipulación, centrándonos en la hiperextensión e hiperflexión, así como el eje de rotación externo e interno (Grosjean et al., 2020).

Dentro de las pruebas diagnósticas que podemos realizar diagnóstico por imagen en donde encontramos pruebas como el ultrasonido musculoesquelético y articular, resonancia magnética, tomografía computarizada y radiografía. Esta última se considera la prueba más aceptada para el diagnóstico de osteoartritis actualmente debido a el costo de este estudio y que se pueden reportar la gran mayoría de los cambios degenerativos (Jones et al., 2022). En contraparte la radiografía es el método más tardío de diagnóstico por lo cual es sumamente ineficiente para instaurar un tratamiento precoz que nos permita frenar la progresión de la enfermedad (Ramirez-Flores et al.,2017) (Imagen 3). 

Imagen 2. Comparativa entre una articulación sana y otra con los principales cambios que genera la osteoartritis. (Fuente: arthramidvet.com).

Imagen 2. Comparativa entre una articulación sana y otra con los principales cambios que genera la osteoartritis. (Fuente: arthramidvet.com).

Imagen 3. Sensibilidad de las pruebas diagnósticas según la etapa en la que se encuentra la osteoartritis. Tomado de Jones et al., 2022.

Imagen 3. Sensibilidad de las pruebas diagnósticas según la etapa en la que se encuentra la osteoartritis. Tomado de Jones et al., 2022.

Así pues, parte del diagnóstico clínico se puede realizar con Instrumentos de Metrología Clínica (Walton et al., 2013). En medicina humana, los métodos estándar para evaluar el dolor crónico son pruebas clínicas validadas y completadas por el paciente como lo son los (CMI) por sus siglas en inglés (Altman et al., 1996). El cual es una secuencia de preguntas o "ítems" que se califican en función de las observaciones o experiencias de la persona que lo completa. Las puntuaciones de estos elementos individuales se utilizan luego para calcular la puntuación general del instrumento (Frost et al., 2007). 

La escala de metrología clínica Osteoartritis de Liverpool en Perros (LOAD) por sus siglas en inglés, se desarrolló inicialmente para evaluar perros con OA de codo. Sin embargo, ha demostrado una buena confiabilidad, ligeramente inferior a la fuerza vertical máxima generada por el análisis de la marcha con placa de fuerza, aunque ambos resultados se correlacionan (Walton et al., 2013) (Hercock et al., 2009). Posteriormente, se ha probado su uso más amplio y se considera confiable para evaluar la OA canina en general (Alves et al., 2020). 

La Escala Bioarth es una herramienta práctica para el veterinario clínico la cual sirve para cuantificar los signos radiológicos de osteoartrosis en las articulaciones del codo, rodilla y cadera, y de esta manera poder clasificar el grado de osteoartrosis. Este sistema permite identificar de una manera sencilla las áreas anatómicas susceptibles de presentar cambios radiológicos, valorar la severidad de las lesiones y poder cuantificar si éstas evolucionan o no con el tiempo (Sánchez-Carmona et al., 2006).  

Como parte del tratamiento multimodal de la osteoartritis se propone un tratamiento médico y un tratamiento quirúrgico. Dentro del tratamiento médico se encuentran el ejercicio moderado el cual nos favorece a la pérdida de peso, mayor amplitud de movimiento por el uso constante, pero de forma controlada de las extremidades y de forma indirecta una disminución del dolor debido a la hipertrofia muscular (Beraud et al., 2010) (Bockstahler et al., 2012). De igual forma la dieta es un elemento clave ya que dependiendo la porción estos pueden ayudar a suplementar algunos nutrientes como la condroitina, glucosamina, vitamina E, entre otras, además de controlar el aporte calórico para evitar la obesidad o bien manejar algún factor de estrés para generar un déficit calórico, con el fin de disminuir estrés mecánico en la articulación (Budsberg & Bartges, 2006; Barbeau-Grégoire et al.,  2022).

Por última instancia se habla de tratamiento de tipo farmacológico y nutracéuticos. Hablando de nutracéuticos encontramos descritos en la literatura al sulfato de condroitina, hialuronato de sodio, glucosamina, omega 3, vitamina e, colágeno no desnaturalizado tipo II (UC-II®) entre otros, que dependiendo su mecanismo de acción su finalidad es favorecer una efectiva nutrición del cartílago articular, evitar el estrés oxidativo y controlar el proceso inflamatorio implícito en la patología (Pye et al., 2022).

