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Uso de extracto de Harpagophytum procumbens (harpagofito) en el manejo de la Osteoartritis canina y felina.

PALABRAS CLAVE > Osteoartritis > harpagofito > COX-2 > proteoglicanos > condrocitos

M en C. MVZ Angel Jiménez García de León

Gerente Técnico en Pequeñas Especies 

Vetoquinol de México, S.A. de C.V.

angel.jimenez@vetoquinol.com

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Introducción

La osteoartritis en perros y gatos

La osteoartritis (OA) puede llegar a afectar a más del 20% de la población de perros mayores de un año, siendo la enfermedad osteoarticular más común.  El sobrepeso se considera uno de los factores de riesgo más importantes para la osteoartritis canina; no solamente porque el peso excesivo provoca mayor presión en las articulaciones, sino porque también el tejido adiposo se considera metabólicamente activo y pro-inflamatorio. Existen otros factores de riesgo como la inestabilidad, laxitud o displacía de la articulación, traumatismos, estrés y tensiones excesivas, así como predisposición genética y la edad en algunas razas.1

Los signos clínicos asociados a la OA pueden observarse de manera crónica o intermitentes con claudicaciones y dolor severo. Aunque la OA puede afectar cualquier articulación del cuerpo, particularmente, se manifiesta en articulaciones sinoviales (Figura 1).

 

La OA, se define como una inflamación y daño de las articulaciones y sus estructuras causando dolor y disfunción. Algunos cambios son reversibles en etapas tempranas del curso de la enfermedad; sin embargo, la inflamación crónica conduce a cambios irreversibles de los componentes de la articulación. El mecanismo de la OA es complejo y variable, donde un daño a la membrana sinovial o al cartílago inducen la activación de la respuesta inflamatoria en la cápsula articular y en el hueso subcondral. El proceso inflamatorio resulta en la extravasación de células inflamatorias desde lo capilares sinoviales, en la producción de enzimas degenerativas y de mediadores de la inflamación. Estos mediadores de la inflamación incluyen prostaglandinas, leucotrienos, metaloproteinasas neutras, proteasas de serina, radicales libres derivados del oxígeno, enzimas lisosomales (proteasas, glucosidasas y colagenasas), oncoproteínas, interleucinas, factor de necrosis tumoral y otras citocinas liberadas hacia el fluido sinovial.2

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La OA, produce un daño en el cartílago y eventualmente en el hueso4; el problema principal es el incremento en la degradación de la matriz extracelular del cartílago articular con la subsecuente liberación de mediadores de la inflamación y enzimas que producen una mayor degeneración e inflamación. Las citocinas pro-inflamatorias interleucina 1 (IL-1), factor de necrosis tumoral (TNF) y la IL-6 juegan un papel clave en este proceso5. En la última fase de la enfermedad, conforme se erosiona el cartílago, existe un mayor sustento de que el hueso subcondral también tiene un papel importante en la activación de las vías del dolor.

El mecanismo de acción de la OA involucra la liberación de fosfolípidos de la membrana celular cuando se presenta algún daño6, entonces el ácido araquidónico se libera por acción de la fosfolipasa A2. El metabolismo del ácido araquidónico por vía de la ciclo oxigenasa (COX) genera una prostaglandina G2 endoperóxido inestable, la cual se convierte a PGE2 así como otras prostaglandinas y tromboxanos6. Esta prostaglandina predomina en procesos inflamatorios y se ha demostrado que su concentración está elevada en articulaciones con OA; además, esta prostaglandina está asociada a vasodilatación, mayor permeabilidad vascular y edema, por lo tanto, la disminución de la formación de esta prostaglandina ayudará a disminuir el dolor asociado a OA.

 

Particularmente la enzima COX-2, se produce de forma inducible en presencia de la inflamación; citocinas como TNF y la IL-1 estimulan la expresión de la COX-2 en una gran variedad de células, tales como las sinoviales, endoteliales, condrocitos, osteoblastos, monocitos y macrófagos.7

 

Los procesos artríticos en los perros y en los gatos son dolorosos y tienen un efecto negativo en la calidad de vida y su actividad diaria. 

 

Manejo de la osteoartritis

 

El manejo de la OA se dirige a aliviar el dolor y a prevenir o controlar la degeneración del cartílago articular y para ello el tratamiento integral requiere tres enfoques principales: medicación (antiinflamatorios no esteroidales (AINES) y/o condroprotectores), control de los mediadores de la inflamación, manejo de los factores predisponentes, principalmente nutricional y fisioterapia, mantenimiento de la salud articular. En esta revisión nos enfocaremos al control de los mediadores de la inflamación y el dolor.

