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Mascotas gerontes y sus

necesidades nutricionales.

PALABRAS CLAVE >   Envejecimiento > geronte > requerimientos nutricionales

MVZ. Paula M. Trejo Valadez.

Investigador en Nutrición de Mascotas.

ptrejo@gponutec.com

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Introducción

La tenencia responsable de una mascota significa adquirir el compromiso de proveer al animal de buena alimentación, albergue y espacio adecuado, medios de entretenimiento, atención veterinaria periódica y condiciones de vida adecuadas a sus necesidades. Estas actividades tienen un efecto directo sobre la salud del animal, lo que ha dado como resultado, que se prolongue la expectativa de vida de perros y gatos caseros. En consecuencia, los Médicos Veterinarios dedicados a las pequeñas especies, observan cómo día con día llegan más pacientes geriátricos a consulta. 

 

Tomando en cuenta todos los cambios presentes en los pacientes geriátricos, en este artículo nos enfocaremos en los cambios degenerativos que pueden ser abordados desde un punto de vista nutricional. 

Animales en etapa senior y geriátrica

Para hablar de animales gerontes debemos primero tener claro, que las etapas de vida no están del todo definidas (Tabla 1); la gran mayoría se basan en cambios físicos y de comportamiento del animal en cuestión; sin embargo, a pesar de su arbitrariedad, proveen un panorama que nos permite establecer un cuidado preventivo de acuerdo con las necesidades de cada paciente (1, 2, 3, 4, 5, 9).  

 

Para poder determinar la edad en la que un perro o gato alcanzó las etapas senior y geronte, es importante tomar en cuenta que existen factores internos (especie, raza, peso adulto y talla (4) y factores externos (medio ambiente, nutrición, etc.) que tienen un efecto directo sobre la tasa de envejecimiento del animal (2)

 

Por lo general se sabe que los perros de talla pequeña tienen una expectativa de vida mayor en comparación con los perros de talla grandes y gigantes, razón por la cual, alcanzan la etapa senior y geriátrica más tarde en comparación con los perros de talla grande y gigante (Figura 1). En el caso de los felinos, si bien no existe una gran variabilidad en las tallas y pesos en etapa adulta, sí se observa la variación en el momento en que cada gato alcanza las diferentes etapas de vida.

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La palabra envejecimiento no se refiere a un proceso patológico ni es sinónimo de salud limitada, sino a los cambios progresivos e irreversibles en el organismo de un ser vivo ocurridos a partir de la madurez que disminuye su capacidad de cubrir las demandas del medio ambiente que lo rodea, e incrementa la predisposición a enfermedades y la muerte (1,3,4,5)

 

Algunos de estos cambios son evidentes; por ejemplo: limitación en el movimiento por degeneración articular, pérdida de masa muscular, encanecimiento del pelaje, disminución en la elasticidad dérmica y respuesta a los estímulos menguada; sin embargo, los cambios a nivel de tasa metabólica, función cardiaca, pulmonar, sistema reproductivo, inmune, digestivo, dermatológicos entre otros, repercuten de forma directa o indirecta en la homeostasis y respuesta inmune del animal (1). Estos cambios evidentes o no, comienzan a diferentes tiempos en cada mascota. Es responsabilidad del Médico Veterinario identificarlos y, en la medida de lo posible, desarrollar un plan integral que ayude a minimizar, prevenir y reducir la velocidad del proceso de envejecimiento del animal (1)

Este plan debe sin duda, incluir el manejo nutricional del animal, lo que nos permitirá:

 

Mantenimiento de un estado nutricional óptimo (aporte de una dieta adecuada)

Mejorar la calidad de vida del paciente (1,5)

Retrasar el comienzo del proceso de envejecimiento (1)

Prolongar la expectativa de vida (1,5) 

Reducir la velocidad de progresión del envejecimiento (1)

Eliminar y/o aliviar los signos clínicos de enfermedades (1,5)

Mantenimiento de condición corporal ideal (1,5,6)

Conservar la salud articular para mantener la movilidad corporal (6) 

 

A continuación, hablaremos de las consideraciones que debemos tener en mente al momento de desarrollar un plan alimenticio para perros y gatos senior y gerontes.

