Año XX. Edición 117. Mayo Junio 2023
Año XX. Edición 117. Mayo Junio 2023
Año XX. Edición 117. Mayo Junio 2023
Año XXI. Edición 124. Julio Agosto 2024
Microbioma intestinal: pilar fundamental en la salud animal.
PALABRAS CLAVE: Obesidad > Enfermedad nutricional > Felinos > Tejido adiposo > Nutrición > Salud
Resumen
La obesidad es considerada la enfermedad nutricional más común en gatos domésticos y su prevalencia ha aumentado en las últimas décadas, convirtiéndose en un problema de salud importante en la medicina veterinaria. Se define como una acumulación excesiva de tejido adiposo que puede perjudicar la salud y el bienestar de los animales. Esta revisión tiene como objetivo difundir información científica reciente sobre los factores que contribuyen al desarrollo de la obesidad felina, sus consecuencias para la salud y estrategias de prevención y manejo.
Abstract
Obesity is considered the most common nutritional disease in domestic cats and its prevalence has increased in recent decades, becoming an important health problem in veterinary medicine. It is defined as an excessive accumulation of adipose tissue that can be detrimental to the health and well-being of animals. This review aims to disseminate recent scientific information on the factors contributing to the development of feline obesity, its health consequences, and prevention and management strategies.
Introducción
En el hogar moderno, los gatos han pasado de ser cazadores ágiles a reyes del sofá, disfrutando de la atención y los privilegios que les brindan sus dueños. Sin embargo, esta comodidad puede tener un precio: la obesidad. Este fenómeno, más que un simple aumento de peso corporal, es una enfermedad compleja con consecuencias graves para la salud felina. La obesidad en gatos se caracteriza por un desequilibrio energético positivo, donde la ingesta de calorías excede el gasto energético. Este desequilibrio puede estar asociado con una dieta rica en calorías, falta de actividad física, o una combinación de ambos. Además, la genética y el metabolismo del individuo también juegan un papel importante. Por ejemplo, la obesidad está asociada con la resistencia a la insulina, lo que puede llevar a la hipoglucemia y eventualmente a la diabetes (German, 2006). Además, algunas enfermedades endócrinas pueden generar obesidad, como el hipotiroidismo y el hiperadrenocortisismo. Prácticas preventivas como la esterilización pueden fomentar el acumulo de grasa corporal por alteración del metabolismo basal; e incluso, el uso de algunos fármacos puede promover el aumento de peso como efecto secundario.
Ejemplos de estos fármacos incluyen: dexametasona, prednisolona, prednisona, gabapentina, fenobarbital, ciproheptadina, acetato de megestrol, mirtazapina, amitriptilina, insulina, famotidina y ranitidina, que son comúnmente utilizados en la práctica veterinaria. Es crucial que los propietarios y los veterinarios estén al tanto de estos factores contribuyentes y estrategias prácticas para combatir la obesidad en gatos. Un enfoque integral que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y, en algunos casos, intervenciones farmacológicas, puede ayudar a prevenir y tratar la obesidad en gatos, mejorando así su salud y calidad de vida. El efecto negativo de la obesidad en felinos también se asocia con una inflamación crónica de bajo grado y una disfunción del sistema inmune. A medida que el exceso de tejido adiposo se expande, se produce una angiogénesis inadecuada, hipoxia, fibrosis y procesos inflamatorios en el propio tejido adiposo. Este tejido adiposo disfuncional se caracteriza por una infiltración de células inmunes, como los macrófagos, que contribuyen a la secreción desregulada de adipocinas, muchas de ellas con propiedades proinflamatorias. Como resultado, se produce una mayor liberación de citocinas inflamatorias, como la IL-6, el TNF-α, la PCR y la MPC-1. Esta alteración de la cascada inflamatoria, debido a la desregulación de las vías de señalización inflamatoria, conduce a un incremento de las proteínas circulantes de fase aguda. Este estado inflamatorio crónico de bajo grado puede tener efectos perjudiciales en diversos sistemas del organismo del gato obeso (Nicchio, 2022). La obesidad felina se puede asociar, de igual forma, con diversas alteraciones endócrinas que pueden exacerbar los efectos perjudiciales de la acumulación excesiva de grasa corporal. Una de las principales alteraciones es la disfunción de las adipocinas, las cuales son sustancias bioactivas secretadas por el tejido adiposo. En los gatos obesos, la secreción de leptina y adiponectina, dos adipocinas clave, se ve alterada. La leptina, que normalmente regula la saciedad y el gasto energético, puede perder su efectividad, lo que contribuye a la obesidad y la resistencia a la insulina. Por otro lado, la adiponectina, que tiene propiedades antiinflamatorias y sensibilizadoras a la insulina, disminuye en los gatos con sobrepeso.
