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Evaluación de una solución electrolizada de superoxidación con pH neutro (SES) vs otros tratamientos en la regeneración de quemaduras de 3er grado.

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Dermavet Hospital Veterinario

Introducción

Históricamente, se ha descubierto que los procedimientos inadecuados de esterilización y desinfección dan como resultado infecciones adquiridas en el hospital (Chu et al., 1999). Algunos dispositivos médicos (DM), incluida la mayoría de los instrumentos quirúrgicos, se fabrican para permitir su reutilización hasta que se alcance el límite de su eficacia y funcionalidad (Evangelista et al., 2015). Cada procedimiento implica el contacto de un DM o instrumento quirúrgico con el tejido o las membranas mucosas de un paciente (Rutala y Weber, 2019). Si los dispositivos médicos no se reprocesan adecuadamente, existe el riesgo de que se contaminen con microorganismos que podrían transmitirse a múltiples pacientes, causando colonización o infecciones (Alfa, 2019). Por lo que, la seguridad del paciente depende de los instrumentos que se cuidan y reprocesan adecuadamente (es decir; limpieza, desinfección y esterilización) (Seavey, 2013).

PALABRAS CLAVE > desinfección > limpieza > bioseguridad > sanitizar

Dr SC Camilo Romero Núñez ¹,²

MVZ. Laura Miranda Contreras ¹

¹ Hospital Veterinario DermaVet

² Director Dermavet HV

El control de infecciones veterinarias es una disciplina en crecimiento que se está convirtiendo en parte de la forma habitual en que los veterinarios practican la medicina (Traverse y Aceto, 2015). Los veterinarios tienen la responsabilidad de ayudar a reducir la transmisión no intencional de enfermedades y proteger tanto a los pacientes como al personal del hospital de los peligros comunes de bioseguridad, incluidas las infecciones zoonóticas que pueden encontrarse en los entornos hospitalarios (Byers, 2020). En entornos veterinarios se mostró que la contaminación ambiental osciló entre el 1 % y el 12 %, y hay informes de contaminación del ambiente y el equipo en hospitales de pequeños animales con enterococos, muchos de los cuales eran multirresistentes (MDR). Uno de estos estudios investigó la hipótesis de que las puertas de las jaulas, los estetoscopios, los termómetros y los protectores bucales utilizados en los hospitales participantes tendrían contaminación bacteriana que podría contribuir a las infecciones asociadas al hospital (Traverse y Aceto, 2015). Por otra parte, en un estudio de vigilancia prospectivo realizado en 4 hospitales veterinarios de referencia, el 16.3% de los perros y el 12% de los gatos desarrollaron una infección asociada a la atención sanitaria (IAAS). Entre 2003 y 2008, 31 de 38 (82%) hospitales de enseñanza veterinaria identificaron brotes de IAAS, mientras que 19 (50%) informaron infecciones zoonóticas entre su personal (Wood et al., 2014).

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Los pacientes susceptibles pueden adquirir patógenos a través del contacto directo con superficies inanimadas (como pisos, paredes, jaulas) o equipos y mostradores contaminados o a través de las manos del personal de atención médica que se ha contaminado después del contacto con pacientes o superficies ambientales (Figura 1) (Portner y Johnson, 2010; Donskey, 2013; Wood et al., 2014). Cualquier elemento que entre en contacto con un paciente, una persona o el entorno conlleva algún riesgo de contaminación y transmisión de patógenos, aunque el riesgo de contaminación, el riesgo de transmisión y las implicaciones clínicas varían mucho. Por ejemplo, Staphylococcus pseudintermedius en la campana de un estetoscopio presenta un riesgo limitado, mientras que la misma bacteria en un implante quirúrgico representaría un riesgo elevado (Weese, 2015). 

Figura 1

Figura 1. Se muestran cuatro fuentes de transmisión: (1) contaminación de las superficies después de la limpieza terminal de las salas de aislamiento, lo que genera riesgo de contagio por parte de los pacientes ingresados posteriormente en la misma sala; (2) contaminación de las superficies en las salas de aislamiento que genera riesgo de contaminación de las manos del personal de atención médica; (3) contaminación de equipos portátiles; y (4) contaminación de superficies en habitaciones de portadores no identificados de patógenos asociados con la atención médica (Modificado de Donskey, 2013).

