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Inmunidad temprana y protección

frente a los agentes patógenos en las primeras etapas de vida.

PALABRAS CLAVE > Vacunación > inmunidad > virus muerto > virus atenuado > primovacunación > sistema inmune

MSD Salud Animal

Departaento Técnico MSD.

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Resumen

La vacunación se ha utilizado con éxito durante muchos años para proteger a nuestros animales de compañía contra enfermedades infecciosas (Dawson, 2007), además, las consultas sobre vacunación han proporcionado una fuente de ingresos constante para las prácticas veterinarias (Belshaw et al., 2018). En perros existe una distinción entre vacunas esenciales y no esenciales. Las vacunas esenciales protegen contra enfermedades infecciosas comunes y que tienen un resultado grave para la mascota o potencial zoonótico y deben ser administradas a todos los perros. Mientras que las vacunas no esenciales brindan protección contra enfermedades infecciosas específicas y se administran a los perros en función de su riesgo de infección, que está influenciado por factores, como la ubicación geográfica y el estilo de vida (Eschle et al., 2020).

Introducción

La vacunación es un acto de la ciencia veterinaria que solo debe estar en manos del Médico Veterinario, donde es el clínico el que toma la decisión final de vacunar, así como del tipo de vacuna a utilizar y ser administrada como parte de un programa de medicina preventiva (Day, 2017; Rubio et al., 2018). Una de las preguntas al construir un protocolo de vacunanación es saber a partir de qué edad vacunar, sin embargo, el mejor protocolo de vacunación es el que está adaptado al individuo que vacunamos, según sus necesidades y riesgos específicos a la situación del animal dependientes de la enfermedad (mortalidad, prevalencia, incidencia) (Cadier, 2015). El objetivo, sencillamente, es administrar la vacuna o vacunas más adecuadas en la etapa de vida más adecuada y hacerlo con los mejores productos disponibles (Craig et al., 2001).

“Las vacunas atenuadas generan una inmunidad más efectiva.”

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Tipos de vacunas

Vacunas infecciosas 

(vacunas atenuadas o vivas modificadas)

Están constituidas por microorganismos vivos que sufren un proceso de atenuación para reducir su virulencia. 

 

La atenuación se genera de forma natural (a través de la adaptación del patógeno a un hospedero diferente), o por manipulaciones en el laboratorio (pases sucesivos o adaptación a diferentes temperaturas). Las vacunas atenuadas generan una inmunidad más efectiva, tanto a través de una respuesta de tipo celular (Th1) como de la generación de linfocitos T de memoria, por lo cual no requieren de sustancias adyuvantes (Rubio et al., 2018). 

 

Al igual que una respuesta humoral (mediada por anticuerpos) sólida y eficaz (Day, 2017). Sin embargo, el manejo correcto es fundamental para evitar la muerte del virus de la vacuna (Bohm, 2009).

 

Vacunas no infecciosas

(Vacunas muertas o inactivadas)

 

Están formadas por microorganismos antigénicamente intactos, pero inactivados por algún método físico o químico sin que se alteren sus propiedades inmunogénicas. Son más estables que las vacunas vivas / atenuadas modificadas, aunque, como no se multiplica en el huésped, necesita una masa de antígeno alta. Estas vacunas actúan como antígenos exógenos, induciendo una respuesta de tipo humoral (producción de anticuerpos y generación de linfocitos B de memoria) y generalmente tienen una duración de inmunidad más corta que las vacunas vivas modificadas contra el mismo antígeno (Bohm, 2009; Rubio et al., 2018).

Inmunología en el cachorro

El tipo de placentación canina (endoteliocorial) limita la transferencia de inmunidad al feto debido a que las circulaciones maternales y fetales están separadas por 4 capas tisulares (Cadier, 2015; Pereira et al., 2019). 

 

Por lo que los cachorros nacen con una inmunidad sistémica muy baja, con una concentración sérica media de IgG de aproximadamente 0,3 g / L frente a 8-25 g / L en el perro adulto (Chastant y Mila, 2019). La supervivencia de los recién nacidos dentro de las primeras 3 semanas de vida depende particularmente del calostro. 

 

El calostro es la secreción específica de la glándula mamaria que se produce durante los dos primeros días posparto, y es rico en inmunoglobulinas (60% de IgG, 35% - 40% de IgA y 5% de IgM), asegurando tanto la provisión de nutrientes como de inmunidad (Chastant-Maillard et al., 2016; Chastant y Mila, 2019; Pereira et al., 2019). Posteriormente, en la leche, la IgA se convierte en el tipo dominante (90% de Ig), mientras que la IgG y la IgM representan solo el 5% (Chastant-Maillard et al., 2016).