 

1. Estado de salud general 

El primer paso para desarrollar un adecuado plan nutricional para mascotas gerontes es, sin duda, determinar el estado de salud del animal. Sabemos que existe una elevada prevalencia de enfermedades comunes en pacientes gerontes; por ejemplo: cardiopatías, disfunciones renales, neoplásicas, cognitivas, articulares, hepáticas, endócrinas, por mencionar algunas; estas enfermedades pueden presentarse de forma individual o en conjunto, sin respetar algún orden de comienzo o gravedad. 

 

Es importante que el Médico Veterinario recabe una historia clínica completa, y lleve a cabo un adecuado examen clínico que incluye estudios de gabinete e imagenología (ultrasonidos, radiografías) que ayuden al Veterinario a definir el estado de salud del animal en cuestión, confirmar o descartar la presencia de enfermedades subyacentes en un animal aparentemente sano (4,6,8); esta información será útil para desarrollar un programa integral adecuado para la mascota, e identificar áreas de oportunidad que puedan ser abordados desde el punto de vista nutricional (5,7). 

 

2. Cambios en el comportamiento alimenticio

Cualquier cambio en el apetito, ingesta de agua y/o alimento, salud oral o en la condición corporal son de especial importancia en pacientes gerontes, ya que pueden ser indicadores tempranos de una enfermedad subyacente (1,5). El Médico Veterinario debe diferenciar si estos signos; por ejemplo: la disminución en la ingesta de alimento es signo de una enfermedad periodontal que genere dolor al animal, o anorexia por un padecimiento fisiológico. 

3. Puntos clave en la nutrición de pacientes gerontes

Cambios gastrointestinales. 

Secreciones. Se ha observado disminución en la secreción de saliva y jugos gástricos. 

Superficie de absorción. Sabemos que la mayor parte de nutrientes son absorbidos a nivel de intestino delgado, principalmente gracias a las microvellosidades de las células intestinales o enterocitos. Se ha reportado que en animales gerontes, se disminuye el tamaño de estas microvellosidades, lo que repercute en la superficie de absorción disponible (3)

Motilidad intestinal. Aumento en el tiempo de vaciado gástrico aunado a la disminución en motilidad intestinal lo que incrementa la predisposición a padecer constipación y estreñimiento (3)

Microbiota intestinal. El equilibrio de la población bacteriana intestinal es clave para la fermentación y absorción de ciertos compuestos nutricionales (3)

Capacidad de absorción de nutrientes. Se ha teorizado que los cambios gastrointestinales alteran de una u otra manera la capacidad de absorción de nutrientes de animales gerontes, los estudios llevados a cabo en animales gerontes sanos concluye que, aparentemente, la eficiencia digestiva se mantiene conforme los animales envejecen (1).  

Funcionalidad de órganos accesorios. Sabemos que el hígado y páncreas juegan un papel muy importante en la digestión de los alimentos y la subsecuente absorción de nutrientes (5). Es importante monitorear la función endócrina y exócrina de los órganos de animales gerontes. La prueba diana es un perfil bioquímico completo combinado con un estudio de imagenología abdominal. 

Calidad de las heces. La cantidad y consistencia de las heces, debe ser monitoreado constantemente para detectar a tiempo el comienzo de un problema digestivo del animal geronte (4). 

Cambios en el nivel de actividad física. Si bien, la actividad física no es en sí un parámetro nutricional, sí tiene un efecto directo sobre los requerimientos energéticos de los animales. Los pacientes gerontes suelen reducir sus niveles de actividad física derivada de varios cambios, principalmente sensoriales y articulares. El estilo de vida sedentario reduce aproximadamente 20% de los requerimientos energéticos de los animales gerontes, y ya que la capacidad de absorción permanece a lo largo de la vida, se recomienda hacer un ajuste en la dieta para disminuir la probabilidad de ganar peso y los problemas que la obesidad trae consigo (3,5). 

Cambios en la condición corporal.

Durante el proceso de envejecimiento está asociado con la reducción de masa muscular y ósea (1,3), por ello, el monitoreo constante del peso corporal del paciente permite el diagnóstico temprano de un proceso de ganancia de peso o sarcopenia (pérdida de masa magra corporal), lo que permite al Veterinario tratante realizar una intervención temprana que reducirá la progresión del problema y prevenir los potenciales efectos adversos de un problema de sobrepeso o sarcopenia (4,6).