La estrategia del tratamiento para el manejo de la OA, dependerá de la etapa en la cual se encuentre; en las etapas tempranas de la enfermedad, el tratamiento médico podrá requerirse solo ocasionalmente, pero conforme la enfermedad progresa podría ser necesario administrarlo de manera permanente (Figura 2). Para mitigar el dolor, los fármacos más usados son los AINES; existe una variedad importante que se pueden utilizar en perros, sin embargo, para gatos solo se puede utilizar un número limitado de ellos y con mucha precaución.3

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Figura 2. Abordaje terapéutico para pacientes con OA de acuerdo al grado de severidad de la enfermedad.3      

Existen varios factores para la elección de un AINE como terapéutico que tienen que ver tanto como la condición y edad del paciente, como las características del fármaco, teniendo en cuenta los efectos secundarios que pueda tener, sobre todo si existe alguna enfermedad renal, hepática o gastrointestinal concurrente.

 

Por su parte, el uso de nutracéuticos aportan un nivel de beneficios en el tratamiento de la OA8, y como ejemplos conocidos se pueden emplear: sulfato de condroitina, sulfato de glucosamina, clorhidrato de glucosamina, ácidos grasos esenciales y azúcares antioxidantes (vitamina C).

 

El sulfato de condroitina, es conocido por ser precursor para el metabolismo de los condrocitos y por sus efectos antiinflamatorios. En diversos estudios se ha demostrado que este componente además de poseer efectos antiinflamatorios, reduce la formación de edemas en modelos con ratas9, sin embargo su efecto no es tan potente como el de un AINE convencional. Por su parte, la glucosamina, aparte de inducir a los condrocitos a producir glucosaminoglicanos y proteoglicanos en la matriz extracelular del cartílago10, como agente antiinflamatorio se ha visto que sus efectos son débiles.

Los ácidos grasos esenciales son componentes de las membranas celulares; los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6 compiten por su incorporación a los fosfolípidos y como sustratos para las ciclo oxigenasas (1 y 2). Estudios recientes11 proporcionaron evidencias que la suplementación de ácidos grasos Omega 3 puede reducir la respuesta inflamatoria y la degradación de la matriz.

 

Propiedades antiinflamatorias del Harpagophytum procumbens.

 

El Harpagofito (Harpagophytum procumbens) es una planta originaria del sur de África que pertenece a la familia Pedaliaceae; es una planta herbácea perenne, con una raíz principal que puede alcanzar hasta 1.5 m de longitud.  La parte del harpagofito empleada son las raíces tuberizadas que contiene diferentes principios activos, destacando los heterósidos monoterpénicos, del grupo de los iridoides (harpagósido, harpágidos, procumbósido) y compuestos triterpénicos, derivados del fenilpropano, flavonoides, entre otros12. Dentro de las propiedades terapéuticas del harpagofito, está aprobado por sus propiedades antiinflamatorias en situaciones de artritis tanto en medicina humana como veterinaria.

 

Laudahn et al. Realizaron un estudio para valorar la eficacia y tolerabilidad de un extracto de harpagofito, en 130 pacientes que padecían dolor de espalda no radicular. 

 

Estos autores concluyen que el extracto de esta planta, a dosis de 480 mg por día, fue eficaz en el tratamiento crónico del dolor de espalda, ademas de observar excelente cumplimiento y tolerabilidad.

Por su parte, Chrubasik et al14, realizaron un estudio comparando un extracto de harpagofito con un inhibidor selectivo de la COX-2, en 44 pacientes con una dosis de 60 mg por día de harpagofito, y otros 44 con una dosis de 12.5 mg por día de rofecoxib. En este estudio se concluyó que la eficacia del harpagofito lo hace recomendable para tratar un dolor crónico no específico (Figura 3).

 

Mecanismo de acción

 

El mecanismo de acción de las propiedades antiinflamatorias del harpagofito ha sido demostrado en diversos estudios. El extracto del harpagofito inhibe la liberación de TNFα así como IL-6, IL-1β y PGE2. Usando diferentes dosis, los parámetros de estas citocinas fueron inhibidos de manera dosis dependiente. Se alcanzaron los máximos efectos usando 500 mg/ml del extracto (Figura 4) 15

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Figura 3. Número de pacientes sin dolor durante el tratamiento. 14

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Figura 4. Extracto de Harpagophytum inhibe la liberación de TNFα (A), IL-1b (B), IL-6 (C), PGE2 inducida por LPS en monocitos. Las células fueron estimuladas con LPS (10 ng/ml) y un grupo control sin estimular. *p<0.05, **p<0.01 15

Conclusiones

 

Para un correcto manejo de la osteoartritis es importante comenzar con una correcta determinación de las causas primarias que la originan para así poder dar un tratamiento apropiado. La osteoartritis se caracteriza entonces, por cambios en los componentes estructurales del cartílago articular que involucran desde la pérdida de proteoglicanos de la matriz extracelular debido a un incremento en su destrucción; la ruptura y pérdida de colágeno y condrocitos ocurre conforme avanza la enfermedad lo que conlleva a cambios irreversibles. Una lesión crónica a los condrocitos puede resultar en un ciclo vicioso de inflamación que conduce a un daño al cartílago articular, a la membrana sinovial y al hueso subcondral desencadenando dolor en el paciente y reducción de la movilidad de la articulación. El manejo de la osteoartritis se debe considerar de manera integral, donde se corrijan los factores predisponentes, controlar los mediadores de la inflamación, mitigar el dolor y mantenimiento de la salud articular. El uso de antiinflamatorios no esteroidales (AINES) es recurrente, sin embargo, en algunas condiciones del paciente, no sean candidatos al uso de estos fármacos o el riesgo de reacciones secundarias sea considerable. Debido a esto, se han buscado otras opciones antiinflamatorias y analgésicas que reduzcan el riesgo durante su uso y que brinden la seguridad para pacientes con salud comprometida. Por un lado, los coxibs son una opción ya que estos principios activos son inhibidores selectivos de COX-2, teniendo un perfil de seguridad alto. Los nutracéuticos por su parte, también son auxiliares para controlar los mediadores de la inflamación y mantener la salud articular.