De igual forma el apoyo farmacológico es clave para controlar el proceso inflamatorio y algésico de manera pronta para mejorar la calidad de vida del ejemplar a corto plazo, hablamos principalmente de gabapentinoides, antiinflamatorios no esteroidales (AINES), cannabinoides, opioides u opiáceos y recientemente el uso de anticuerpos monoclonales (Martello et al., 2022; Corral et al., 2021; Pye et al., 2022). En cuanto al tratamiento quirúrgico es utilizado actualmente de forma preventiva o paliativa (Eginton et al., 2024; Benson & Rychel, 2023). De forma preventiva principalmente se encuentra descrito la doble o triple osteotomía pélvica (DPO o TPO) como parte del tratamiento correctivo de la displasia de cadera a una edad de 3 a 5 meses en pacientes principalmente de tallas grandes a gigantes, la cual evita la evolución a osteoartritis de cadera en una presentación temprana (Jenkins et al., 2020; Roh et al., 2020), otro ejemplo seria las técnicas tanto intracapsulares como extracapsulares y osteotomías modificadoras de la biomecánica como tratamiento a la rotura de ligamento craneal cruzado de forma temprana (no mayor a 72 horas) para de forma indirecta prevenir la osteoartritis de rodilla secundaria a la incongruencia e inflamación articular (Fung et al., 2022).

Dentro de los condroprotectores en el presente estudio se usó colágeno no desnaturalizado tipo II (UC-II ®) el cual es un derivado del esternón de pollo y se prepara bajo buenas prácticas de fabricación (GMP), utilizando baja temperatura, lo cual preserva su forma no desnaturalizada y asegura la actividad biológica (Deparle et al., 2005) (Imagen 4). Los estudios de tiempo-dosis han revelado que una vez que se ingiere UC-II ®, los ácidos y las enzimas del estómago realizan una digestión parcial de la matriz de colágeno, lo que da como resultado cadenas de moléculas de colágeno solubles de longitud variable, que contienen epítopos biológicamente activos (Gencoglu et al., 2020). 

Sin desnaturalizar

Desnaturalizada

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Imagen 4. Fotografía obtenida por microscopía electrónica de colágeno tipo =I no desnaturalizado (UC-II®) (Cortesía de Bagchi et al., 2002).

Estos epítopos naturales estructuralmente precisos en UC-II® interactúan con las placas de Peyer y desencadenan una compleja serie de eventos inmunológicos que puede favorecer una reducción de la inflamación (Schön et al., 2022). El colágeno tipo II es la principal proteína estructural que se encuentra en el cartílago y es responsable de su resistencia a la tracción y dureza (Bagchi et al., 2002). El colágeno tipo II es uno de los tejidos conectivos primarios del cuerpo y proporciona flexibilidad y soporte a las articulaciones óseas. UC-II® funciona a través de un proceso llamado tolerancia oral (Fernández-Jaén et al., 2023) (Imagen 5).

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Imagen 5. Proceso de tolerancia oral en el cual la molécula de colágeno tipo Il no desnaturalizado (UC-11®), llega al lumen e interactúa con las placas de Peyer generando inmunocomplejos los cuales entran en circulación y al llegar al cartílago de la articulación dañada comienzan a evitar el proceso inflamatorio provocado por diversas citocinas proinflamatorias como son el factor de necrosis tumoral alfa, interleucinas 4 y 10. Tomado de Gencoglu et al., 2020.

Estudios recientes han demostrado que el colágeno tipo II no desnaturalizado es eficaz en el tratamiento de la osteoartritis en perros domésticos (d'Altilio et al., 2007; Gencoglu et al., 2020; Cabezas et al., 2022; Stabile et al., 2022), y ensayos preliminares en humanos (Kumar et al., 2023). Los perros obesos con artritis que recibieron una dosis diaria de 4 mg o 40 mg de UC-II durante 90 días mostraron disminuciones significativas en el dolor general, el dolor durante la manipulación de las extremidades y la cojera después del esfuerzo físico. (Gencoglu et al., 2020). Se observó una mayor mejoría con la dosis de 40 mg. No se observaron efectos adversos ni cambios significativos en la química sérica, tras la retirada de UC-II por un período de 30 días. A demás en dicho estudio todos los perros experimentaron una recaída del dolor general, cojera asociada al ejercicio y dolor al manipular las extremidades. Los estudios también han demostrado que pequeñas dosis de colágeno de pollo tipo II no desnaturalizado administrado por vía oral inhiben el ataque de las células T asesinas (Stabile et al., 2022).

Material y métodos

Animales 

Se llevo a cabo un muestreo poblacional por oportunidad de tipo observacional, descriptivo y prospectivo entre el mes de marzo de 2023 al mes de abril de 2024.Se evaluaron perros domésticos con problemas de claudicación crónica o aguda unilateral o bilateral de miembros pélvicos.

Diagnóstico de la Osteoartritis. 

El diagnóstico de osteoartritis se realizó mediante examen ortopédico, estudios radiográficos en proyección ventro-dorsal, Escala Bio-arth de valoración del grado de osteoartrosis de la cadera y cuestionario osteoartritis en perros de la Universidad de Liverpool (LOAD). 

Se consideraron los siguientes aspectos al analizar radiografías en la proyección ventro-dorsal de la cadera como son el margen acetabular craneolateral, craneal, caudal, dorsal, fosa y escotadura acetabular, cabeza y cuello femoral (Sánchez Carmona et al., 2005) (Imagen 6). 