 

La sarcopenia suele estar acompañada de aumento en el tejido graso, es decir, por una parte, se pierde masa muscular, y por otra, se gana tejido graso, por lo que, la obesidad suele tener una alta prevalencia en la población de animales gerontes (1,3,5).  

 

Se ha mencionado que la capacidad de absorción de nutrientes en pacientes gerontes no se ve reducida, no así el requerimiento energético. Si erróneamente se mantiene el mismo aporte energético en un animal geronte con un menor uso de energía por la limitada actividad física, es probable que se desarrolle un problema de sobrepeso u obesidad (1,3). El sobrepeso puede provocar enfermedades inflamatorias crónicas, osteoartritis, pancreatitis, hipertensión, resistencia a la insulina, diabetes, entre otras enfermedades; y, hablando de pacientes gerontes, disminuye considerablemente la calidad y expectativa de vida, exacerba la enfermedad articular degenerativa al aumentar la carga de trabajo por el sobrepeso (4).

 

La contraparte del sobrepeso es la caquexia y tampoco debe ser ignorada, ya que la reducción en la ingesta de alimento, disminución del apetito, pérdida del sentido de gusto, disminución en la capacidad de absorción de nutrientes por diversas enfermedades, debe ser diagnosticada y tratada con la misma importancia que el sobrepeso. 

 

Ya sea caquexia o sobrepeso incrementan el riesgo de padecer enfermedades diversas, reducen la expectativa de vida, y aumenta la probabilidad de muerte. La Escala de Condición Corporal (ECC) es una herramienta que permite evaluar la morfología corporal y la palpación de estructuras óseas para calcular el tejido muscular y graso del animal (4).

4. Requerimientos nutricionales de animales gerontes. 

 

Agua. En muchas ocasiones la ingesta de agua se da por sentada; sin embargo, el agua es un nutriente indispensable para el mantenimiento de salud de los animales, en especial, de los animales gerontes. Conforme los animales envejecen disminuye la sensación de sed, particularmente en los felinos que, de por sí, suelen consumir cantidades pequeñas del vital líquido (5). Los animales maduros suelen tener cambios a nivel de osmorregulación que, aunados a la alta prevalencia de problemas renales, el uso de fármacos (diuréticos) y la disminución en la capacidad de concentración de orina predispone a estos animales a incrementar la pérdida de líquidos y la consecuente deshidratación llegando a afectar incluso la capacidad de termorreguladora del animal (5,7). 

 

  Es importante promover de una u otra forma que los animales gerontes, en particular los felinos, a consumir la cantidad adecuada de agua al día. Esto lo podemos lograr ofreciendo agua limpia y fresca a libre acceso, en recipientes limpios, y de ser necesario, el uso de fuentes que estimulen a los animales a tomar agua varias veces al día. Otra estrategia para proveer de agua a un animal de forma indirecta puede ser a través de la dieta, ya sea con alimento húmedo (lata) con un alto porcentaje de humedad (>75%), o alimento seco (croquetas) con agua añadida (5).  

 

Energía. Conforme los animales envejecen sufren cambios que tienen un efecto directo sobre los requerimientos energéticos de los animales gerontes: comienzan a perder masa muscular (sarcopenia), disminuye gradualmente la tasa metabólica basal y la temperatura corporal (3); los perros y gatos maduros suelen ser más lentos (1), menos activos y con función tiroidea comprometida. Todos estos cambios resultan en una disminución (aproximada 20-30%) en los requerimientos energéticos de los animales gerontes (1,3).  Recordemos que existen varios métodos para determinar los requerimientos energéticos de los animales; sin embargo, todos coinciden en que el peso es clave en este cálculo, por lo que, si erróneamente no se considera el nivel de actividad, la pérdida de masa magra y/o el aumento en tejido graso del animal, pueden cometerse errores en los cálculos (3,5,7)

 

•  La elección de la dieta, el régimen alimenticio y la dosis recomendada deben garantizar el aporte de todos los nutrientes en las cantidades adecuadas (dieta completa y balanceada) para reducir un desbalance nutricional, a la vez que aporta la energía necesaria para mantener una adecuada condición corporal. 

