Si bien la pandemia del coronavirus COVID-19 obviamente ha puesto a prueba los servicios de salud humana, es imposible ignorar el impacto que ha tenido en los servicios veterinarios y la salud animal a nivel mundial (Veterinario, 2020)

 

Se han hecho algunos estudios sobre la opinión de los Médicos Veterinarios con relación a lo que han vivido durante la pandemia y cómo han sido sus negocios, y se han reflejado que algunos de ellos han tenido menos clientes de lo habitual, provocando un descenso de los ingresos, y además, han mostrado su preocupación por el potencial impacto que pudiera provocar los rebrotes. (Veterinario, 2020)

 

En México, tanto los servicios médicos veterinarios como la producción de productos y subproductos de origen animal han sido consideradas como una actividad “esencial”, por lo que ha representado un campo de acción laboral cuyas puertas han estado abiertas en todo momento, con las restricciones establecidas por las autoridades sanitarias.

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La vida de las organizaciones relacionadas a la Medicina Animal han tenido que modificar su manera de operar, y adaptarse a esta “nueva normalidad”, la cual incluye una serie de protocolos a seguir, tales como:

 

• Atender pacientes solo bajo cita previa

 

• En caso de urgencias, tener guardias específicas.

 

• Uso de mascarilla facial de forma obligatoria y correcta (tapando nariz y boca)

 

• Evitar tener gente aglomerada en la sala de espera (deben tener por lo menos 1.5 metros de distancia entre ellas). 

 

• A la entrada de los establecimientos tener tapetes desinfectantes, toma de temperatura corporal, gel a base de alcohol y papel de limpieza.

 

• Solicitar a los dueños de mascotas que solamente sea una persona quien lleve a sus animales (no acompañantes).  De preferencia personas menores a 60 años.

 

• Restringir acceso a los niños o menores de 16 años.

 

• Usar material de protección al revisar a los animales.

• Lavarse las manos con agua y jabón antes y después de tocar y revisar a los animales.

 

• Desinfección total de las áreas de consulta entre pacientes.

 

• Evitar tocarse la boca, ojos y nariz después de tocar a los animales.

 

• Tratar de que el pago de los servicios médicos sean a través de medios electrónicos.

 

• Uso de las video-llamadas para dar seguimiento clínico médico. (De la Rosa, 2020) (Diario Veterinario, 2021)

 

Dentro de los desafíos y retos a los que se han enfrentado los profesionales de la salud animal se encuentran:

 

• Aumento en el precio de medicamentos e insumos médicos.

 

• Escases de medicamentos, principalmente antibióticos y oxígeno.

 

• Implementar visitas y seguimiento clínico médico veterinario a domicilio.

 

• Educar y orientar a los dueños de mascotas sobre los cuidados de sus animales cuando se encuentran con humanos que han sido diagnosticados con la enfermedad causada por COVID 19.

 

• Educar y comunicar información certera sobre esta enfermedad y el posible contagio a los animales, ya que han existido algunos casos diagnosticados.

 

• Continuar con las acciones de la vigilancia epidemiológica en animales, así como el desarrollo y aplicación de vacunas en ellos, en caso de ser necesario.  Un ejemplo son los primeros primates vacunados contra la enfermedad causada por el SARS COV-2 en el zoológico de San Diego (Salas, 2021).

 

• Producción de alimentos de origen animal con los más altos estándares de calidad, para producir productos inocuos, siguiendo los lineamientos de Buenas Prácticas de Producción Pecuaria, Buenas Prácticas de Manufactura, Buenas Prácticas de Higiene, entre otras medidas de Aseguramiento de Calidad.

(CM Research, 2020) (OIE, 2021)