 

La vida media de los anticuerpos de origen materno varía de siete a 15 días, dependiendo del antígeno, con una disminución de los niveles de anticuerpos a un ritmo uniforme (Bohm, 2009). Por lo tanto, la duración de la protección de los anticuerpos de origen materno depende directamente de la cantidad de inmunoglobulinas G (IgG) ingeridas por el cachorro (Cadier, 2015). Se ha sugerido que la tasa de crecimiento del perro contribuye a la cinética de la desaparición de los anticuerpos de origen materno, ya que las razas de crecimiento rápido eliminan los anticuerpos más rápidamente que las razas de crecimiento lento (Pereira et al., 2019). A medida que los cachorros ya no tienen suficientes anticuerpos de origen materno para protegerlos completamente de la infección, pero aún tienen suficientes para bloquear la capacidad de las vacunas para inducir una respuesta inmune endógena, se crea un período crítico de tiempo llamado "ventana de susceptibilidad" o "brecha inmunológica", en el que el perro es susceptible a infecciones (Figura 1) (Day, 2017; Pereira et al., 2019). En promedio, este periodo está ubicado entre las 6 y las 12 semanas de edad, pero puede durar hasta las 16 semanas (Cadier, 2015). Para las vacunas atenuadas altamente eficaces (es decir, alto título, bajo pasaje) la "ventana de susceptibilidad" es tan corta como 2 semanas o menos (Day,2017).

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Figura 1. Curva que demuestra la disminución de la tasa sérica en anticuerpos neutralizantes o anticuerpos de origen maternal en función de la edad del cachorro. El periodo crítico es el periodo de tiempo durante el cual la tasa de anticuerpos de origen materno se encuentra entre el umbral de protección y el de neutralización vacunal (Cadier, 2015).

Vacunación adaptada al cachorro.

La vacunación estimula tanto la respuesta humoral a través de la producción de anticuerpos como las respuestas celulares a través de los linfocitos B y T (Nova et al., 2018). 

 

Al parecer la respuesta de anticuerpos a la vacunación es específica de cada animal y depende de la edad del perro, el título de anticuerpos protectores y el tipo de vacuna (Pereira et al., 2019). Por lo tanto, existen recomendaciones vacunales emitidas por dos grandes organizaciones internacionales: The World Small Animal Veterinary Association (WSAVA) y la American Animal Hospital Association (AAHA) que varían para la primovacunación según si el cachorro tiene más o menos de 4 meses. Si el animal tiene menos de 4 meses se sugiere que para superar la interferencia de los anticuerpos maternos y garantizar la protección cuando los niveles de anticuerpos maternos disminuyen, se vacune a los cachorros entre las primeras 6 y 8 semanas de edad, seguida de varias dosis de refuerzo administradas en intervalos de 2 a 4 semanas hasta las 16 semanas de edad. Considerando también que antes de las seis semanas, el sistema inmune de los cachorros aún está en proceso de desarrollo. En cambio, un cachorro de más de 4 meses tiene niveles de anticuerpos de origen materno muy bajos que no pueden neutralizar a una vacuna, por lo que se usaran menos inyecciones en primo-vacunación. Es decir, el número de dosis de refuerzo necesarias durante esta fase puede variar con la edad a la que se inició el protocolo de vacunación. Finalmente, al año de edad o antes, se deberá volver a aplicar todas las vacunas para así completar la primovacunación (Figura 2) (Wilson et al., 2014; Cadier, 2015; Ford et al., 2017; Nova et al., 2018; Rubio et al., 2018).

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Figura 2. Esquema recapitulativo del protocolo vacunal recomendado por el WSAVA y la AAHA. Leyenda: D= Distemper, H= Hepatitis infecciosa, P= Parvovirosis, Pi= Parainfluenza, L= Leptospirosis, R= Rabia, R*= Rabia según la legislación, s= semanas de edad, a= años de edad (Cadier, 2015).

Una sola vacuna viva modificada de buena calidad activará la inmunidad protectora si se administra en el momento correcto (es decir, cuando los anticuerpos de origen materno hayan bajado lo suficiente) (Bohm, 2009; Rubio et al., 2018). 

 

Existen vacunas desarrolladas para el uso en cachorros con niveles elevados de anticuerpos derivados de la madre como es el caso de Nobivac® Puppy DP, una vacuna de MSD Salud Animal, que permite poder iniciar con el calendario de vacunación a partir de las 4 semanas, logrando una efectividad del 92.6% aún en presencia de altos niveles de anticuerpos maternos (Chalmers W.S.K., Baxendale W. ((1994))

El intervalo de vacunación estará determinado principalmente por la exposición fortuita del cachorro a enfermedades infecciosas, pero no debe ser inferior a cada dos semanas ya que Intervalos menores impiden alcanzar una respuesta inmunológica protectora adecuada. Las vacunas muertas no deben usarse con más de cuatro semanas de diferencia, de lo contrario perderán su efecto de cebado (Bohm, 2009; Rubio et al., 2018).