Se han producido infecciones transmitidas por instrumentos contaminados para una variedad de tipos de instrumentos y una gama de modalidades de desinfección y esterilización, incluidas fallas en la limpieza, desinfección, esterilización y enjuague (Alfa, 2019). Varios factores pueden influir en la eficacia y calidad de la limpieza de los instrumentos como, por ejemplo: la limpieza previa en el punto de uso, la fricción y la humedad en la superficie del instrumento o el diseño del instrumento quirúrgico (Evangelista et al., 2019). 5 de 10 veterinarios encuestados informaron que casi nunca o nunca limpiaban sus estetoscopios, y también resulta haber deficiencias en la limpieza de las puertas de las jaulas, los termómetros y las mordazas bucales en algunos hospitales (Traverse y Aceto, 2015). Parece haber poca comprensión de las prácticas de desinfección por parte de los veterinarios y técnicos porque la mayoría ha reportado no saber qué producto se usaba para desinfectar áreas contaminadas con fluidos corporales infecciosos, y muy pocos sabían cómo preparar los desinfectantes para usar en estas situaciones (Tabla 1) (Murphy et al., 2010).

Tabla 1.  Motivos informados por el veterinario para tener protocolos adecuados de limpieza y desinfección ambiental con su clínica veterinaria (Murphy et al., 2010).

Razón
% de veterinarios (n = 100)
Reducir la responsabilidad
4
Disminuir la aparición de resistencia a los antimicrobianos
4
Cumplimiento de las normas de la Asociación Americana de Hospitales de Animales
7
Reducir la contaminación cruzada entre equipos o áreas
7
Disminuir la carga microbiana dentro de la práctica
8
Reducir la aparición de infecciones en el sitio quirúrgico
10
Reducir la transmisión de enfermedades entre pacientes
45
Reducir la transmisión de enfermedades zoonóticas
66
Reducir la transmisión de cualquier enfermedad infecciosa
63
Estética general de la clínica veterinaria
54

La limpieza y desinfección de superficies ambientales, fómites y dispositivos médicos son partes integrales de los programas de bioseguridad. Si bien la "limpieza y desinfección" a menudo se denomina una sola entidad, son pasos separados, cada uno con diferentes objetivos.

      

La limpieza es la eliminación de materiales extraños visibles en objetos o superficies y es el primer paso en el saneamiento ambiental. 

La desinfección se define como la aplicación de un desinfectante a materiales y superficies para destruir organismos patógenos y limitar la transmisión cruzada de patógenos. Además, la desinfección se puede subdividir en diferentes categorías, según el grado de eliminación microbiana que se requiera (Tabla 2)

Tabla 2.  Categorías de limpieza y desinfección (Weese, 2015).

Categoría
Descripción
Limpieza
Reducción de carga biológica y material extraño
Esterilización
Eliminación de toda la vida microbiana
Desinfección de alto nivel
Destrucción de todos los microorganismos excepto un alto número de esporas bacterianas.
Desinfección de nivel intermedio
Destrucción de bacterias vegetativas, micobacterias, la mayoría de los virus (excepto algunos virus sin envoltura), la mayoría de los hongos
Desinfección de bajo nivel (Sanitización)
Destrucción de bacterias vegetativas, algunos hongos y virus (principalmente virus envueltos) pero no micobacterias o esporas bacterianas
Limpieza
Reducción de carga biológica y material extraño

Independientemente del nivel de desinfección que se elija, es importante recordar que la desinfección no está diseñada para eliminar todos los microbios; la esterilización es un enfoque separado, diseñado para eliminar todos los microbios, necesarios para ciertos artículos (Portner y Johnson, 2010; Weese, 2015; Byers, 2020).

 

En el caso de instrumentos, antes de considerar la esterilización, primero deben limpiarse a fondo en agua con detergentes eliminando la suciedad de la superficie. Esta se realiza combinando la acción de productos químicos y la acción mecánica (manual o automatizada) durante un tiempo y temperatura adecuados. La limpieza manual se realiza por fricción superficial (interna y externa) mediante cepillos específicos. Debe reducir sustancialmente los niveles de agentes infecciosos presentes en los DM, como bacterias, endotoxinas, hongos, virus y eliminar el material extraño (residuos orgánicos, como sangre, mucosidad y grasas y sales inorgánicas) que permiten el crecimiento y la supervivencia microbiana y pirógenos potenciales. La presencia de este material puede interferir con el proceso de material a esterilizar al bloquear físicamente el contacto de los microorganismos con el agente microbicida. 