Aunque el hipotiroidismo es menos común en felinos que en caninos, la obesidad puede estar asociada a una disminución en la función tiroidea. Esta alteración puede contribuir a un metabolismo más lento y a una mayor acumulación de grasa corporal. Además, la obesidad puede afectar la regulación del eje hipotálamo-pituitaria-adrenal (HPA), lo que puede llevar a un aumento en la producción de cortisol. El exceso de cortisol puede exacerbar la resistencia a la insulina y favorecer la acumulación de grasa abdominal, un factor de riesgo importante para diversas enfermedades (German, 2006). La obesidad también puede reducir la secreción de la hormona del crecimiento. Esta alteración puede afectar el metabolismo y la composición corporal, promoviendo aún más la acumulación de tejido adiposo. Esta patología, igualmente puede alterar la composición de la microbiota intestinal, aunque la información disponible se enfoca principalmente en perros. En los cuales, se ha observado que la obesidad está asociada con cambios en la microbiota intestinal, que a su vez parecen estar relacionados con el metabolismo energético y la pérdida de peso (Nicchio, 2022). Es probable que estos cambios también ocurran en los gatos obesos, afectando la absorción de nutrientes, la producción de compuestos bioactivos y la regulación del sistema inmunológico. La alteración puede contribuir a la obesidad y a la resistencia a la insulina. El incremento del estrés oxidativo es una de las consecuencias más preocupantes de la obesidad felina. A medida que el exceso de grasa corporal se acumula, se produce un aumento en la generación de especies reactivas de oxígeno (ROS) como subproducto del metabolismo lipídico, con un incremento en los niveles de citocinas proinflamatorias, lo que contribuye aún más al estrés oxidativo sistémico. Esto, a su vez, puede llevar a una disfunción mitocondrial, alterando la eficiencia de la producción de energía y generando aún más ROS (Nicchio, 2022). El estrés oxidativo crónico que se desarrolla en los gatos obesos puede tener graves consecuencias a nivel celular y vascular. El daño al ADN celular y la disfunción endotelial son algunos de los efectos más perjudiciales del estrés oxidativo prolongado (Lim, 2015). La disfunción endotelial se caracteriza por una reducción en la biodisponibilidad de vasodilatadores, como el óxido nítrico, y un aumento de factores contráctiles derivados del endotelio. Esto puede promover el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como la aterosclerosis, y aumentar el riesgo de complicaciones en los gatos obesos.La obesidad felina no solo afecta la salud y el bienestar de los gatos, sino que también puede tener un impacto significativo en su esperanza de vida (German, 2006). Aunque la relación entre la obesidad y la disminución de la expectativa de vida ha sido bien documentada en perros, es razonable asumir que los felinos obesos también experimentan una reducción en su calidad y duración de vida. Los gatos con sobrepeso tienen un mayor riesgo de desarrollar una variedad de enfermedades graves, incluyendo problemas ortopédicos y articulares, enfermedades cardiovasculares, alteraciones respiratorias y algunos tipos de cáncer. Estas condiciones no solo afectan la calidad de vida del animal, sino que también pueden complicar el tratamiento y manejo de cualquier enfermedad o procedimiento médico que requiera anestesia, el exceso de grasa corporal puede dificultar la administración segura de anestésicos y aumentar la probabilidad de problemas respiratorios y cardiovasculares durante la cirugía (German, 2006). El tejido adiposo blanco, además de servir como almacén de grasa, también produce sustancias bioactivas llamadas adipocinas. Algunas de estas adipocinas, como la Interleucina-6 (IL-6), tienen funciones inflamatorias, mientras que otras, como la leptina, regulan la ingesta de alimentos y el control del peso. Además, las adipocinas inducen la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS), lo que conduce al estrés oxidativo (EO) (Lim, 2015). A medida que aumenta el tejido adiposo, la actividad de las enzimas antioxidantes como la superóxido dismutasa (SOD), catalasa (CAT) y glutatión peroxidasa (GPx) disminuye significativamente (Nicchio, 2022). La combinación de una alta producción de ROS y una disminución de la capacidad antioxidante conduce a varias anormalidades, incluyendo la disfunción endotelial; que se caracteriza por una reducción en la biodisponibilidad de vasodilatadores, particularmente el óxido nítrico, y un aumento de factores contráctiles derivados del endotelio, lo que puede promover el desarrollo de enfermedad aterosclerótica. En resumen, la obesidad es una enfermedad crónica compleja que se asocia con un estado inflamatorio crónico y un desequilibrio entre la producción de ROS y la capacidad antioxidante, lo que contribuye a la disfunción endotelial y al desarrollo de complicaciones cardiovasculares.