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Figura 3. Otros factores que influyen en la eficacia de la vacuna (Bohm, 2009).

Vacunas no esenciales 

Las vacunas no esenciales pueden ser utilizadas de acuerdo con el criterio del médico veterinario, según las características que adoptan las enfermedades y teniendo en cuenta las condiciones sanitarias y de inmunización del área donde se encuentra la práctica veterinaria. Como, por ejemplo: (Rubio et al., 2018).

Bordetella

• Parainfluenza, Virus Parainfluenza Canina 

En perros menores y mayores de 4 meses la vacuna de Bordetella bronchiseptica + Virus Parainfluenza canina se puede administrar en una sola dosis intranasal, indicada para perros con riesgo de exposición y generalmente se administra entre las 8 y las 16 semanas de edad, aunque puede administrarse desde las 2 semanas de edad ya que el anticuerpo de origen materno no interfiere con la respuesta inmune después de la vacunación de la mucosa. Cuando se mantenga el riesgo de exposición, se puede administrar una dosis única 1 año después de la última dosis administrada y, posteriormente, anualmente (Ford et al., 2017). Las vacunas infecciosas administradas directamente a los sitios de las mucosas (por ejemplo, vacunas intranasales u orales), son aún más efectivas en la inducción de inmunidad protectora relevante de las mucosas (Day, 2017).

Bibliografía​​

1. Belshaw, Z., Robinson, N.J., Dean, R.S., Brennan, M.L. (2018) Owners and Veterinary Surgeons in the United Kingdom Disagree about What Should Happen during a Small Animal Vaccination Consultation. Veterinary Sciences, 5(7): 1-12. 

2. Bohm, M. (2009). Current vaccination strategies in dogs and cats. In Practice, 31(1): 2–7.

3. Cadier, J. (2015) Actualizaciones en vacunología canina: ¿cómo adaptar el protocolo vacunal a cada animal?. La Granja: Revista de Ciencias de la Vida, 22(2): 58-64.

4. Chastant, S., Mila, H. (2019) Passive immune transfer in puppies. Animal Reproduction Science, 207: 162-170.

5. Chastant-Maillard, S., Aggouni, C., Albaret, A., Fournier, A., Mila, H. (2016) Canine and feline colostrum. Reproduction in Domestic Animals, 52, 148–152.

6. Day, MJ. (2017) Small animal vaccination: a practical guide for vets in the UK. In Practice, Companion Animals, 39: 110-118.

7. Dawson, S. (2007) Guidelines for the vaccination of dogs and cats. Journal of Small Animal Practice, 48(9): 483–483.

8. Eschle, S., Hartmann, K., Rieger, A., Fischer, S., Klima, A., Bergmann, M. (2020) Canine vaccination in Germany: A survey of owner attitudes and compliance. PLoS ONE, 15(8): e0238371.

9. Ford, R.B., Larson, LJ., Welborn, L.V. (2017) 2017 AAHA Canine Vaccination Guidelines. Trens Magazine, 26-35.

10. Greene, C.E, Schultz, R.D., Ford, R.B. (2001) Canine vaccination. Veterinary clinics of north america: small animal practice, 31 (3): 473 – 492.

11. MSD Salud Animal (2021) Nobivac® Puppy DP, https://www.msd-salud-animal.mx/productos/nobivac-puppy-dp/

12. Pereira, M., Valério-Bolas, A., Saraiva-Marques, C., Alexandre-Pires, G., da Fonseca, G.P., Santos-Gomes, G. (2019) Development of Dog Immune System: From in Uterus to Elderly. Veterinary sciences, 6(4): 83.

13. Rubio, A., Ávila, R.M., Iturbide, H.G., Zapata, F.C., De la Colina, G., Guevara, J.S., Ramírez, I.A., de Morais, H. A., Guerrero, J. (2018) Guías para la vacunación de perros (caninos) y gatos (felinos) en Perú. Revista de investigaciones veterinarias del Perú, 29(4): 1463-1474.

14. Nova, B.V., Cunha, E., Sepúlveda, N., Oliveira, M., Braz, B.S., Tavares, L., Almeida, V., Gil, S. (2018) Evaluation of the humoral immune response induced by vaccination for canine distemper and parvovirus: a pilot study. Veterinary Research, 14, 348.

15. Wilson, S., Siadek, E., Thomas, A., King, V., Stirling, C., Plevová, E., Salt, J., Sture, G. (2014) Influence of maternally-derived antibodies in 6-week old dogs for the efficacy of a new vaccine to protect dogs against virulent challenge with canine distemper virus, adenovirus or parvovirus. Trials in Vaccinology, 3: 107-113.

16. Chalmers W.S.K., Baxendale W. (1994) A comparison of canine distemper vaccine and measles vaccine for the preve Gon of canine distemper in young puppies. The Veterinary Record, 135:349- -353.2   

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