 

Asimismo, la descontaminación hace que los instrumentos sean seguros para el personal. Una limpieza deficiente puede dar lugar a manchas residuales de proteína/sangre y/o partículas (p. ej., hueso) en los instrumentos (Rutala et al., 2014 Southworth, 2014; Evangelista et al., 2015; Evangelista et al., 2019).

La limpieza se considera el paso más importante en el ciclo de procesamiento de instrumentos, especialmente por su influencia en la efectividad de la esterilización (Evangelista et al., 2019) además, si no es adecuada, puede contribuir a la formación de biopelículas 

 

(de Oliveira et al., 2018). 

Las biopelículas son un agregado de células microbianas que se adhieren irreversiblemente a una superficie y producen sustancias poliméricas extracelulares, que favorecen la cohesión de las células bacterianas y, en consecuencia, dificultan su eliminación. Incluso, la presencia de biopelículas en el instrumental quirúrgico listo para su uso es un factor de riesgo para el desarrollo de infecciones del sitio quirúrgico (Evangelista et al., 2019). 

También se debe considerar la compatibilidad entre el limpiador y el desinfectante, ya que algunos agentes de limpieza pueden inactivar los desinfectantes (Weese, 2015). 

En cuanto a la desinfección de superficies, es un proceso de dos pasos. En primer lugar, la contaminación grave con desechos orgánicos (heces, orina, sangre, secreciones respiratorias y/o suciedad) debe eliminarse mediante una limpieza general. El objetivo de la limpieza y desinfección ambiental (C/D) no es esterilizar completamente el ambiente, sino disminuir significativamente la carga de patógenos hasta un punto en el que no se produzca la transmisión de enfermedades. Como mínimo, los protocolos C/D deben incluir los siguientes pasos (Portner y Johnson, 2010; Traverse y Aceto, 2015; Byers, 2020): 

  1. Detergente para eliminar residuos orgánicos (crítico para la eficacia de la mayoría de los desinfectantes)

  2. Enjuague

  3. Secado (óptimo; o como mínimo eliminación de agua, porque la aplicación de desinfectante en un área anegada puede resultar en una dilución hasta el punto de ineficacia)

  4. Aplicación de desinfectante a la concentración adecuada, asegurando que el desinfectante permanezca húmedo en la superficie durante el tiempo de contacto requerido.

El nivel de procesamiento que se necesita debe determinarse para cada artículo del paciente como una guía para identificar el nivel apropiado de limpieza, desinfección o esterilización que se requiere. El sistema de clasificación de Spaulding es un enfoque sencillo para la identificación del riesgo asociado con un elemento y su gestión (Tabla 3). Estas clasificaciones deben usarse como orientación general, y el nivel de desinfección o esterilización deseado y alcanzable debe considerarse para artículos individuales (Weese, 2015). 

 

Tabla 3.  Sistema de clasificación de Spaulding para artículos de atención al paciente (Weese, 2015).

Clasificación
Uso
Ejemplos
Descontaminación requerida
Crítico
Entra en tejido estéril, sistema vascular o espacio corporal
Instrumentos quirúrgicos, implantes, agujas
Limpieza, luego esterilización
Semicrítico
Toca las membranas mucosas y la piel no intacta
Endoscopios respiratorios superiores y gastrointestinales, tubos endotraqueales, laringoscopios
Limpieza, luego desinfección de alto nivel
No crítico
Toca la piel intacta
Termómetros, estetoscopios
Limpieza, luego desinfección de nivel bajo o intermedio

A pesar de la relativa escasez de datos, debería ser evidente que los hospitales veterinarios están inherentemente contaminados y que cualquier cantidad de organismos bacterianos, virales u fúngicos pueden albergarse en los alrededores del hospital. La naturaleza de los animales y los desafíos que plantean en términos de higiene y contención casi garantizan la contaminación de un espacio. La gama de especies que pueden requerir hospitalización es amplia y variada, y cada especie puede tener una flora distinta y diferentes riesgos de susceptibilidad (Traverse y Aceto, 2015).

El agua electrolizada (AE) es un desinfectante y limpiador de nueva generación, que reemplaza a los desinfectantes de sodio. Se ha utilizado ampliamente en la industria alimentaria durante varios años para garantizar la esterilización de superficies y la seguridad de los alimentos. Algunos artículos enumeran amplias posibilidades de aplicación en los campos, por ejemplo, producción de plantas, producción de cerdos (desinfección preventiva) e industrias avícolas.  