Si bien, la obesidad puede ser una patología controlable y corregible, es de vital importancia considerar las características que la causan y los potenciales factores involucrados en su desarrollo. Controlar la ingesta calórica, actividad física, estrés y realizar un monitoreo constante y a largo plazo es imperativo para tener éxito en el manejo de esta enfermedad. A continuación, de forma práctica, se enlistan los puntos clave prácticos para lograr una reducción gradual de peso de forma saludable y efectiva (vitger, 2016):
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Calcular las calorías diarias iniciales como el 80% de los requerimientos energéticos en reposo (RER) para el peso objetivo del gato.
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Usar una dieta comercial veterinaria para pérdida de peso, que esté fortificada en nutrientes y sea baja en calorías, pero con calorías suficientes para no generar ansiedad.
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Limitar los premios al 10% de las calorías diarias totales.
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Monitorear el peso cada 2-4 semanas y ajustar las calorías si es necesario.
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Apuntar a una pérdida de peso de 0.5-2% por semana para gatos.
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Manejar la saciedad y el comportamiento de búsqueda de comida, que puede ser disruptivo en gatos.
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Considerar el uso de juguetes dispensadores de comida inteligentes para extender el tiempo de alimentación.
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Alimentar con pequeñas comidas frecuentes para reducir el tiempo entre comidas.
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Usar comederos automáticos para desasociar al dueño de la comida.
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Responder al comportamiento de búsqueda de comida con distracciones de calidad como juego o cepillado.
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Considerar el uso de vegetales (bajos en calorías y azúcares) como premios.
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Tener en cuenta que los gatos que viven en interiores tienen mayor riesgo de obesidad.
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Trabajar con el dueño para identificar y superar barreras potenciales al éxito del plan de pérdida de peso.
Es crucial que los propietarios de gatos reconozcan la importancia de mantener a sus mascotas en un peso saludable. Mediante la implementación de estrategias de alimentación y ejercicio adecuadas, se puede ayudar a prevenir y tratar la obesidad felina, lo que a su vez puede prolongar la expectativa de vida y mejorar la calidad de vida de los gatos. Un enfoque proactivo y la estrecha colaboración entre los propietarios y los veterinarios son fundamentales para abordar este problema de salud cada vez más prevalente en la población felina.
Bibliografía:
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German, A. J. (2006). The growing problem of obesity in dogs and cats. . The Journal of Nutrition.
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Lim, H. e. (2015). Effects of obesity and obesity -related molecules on canine mammary gland tumors. Veterinary Pathology, 1045-1051.
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Nicchio, F. R. (2022). Obesity, Inflammation, and cancer in dogs: Review and perspectives. Frontiers in Veterinary Science.
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Vitger, A. e. (2016). Integration of a physical training program in a weight loss plan for overweight pet dogs. Journal of the American Veterinary Medical Association.