Grasa. La grasa cumple varias funciones desde el punto de vista nutricional; por ejemplo, son fuente de energía de reserva, proveen de palatabilidad al alimento, promueven el uso de vitaminas liposolubles, son fuente de ácidos grasos esenciales (1), además de que determinan de manera importante, la densidad calórica de un alimento. Si elimináramos por completo las grasas en la dieta de los animales gerontes, caeríamos en un desbalance nutricional, por ello, la clave para tener un aporte suficiente de nutrientes y energía y a la vez, prevenir el sobrepeso, es elegir una dieta con ingredientes de buena calidad, con perfiles nutricionales balanceados y desarrollados para pacientes gerontes. 

• Fibra. En párrafos anteriores mencionamos que los animales gerontes suelen tener una reducción en la tasa de vaciado gástrico, disminución en la motilidad intestinal, baja ingesta de agua y actividad física limitada, lo que los predispone a padecer constipación o estreñimiento (1,5). Las fibras promueven la salud gastrointestinal a través de varios mecanismos, por una parte, promueven la motilidad intestinal (peristaltismo) y por otra, proveen nutrición para la microbiota intestinal (5). 

 

• Proteína. Existen varias controversias al respecto de las proteínas, principalmente hablando del nivel de aporte en la dieta. Más allá de aumentar o disminuir el nivel de inclusión, lo realmente importante es la calidad de estas, ya que esto determinará la disponibilidad de los aminoácidos para cubrir las necesidades de los animales (1,5,7). Si modificamos el aporte proteico de una dieta, podemos caer en un desequilibrio nutricional que pone en riesgo la salud del animal.

 

• Pacientes sanos. La investigación reporta que en pacientes gerontes sanos no existe una razón que justifique la reducción en el aporta de proteínas, especialmente al tener en mente que las proteínas no sólo sirven para mantener la masa muscular, sino que también son necesarias para la síntesis de proteínas y para tener una buena respuesta inmune, por ello (5).  

 

• Pacientes con enfermedad renal. Sin ahondar demasiado en la fisiopatología de la enfermedad, sabemos que debemos reducir el aporte proteico en animales con enfermedad renal. Si bien, este artículo no se trata del manejo nutricional de estos pacientes, sí mencionamos que el primer paso que debe seguir el Médico Veterinario tratante es determinar el estado de salud del animal en cuestión, para de esta manera, tener información suficiente para establecer el manejo nutricional adecuada para el paciente. 

 

• Micronutrientes

 

• Vitaminas. Cualquier desbalance en el aporte vitamínico de la dieta, ya sea deficiencia o toxicidad, puede desencadenar un problema de salud en el animal. Los alimentos comerciales que se presentan como completos y balanceados teóricamente deben de tener el perfil vitamínico adecuado para cubrir los requerimientos vitamínicos del animal al que va dirigido, por ello, el uso de suplementos vitamínicos es hasta cierto punto, controversial (1).

 

• Minerales. El papel de los minerales en la dieta de un animal geronte es de gran importancia, ya que una deficiencia; por ejemplo, de Calcio puede predisponer a la osteoporosis, una sobredosificación predispone a desarrollar urolitiasis por Oxalatos de Calcio; otro ejemplo es el Fósforo que juega un papel importante en la función renal (1) y trabaja en relación con el Calcio. 

 

Los minerales suelen tener un efecto directo sobre el pH urinario y este último en la probabilidad de desarrollar urolitos que, a la vez, pueden prevenirse con la adición de Cloruro de Sodio para promover la ingesta de agua y con ello, promover la dilución de la orina. 

 

En conclusión, es importante conocer a detalle la función específica de los minerales, los efectos de su deficiencia y toxicidad y determinar cuáles son los requerimientos minerales del paciente en cuestión (5,7).

 

• Antioxidantes 

Las consecuencias del estrés oxidativo (daño por radicales libres) a nivel de la membrana celular, proteínas y DNA (Ácido desoxirribonucleico) contribuye a exacerbar una gran variedad de enfermedades degenerativas. Los radicales libres pueden ser producidos por muchas razones: contaminantes, radiaciones, aunque la fuente principal es el metabolismo oxidativo. Los antioxidantes son moléculas que protegen al organismo “atrapando” radicales libres para reducir el daño que pueden provocar. 