 

Los extractos de Harpagophytum procumbens (Harpagofito) han tomado relevancia para el manejo del dolor e inflamación articular, por la seguridad que brinda al momento de su administración, a su mecanismo de acción y por los efectos benéficos que tienen sobre los pacientes que padecen esta enfermedad. El control del dolor también incide directamente en la calidad de vida tanto del paciente como del propietario, sobre todo en aquellos casos donde el dolor se manifiesta de manera crónica. Los efectos del harpagofito han sido ampliamente estudiados en medicina humana y se han demostrado sus beneficios en medicina veterinaria, resultando una opción segura tanto para perros, como para gatos; considerando la limitante existente del uso de AINES en esta última especie. 

Referencias

  1. Baciero G. Manejo nutricional de la osteoartrosis canina y felina. Comunicación científica, Royal Canin Ibérica, SA. 2003

  2. Beale B. Artitis del perro y gato. Banfield Journal. Vol 6, No 4. 2010

  3. Beale B. Artritis en gatos y perros: Tratamiento. Banfield Journal. 2010

  4. Lark MW, Bayne EK, Flanagan J, et al. Aggrecan degradation in human cartilage: Evidence for both matrix metalloproteinase and aggrecanase activity in normal, osteoarthritic, and rheumatoid joints. J Clin Invest. 1997;100(1):93-106.

  5. Loeser RF, Shanker G, Carlson CS, et al. Reduction in the chondrocyte response to insulin-like growth factor 1 in aging and osteoarthritis: Studies in a nonhuman primate model of naturally occurring disease. Arthritis Rheum. 2000;43:2110-2120.

  6. Creamer P, Hunt M, Dieppe P. Pain mechanisms in osteoarthritis of the knee: Effect of intra-articular anaesthetic. Br J Rheumatol. 1995;34(Suppl.2):78.

  7. Kujubu DA, Fletcher BS, Varnum BC, et al. TIS10, a phorbol ester tumor promoter-inducible m-RNA from Swiss 3T3 cells, encodes a novel prostaglandin synthase cyclooxygenase homolog. J Biol Chem. 1991;266:12866-12872.

  8. Lequesne M, Brandt K, Bellamy N, et al. Guidelines for testing slow acting drugs in osteoarthritis. J Rheumatol. 1994; 21:65-71

  9. Ronda F, Palmieri L, Panicucci P, et al. Anti-inflammatory activity of chondroitin sulfate. Osteoarthritis Cartilage. 1998;6(Suppl A) 0:14-21)

  10. Setnikar I, Palumbo R, Canali S, et al. Pharmacokinetics of glucosamine in man. Arzneim-Forsch/Drug Res. 1993;43(2):1109-1113.

  11. Curtis CL, Hughes CE, Flannery CR, et al. n-3 fatty acids specifically modulate catabolic factors involved in articular cartilage degradation. J Biol Chem. 2000;275:721-724.

  12. Henderl SS, Rorvick D. PDR for Nutritional supplements. Economics Thomson Healthcare, Montvale, 2001: 397-401.

  13. Laudahn D, Walper A. Efficacy and tolerance of harpagophytum extract in patiens with chronic non-radicular back pain. Phytothar Res 2001; 15:621-4

  14. 14.Chrubasik S, Model A, Black A, et al. A randomized double-blind pilot study comparing Doloteffin an Vioxx in the treatment of low back pain. Rheumatology 2003; 42:141-8

  15. Fiebich B, Muñoz E, Rose T, et al. Molecular targets o the antiinflammatory Harpagophytum procumbens (Devil's claw): Inhibition of TNFa and COX-2 gene expression by preventing activation of AP-1. Phytother Res. (2011) 

  16. Inaba K, Murata K, Naruto S, Matsuda H. 2010. Inhibitory effects of devil’s claw (secondary root of Harpagophytum procumbens) extract and harpagoside on cytokine production in mouse macrophages. J Nat Med 64: 219–222.

  17. Jang MH, Lim S, Han SM et al. 2003. Harpagophytum procumbens suppresses lipopolysaccharide-stimulated expressions of cyclooxygenase-2 and inducible nitric oxide synthase in fibroblast cell line L929. J Pharmacol Sci 93: 367–371.

Figura 1. Articulaciones con mayor incidencia de Osteoartritis en el perro.

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