Gracias a su mecanismo de acción, AE tiene un amplio espectro de actividad. Ha demostrado ser un muy buen agente antimicrobiano contra una variedad de microorganismos que incluyen biopelículas comunes, virus, bacterias, esporas y hongos (Pintaric et al., 2015; Ya et al., 2021; Chen y Wang, 2022).

El AE neutra se basa en una forma estable de ácido hipocloroso (pH. 6-8) producido al pasar una corriente eléctrica a través de agua con sal añadida (Stewart et al., 2014). AE tiene tres propiedades físicas principales: la concentración de cloro disponible, el valor de pH y el potencial de oxidación-reducción, y la diferencia en estas propiedades cargará a AE en diferentes efectos de esterilización (Chen y Wang, 2022). La formulación patentada de el agua electrolizada adicionada con  tensoactivos  y surfactantes  ademas de ayudar al arrastre de materia orgánica, otorga un beneficio de sanitización al eliminar la carga microbiana  a un nivel seguro para la salud animal. Una característica importante de este grupo de agentes es la degradación ecológicamente aceptable. Larga vida útil, capacidad de inactivación de amplio espectro y una rápida actividad antibacteriana, que posee propiedades no selectivas, además no genera irritación en la membrana mucosa y la piel (Stewart et al., 2014; Pintaric et al., 2015; Ya et al., 2021).

El estándar de atención en cada hospital veterinario debe incluir un alto nivel de higiene, conciencia de los peligros de la transferencia de agentes infecciosos entre animales y personas, y procedimientos para reducir el riesgo de infección siempre que sea posible (Traverse y Aceto, 2015). En medicina veterinaria, un programa efectivo de control de infecciones hospitalarias funciona para proteger la salud animal y humana (Murphy et al., 2010).  

Referencias

 

  • Alfa, M.J. (2019) Medical instrument reprocessing: current issues with cleaning and cleaning monitoring. American Journal of Infection Control, 47: A10–A16.

  • Byers, C.G. (2020) Biosecurity Measures in Clinical Practice. The Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 50(6): 1277-1287. 

  • Chen, B.K., Wang, C.K. (2022) Electrolyzed Water and Its Pharmacological Activities: A Mini-Review. Molecules, 27: 1222.

  • Chu, N.S., Chan-Myers, H., Ghazanfari, N., Antonoplos, P. (1999) Levels of naturally occurring microorganisms on surgical instruments after clinical use and after washing. American Journal of Infection Control, 27(4): 315–319.

  • de Oliveira L.K., de Melo C.D., Veiga, T.A.F., Watanabe, E., Castillo, R.B., Hu, H., Kumar, D.A., Vickery, K. (2018) Surgical instruments complex design as barrier for cleaning effectiveness, favouring biofilm formation. Journal of Hospital Infection, 103(1): e53-e60.

  • Donskey, C.J. (2013) Does improving surface cleaning and disinfection reduce health care-associated infections?. American Journal of Infection Control, 41: S12-S19.

  • Evangelista, S. de S., dos Santos, S.G., de Resende Stoianoff, M.A., de Oliveira, A.C. (2015) Analysis of microbial load on surgical instruments after clinical use and following manual and automated cleaning. American Journal of Infection Control, 43(5): 522–527.

  • Evangelista, S. de S., Guimaraes, N.R., Garcia, N.B., dos Santos, S.G., de Oliveira, A.C. (2019) Effectiveness of manual versus automated cleaning on Staphylococcus epidermidis biofilm removal from the surface of surgical instruments. American Journal of Infection Control, 48(3): 267-274.

  • Murphy, C.P., Reid-Smith, R.J., Weese, J.S., McEwen, S.A (2010) Evaluation of specific infection control practices used by companion animal veterinarians in community veterinary practices in southern Ontario. Zoonoses Public Health, 57(6): 429-438.

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  • Seavey, R. (2013) High-level disinfection, sterilization, and antisepsis: Current issues in reprocessing medical and surgical instruments. American Journal of Infection Control, 41(5): S111–S117.

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  • Stewart, M., Bogusz, A., Hunter, J., Devanny, I., Yip, B., Reid, D., Robertson, C., Dancer, S.J. (2014) Evaluating use of neutral electrolyzed water for cleaning near-patient surfaces. Infection control and hospital epidemiology, 35(12): 1505-1510.

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