 

5. Utilización de suplementos y/o aditivos nutricionales (nutracéuticos). 

La definición común de un ingrediente funcional o nutracéutico es aquel ingrediente que provee beneficios fisiológicos más allá de la nutrición. Las denominadas dietas especializadas, de prescripción o veterinarias no sólo cubren los requerimientos nutricionales de los animales, sino, gracias a la inclusión de nutracéuticos, logran tener efectos preventivos y/o terapéuticos en el organismo del animal (6); por ejemplo: mejora la salud intestinal, fortalece las articulaciones, función cardiaca, etc. En la Figura 2 mencionamos algunos sistemas que se ven afectados en gatos en etapa senior, y los ingredientes funcionales que pueden ser auxiliares en el tratamiento de estas afecciones. 

 

6. MANEJO NUTRICIONAL 

 

• Palatabilidad. Es común que pacientes gerontes presenten una disminución en los sentidos (3). Hablando específicamente del olfato y el gusto que son indispensables para poder detectar el sabor de los alimentos, lo que puede afectar la aceptación de estos. Los alimentos para animales gerontes debe ser altamente palatables (cualidad de un alimento que resulta agradable al paladar), de manera que sea atractivo para el animal, de ser necesario, se puede recurrir a alimentos húmedos, mix feeding (combinación de alimento seco con húmedo) para promover su ingesta y de esta manera, garanticemos que el paciente consume todos los nutrientes que necesita de acuerdo con su etapa de vida (1). 

 

Recordemos la importancia de evitar que los gatos jóvenes o gerontes pasen por episodios de anorexia ya que, el riesgo de desarrollar un problema de lipidosis hepática es muy elevado. 

 

• Digestibilidad.  La digestibilidad es la fracción de alimento consumido que no aparece en las heces y, por lo tanto, es absorbido en el tracto gastrointestinal. La biodisponibilidad de los nutrientes es el principal requisito para evaluar la calidad nutricional de un alimento.  La digestibilidad de un alimento la determina la formulación, la calidad de la materia prima y el proceso de producción. 

 

A mayor calidad de la materia prima, mayor digestibilidad y aprovechamiento de nutrientes, garantizando de esta manera, el aporte nutricional del animal.  

 

• Textura. Sabemos que en el mercado existen diferentes propuestas de tipos de alimentos: seco (croquetas), húmedo (carnes enlatadas) y semihúmedos (treats), cada uno con beneficios y limitaciones propias. Una de las principales diferencias es la palatabilidad, los alimentos húmedos suelen ser más palatables, lo que es una gran ventaja en pacientes gerontes que, en ocasiones, presentan una disminución en el apetito (1). 

 

•  Las enfermedades periodontales tienen una alta prevalencia en pacientes gerontes (5,7). Como ya mencionamos, las enfermedades periodontales pueden repercutir de manera importante el comportamiento alimenticio de los pacientes gerontes, ya que, pueden producir dolor e inflamación, pérdida de piezas dentales y la consecuente disminución en la ingesta de alimentos. 

 

  La textura del alimento seco (croquetas) puede llegar a tener una función abrasiva que ayuda a reducir la formación de cálculos dentales (sarro) y la consecuente enfermedad periodontal; por otra parte, la textura del alimento húmedo no posee dicha capacidad abrasiva, por lo que suelen acumular sarro dental; sin embargo, su beneficio a nivel hidratación indirecta de especial importancia en felinos, y la alta palatabilidad que poseen son razones suficientes para que los propietarios y veterinarios estén dispuestos a seguir ofreciendo alimento húmedo a las mascotas.

 

Al momento de desarrollar alimentos para pacientes gerontes, las industrias alimenticias suelen considerar este aspecto importante, y desarrollan partículas diseñadas específicamente para estos pacientes; sin embargo, la preferencia particular del animal y las circunstancias será definitiva (1).