 
Imagen 6. Comparativa entre la escala Bio-arth y su aplicación en unaradiografía ventro-dorsal en un paciente con cambios degenerativos sugerentesa osteoartritis de cadera.

Imagen 6. Comparativa entre la escala Bio-arth y su aplicación en unaradiografía ventro-dorsal en un paciente con cambios degenerativos sugerentesa osteoartritis de cadera.

Análisis estadístico 

Todos los datos se concentraron en una base de datos en una hoja de cálculo para su posterior análisis. En el primer momento estadístico, los datos se analizaron mediante la prueba de Shapiro Wilk SAS. 2.0. para determinar la distribución de los datos, los cuales no presentaron distribución normal, segundo momento estadístico; los datos se analizaron con la prueba de Matched Pairs (pares correspondientes) para comparar las medias de las evaluaciones en los días 1, 90 y 120 para el cuestionario LOAD y en los días 1 y 120 en escala BIOART, mediante el software estadístico JMP 8.0, con un alfa de 0.05.

Cuadro 1. Comparación de la media de las variables del cuestionario LOAD en los días 1, 90 y 120 

Discusión

El presente estudio pretendió evaluar mediante los criterios estipulados tanto por la escala Bio-arth como con el cuestionario LOAD en perros diagnosticados con osteoartritis y darle un seguimiento a lo largo de 6 meses. Se observo que la evaluación mediante el cuestionario LOAD arroja una mejoría según relatan los propietarios en cuanto al efecto que tiene la humedad/frio en el grado de claudicación de sus mascotas al día 90. Esto concuerda con lo reportado por Katz et al., 2017 en donde al recibirlos en consulta se les indico resguardar lo mas posible a las mascotas ante las inclemencias climáticas. Así mismo se indica una mejoría en el nivel de rigidez (agarrotamiento) al momento de culminar una siesta y al momento de realizar un ejercicio de mediano impacto, al día 180,así como a la cantidad total de actividad ejercida por el paciente a lo largo del día, la hipótesis que se plantea es que pudiera haber una disminución en cuanto al dolor generado por la osteoartritis ya que existen diversos estudios que demuestran que la molécula UC-II es eficaz para aliviar el dolor asociado con la artritis en humanos (Bagchi et al.,2002; Crowley et al., 2009) y  perros (Deparle et al.,2005; D'Altilio et al., 2007).  

 

Cuadro 2. Comparación de la media de las variables de la evaluación BIO-ARTH en los días 1 y 120 

Cuadro 3. Comparación de la media de la evaluación BIO-ARTH funcional y BIO-ARTH radiológico en los días 1 y 120 

En el caso de OA, UC-II puede promover una reducción de la inflamación ya que reacciona con el sistema inmunológico del cuerpo para mejorar signos y síntomas autolimitantes de la osteoartritis. Estos resultados concuerdan con un estudio realizado por Gupta et al., 2012 en donde se comparo 4 grupos de perros, suplementados con UC-II, condroitina y glucosamina, UC-II mas condroitina y glucosamina y por último un grupo placebo. Obteniendo como resultado que los perros que solo tomaron UC-II mostraron una reducción significativa del dolor en el día 60, pero la reducción máxima del dolor se observó en el día 150. Aunque el grupo en el que se utilizó de forma conjunta se observó una mejoría en comparación con el grupo que solo tomo UC-ll de un 34% con respecto a la actividad y a la hiperextensión en dinámica. 

También se hace alusión al diagnóstico tanto clínico como radiológico en donde se observan a pacientes con signologia clínica evidente como claudicación, incomodidad, pérdida de masa muscular disminución en la actividad entre otras sin embargo la evaluación mediante un estudio radiográfico nos resulta con carencia de información ya que como vimos solo en los estadios avanzados de la osteoartritis se perciben cambios radiológicos evaluables, por lo que se recomiendan métodos diagnósticos mas tempranos como pudiera ser el ultrasonido (Ramírez-Flores et al., 2017  ) en donde los cambios a nivel de la capsula articular son mas visibles que los cambios estructurales o bien un análisis de liquido sinovial usando como marcador  el factor  quimioatrayente de monocitos-1 (MCP-1) el cual de un estudio donde se comparo diversos biomarcadores tanto séricos como en liquido sinovial fue el más acertado en el diagnostico de osteoartritis en perros con rotura de ligamento cruzado craneal (Malek et al., 2020).

Conclusión: 

Basado en los resultados de este estudio podemos concluir que el uso del colágeno no desnaturalizado tipo II (UC-II) es un buen complemento para el tratamiento medico de la osteoartritis, no olvidando que el éxito del tratamiento es una estrategia polimodal en donde se convine tanto ejercicio moderado, control de peso, apoyo farmacológico, nutracéutico y fisioterapia. Esto nos va a garantizar una mejor calidad de vida del paciente y su tratamiento desde diversas aristas

 

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