 

• Régimen alimenticio. Definitivamente la clave es cubrir los requerimientos nutricionales y prevenir la pérdida y/o ganancia de peso. Dada la predisposición a cambios en el peso y para asegurarnos que el animal consume la cantidad de alimento, el régimen recomendado para estos pacientes debe elegirse de acuerdo con las necesidades de cada uno. Se presentarán pacientes delgados en los que el régimen a libre elección sea la mejor opción, o pacientes obesos con predisposición al sobrepeso en lo que debemos aplicar el régimen controlado (1). La realidad es que, en los pacientes gerontes nada es general, todo debe ser individual y de acuerdo con las necesidades de cada animal. No olvidemos que cualquier situación de estrés puede hacer que un gato deje de comer, por lo que, en caso de los animales gerontes, y en especial los gatos, los cambios deben llevarse a cabo paulatinamente (1). 

• Elección de la dieta. Como cualquier manejo nutricional, lo primero que debemos hacer es evaluar la dieta actual y determinar si la concentración de nutrientes de la fórmula cumple o no con los requerimientos específicos del animal en cuestión. En caso de que ser necesario, cambiar de alimento. 

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Revisar las dietas disponibles en el mercado y elegir la que provea los nutrientes necesarios de acuerdo con las necesidades del animal en cuestión. Un punto importante para tomar en cuenta es el factor económico, debemos elegir un alimento que, no sólo cubra las necesidades nutricionales del animal, sino que se adapte a las posibilidades económicas del responsable. 

Si tomamos en cuenta que hay muchos factores (especie, talla, peso) que determinan el momento y la velocidad en que se desarrolla el proceso del envejecimiento, nos damos cuenta de que, cada paciente geronte es único, por lo que su manejo debe ser personalizado (1). Un plan integral que incluya medicina preventiva, tratamientos farmacológicos y nutrición, permitirá al Médico Veterinario tratante, mejorar la calidad de vida de sus pacientes. Una vez implementado dicho plan, el Médico Veterinario deberá llevar a cabo monitoreos periódicos, de preferencia semestrales (4), para evaluar el resultado del plan y de ser necesario, realizar modificaciones que ayuden a alcanzar el objetivo: mejorar la calidad de vida del paciente geronte (6)

Conclusiónes

Es muy importante que los Médico Veterinarios eliminen la idea común de que el envejecimiento de un animal es sinónimo de enfermedad. El envejecimiento es un proceso natural que, si bien trae consigo cambios en el organismo del animal reduciendo hasta cierto punto su capacidad para atender las demandas del medio ambiente, no significa que por ello deba disminuir de manera alguna su calidad de vida.

 

La detección y el tratamiento temprano de estos cambios, dará al Médico tratante, oportunidad de desarrollar planes integrales que ayuden a contrarrestar, disminuir o reducir la velocidad de estos cambios. Una alimentación completa y balanceada, de buena calidad y con ingredientes funcionales benéficos para la salud del animal, tiene un gran potencial preventivo de muchas patologías

Referencias​​

1. Anderson Ronald S. (1996). Feeding Older Pets. Manual of Companion Animal Nutrition & Feeding . United Kingdom : British Small Animal Veterinary Association. Pp 93-98.

 

2. Bartges J, Boynton B et al. (January 2012). AAHA Canine Life Stage Guidelines. Journal of the American Animal Hospital Association , 48(1), 1-11.

 

3. Bellows J, Colitz C et al. (January 2015). Common physical and functional changes associated with aging in dogs. Vet Med Today: Reference Point, 246, 67-75.

 

4. Bellows J, Colitz C et al. (2015). Defining healthy aging in older dogs and differentiating healthy aging from disease. Vet Med Today: Reference Point, 246, 77-89.

 

5. Debraekeleer J, Gross K & Zicker S. (2010). Feeding Mature Adult Dogs: Middle Aged and Older. Small Animal Clinical Nutrition. USA: Mark Morris Institute. Pp 273-280.

 

6. Epstein M et al. AAHA Senior Care Guidelines for Dogs and Cats. J Am Anim Hosp Assoc 2005; 41:81-91. 

 

7. Gross K, Becvarova I & Debraekeleer J. (2010). Feeding Mature Adult Cats: Middle Aged and Older. Small Animal Clinical Nutrition. USA: Mark Morris Institute. Pp: 389-400.

 

8. Hoyumpa A, Rodan I et al. (2010). AAFP–AAHA Feline Life Stage Guidelines. Journal of the American Hospital Association, 46, 70-85.

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